(Minghui.org) Me diagnosticaron asma en la adolescencia. Cuando me casé a los 29 años, experimenté un aborto involuntario, y mi enfermedad se agravó. Empecé a sufrir de asma calificado “de difícil tratamiento”. Intenté superarlo de todas las maneras posibles, y durante 10 años, visité a médicos chinos, occidentales e incluso a chamanes, con la esperanza de que encontraría un “remedio mágico” para eliminar el asma.

Lamentablemente, las desgracias nunca vienen solas. Me vi de pronto sufriendo ataques de pánico. Los médicos especialistas me informaron que no existía cura para el asma, ni para los ataques de pánico. En aquella época sentía como si tuviera un pie en la tumba. Poco antes de cumplir los 40 caí muy enferma y me quedé postrada en la cama, sin poder siquiera levantarme, durante dos meses. Después de aquello, solo podía caminar encorvada dando pasos titubeantes, como si fuera una anciana.

Nunca olvidaré aquel día de 2005 que salí a dar un paseo a la calle, porque me encontraba un poco mejor. Se acercó a mi una practicante de Falun Gong (también llamado Falun Dafa) y me habló de la práctica. Me explicó: “Muchas personas después de empezar a practicar Falun Gong se han recuperado de enfermedades incurables, así que usted también lo puede lograr si se decide a practicarlo con determinación”. Fue realmente, un mensaje alentador.

Recuerdo que en 1999 tomé, por primera vez, la decisión de aprender Falun Gong. Mi hermana también me había contado que su vecina de enfrente se había recuperado de su diabetes después de empezar a practicar Falun Gong. Pero poco tiempo después, sin embargo, el partido comunista chino (PCCh) lanzó una perversa persecución contra la disciplina. Temiendo las consecuencias, no continué practicando.

Por aquel entonces, me regalaron una copia del libro Zhuan Falun, escrito por el Maestro Li Hongzhi. En ese momento comprendí que nada ni nadie podría detenerme, estaba completamente decidida a aprender Falun Gong.

Lo leí tan pronto como llegué a casa, y se quedó grabado en mi corazón. El libro trataba en su totalidad, de la manera de construir una sólida guía moral desde ser una buena persona en base a los principios de: Verdad-Benevolencia-Tolerancia. No encontré ningún rastro, en absoluto, de lo que proclamaba la propaganda difamatoria del régimen, en contra de Falun Gong. Me quedé perpleja al ver que el gobierno comunista se había atrevido a mentir al pueblo de esa manera. ¡Qué moral tan corrupta!

En una ocasión, nos reunimos, un grupo de practicantes, para ver juntos las vídeo conferencias del Maestro Li. Me encontraba sentada en uno de los sofás, y de repente vi al Maestro Li volando hacia mi, sentado en la posición de loto. Me desmayé. Poco después me desperté. Describí con brevedad lo que acababa de ver, y me desmayé de nuevo. Cuando me desperté finalmente, vi que todos los practicantes se encontraban a mi alrededor. Parecían muy contentos, y me explicaron que el Maestro estaba limpiando mi cuerpo.

Me pidieron que me sentara erguida. Permanecí en esa misma postura durante mucho tiempo. En cuanto me erguí, sentí como si alguien introdujera a empujones dentro de mi cabeza, por la parte alta, algo parecido a montones de hilos de seda que cayeron hasta mis pies. Empecé a sentir mucho frío. Mi cuerpo empezó a irradiar aire frío en la habitación. Era tan frío, que incluso mis compañeros practicantes tenían que mantenerse a cierta distancia de mi.

Cuando regresé a casa, me miré en el espejo, y me quedé asombrada de lo que vi. Ya no tenía la espalda encorvada y podía caminar sin ninguna dificultad. Incluso podía levantar mis piernas más alto de lo normal al caminar. Mis síntomas del asma y del pánico desaparecieron para no volver nunca más.

¡Gracias Maestro! ¡Mi vida nunca había sido tan feliz!

Ahora estoy jubilada, pero todavía dispongo de mucha energía para encargarme de mi propio negocio. Comprendí que para disfrutar de buena salud, traer auténtica felicidad a la familia y  paz para todos,  primero se debe aprender a ser una buena persona siguiendo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Solo de esta forma se puede encontrar verdadera paz mental y  felicidad en la vida.

Esta es mi experiencia de cultivación en Falun Gong. Deseo sinceramente que aquellos que están luchando contra enfermedades crónicas, como yo lo hacía, puedan conocer pronto la verdad sobre Falun Gong. Que sea justo lo que andan buscando. Así, al menos, lo ha sido para mi.