(Minghui.org) Algunos practicantes locales han reportado recientemente lapsos de deseo y lujuria, lo cual piensan que viene de su propia mente. Teniendo una opinión diferente me gustaría compartir mi entendimiento.

Obteniendo un nuevo entendimiento

Los doctores me diagnosticaron con una enfermedad al corazón en 1995. Para obtener un cuerpo sano, comencé a practicar Falun Dafa. Pero cuando mejoré, mi mente estaba llena de cosas indeseables, tales como la lujuria y el deseo. Yo contribuía a esto con mi adicción a ver televisión y a leer novelas románticas.

Memorizé y copié a mano el Fa para poder eliminar esta interferencia. Y extendí el tiempo en que enviaba pensamientos rectos, pero no sirvió. Cualquier mujer atractiva me hacía voltear a verla. Sin importar lo que hiciera, no podía controlarme.

El Maestro dijo:

“…pensar quién es bueno o quién es malo y tener ganas de hacer algo o no, todos son qing, y la gente común vive precisamente por el qing”. (Zhuan Falun).

Cuando visité a una mujer practicante, al tocar la puerta, el demonio de la lujuria apareció encima de mi cabeza y llenó mi mente con pensamientos sucios. Me di cuenta de que yo no generaba esos pensamientos y le dije al demonio que se vaya de mi cabeza. El demonio instantáneamente desapareció.

Este incidente me mostró que no había entendido los principios del Fa relevantes. Pensaba que mi actitud se debía a mis propios apegos, un pensamiento que también surgió de leer los artículos de los practicantes, y discutir sobre este tema.

Luego, entendí que el problema no estaba solamente relacionado a los apegos. Al aceptar el problema, inconscientemente reforzaba cualquier asunto que enfrentaba y le daba más energía. Sin embargo, otro factor influyente era no estudiar el Fa bien, lo que equivale a darle vida a los apegos.

Luego de iluminarme a esta verdad del Fa, señalé a una practicante local. Me dijo que lo había reconocido, pero que no era capaz de eliminar esa interferencia. Así, otro practicante y yo le dijimos que con negarlo podría deshacerse de eso, y funcionó.

Con las lecciones del Fa del Maestro también entendí que si el deseo y la lujuria no se eliminan, era una interferencia arreglada por las viejas fuerzas. Desde ese momento en adelante, cuando algún pensamiento impuro entraba en mi mente, lo negaba, y eso me ayudó a eliminar esos pensamientos sucios.