(Minghui.org) Mi esposa y yo fuimos a visitar a mi hermano en mayo. En el camino de regreso, la policía nos registró ilegalmente en un punto de control de la estación de trenes. Tan pronto como deslizaron la tarjeta de identificación de mi esposa, salió información sobre su práctica de Falun Gong. Los oficiales la separaron de la línea.

Nuestros familiares se preocuparon, y yo me di vuelta para ver qué pasaba. Luego los oficiales nos llevaron a ambos a una oficina. Registraron mi mochila y encontraron libros de Dafa y otros materiales dentro. Sacaron fotos para usar como evidencia en contra.

Pensé: “Los practicantes son buenas personas. Los libros de Dafa enseñan a la gente a ser buena y seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Los materiales informativos son para salvar a la gente. No deberían usarlos como prueba de un ‘crimen’. No deberíamos reconocer ningún tipo de hostigamiento o persecución del mal. Ya que estoy aquí, les haré saber la verdad”.

Y así comenzó la batalla entre el bien y el mal.

“¿Qué ley o regulación violé?” pregunté.

El oficial que estaba tomando nota escrita dijo: “Falun Gong”.

“¿Qué ley o regulación viola Falun Gong? ¿Me puede mostrar por favor?”.

Otros oficiales en el lugar escucharon nuestra conversación y comenzaron a murmurar, pero parecía que no podían mostrarnos nada.

“OK. Entonces por favor muéstrenos la documentación legal relevante. Después de leerla, le puedo contestar sus preguntas”.

Un oficial llamó a su supervisor.

Una hora después, no podían encontrar ninguna prueba legal. Contactaron a una comisaría local y nos llevaron para ahí. En la comisaría, una policía comenzó a hablar con nosotros y tenía una actitud bastante buena. Dijo que la primera vez que escuchó sobre Falun Gong fue allá por el año 2000 y que ella nunca tuvo una actitud negativa hacia ello. Logramos tener una conversación bastante relajada.

Llegó el comandante, así que comenzamos a aclararle la verdad. Él hizo dos preguntas: primero preguntó sobre el incidente de la autoinmolación de la plaza Tiananmen; segundo por qué Jiang Zemin, el exlíder del partido, quiso perseguir a Falun Gong. Contesté sus dos preguntas claramente. Entendió y se fue.

Después de eso, vino el supervisor de la división de seguridad doméstica.

“Conozco a algunas personas de vuestra edad, que también están en sus 70, y que todavía son capaces de pensar lógicamente como ustedes. Pero es muy extraño. Jiang Zemin se bajó hace 14 años atrás. ¿Cómo puede ser que la política del gobierno hacia Falun Gong no ha cambiado realmente?”, dijo.

Yo contesté: “En 2002, antes que Jiang se bajara, lo que más le preocupaba era el asunto de Falun Gong. Jiang lanzó la persecución a Falun Gong y también forzó a otros funcionarios de alto nivel a seguirlo. No había fundamentos legales para la persecución, así que intentó por todos los medios prevenir que el asunto de Falun Gong se tocara”.

Después de eso, le di algunos ejemplos de cómo Jiang tenía el control militar, así que aún manejada el poder detrás de la escena. Recién después que Xi Jinping asumió el poder esta situación cambió drásticamente. El gobierno comenzó a combatir la corrupción y está cambiando a una sociedad más respetuosa de la ley.

Como resultado, en 2013 el sistema de campos de trabajo forzado fue cerrado. También surgieron algunas regulaciones. Por ejemplo, en 2015 el régimen declaró que todos los casos legales serían registrados y procesados, dando como resultado el movimiento de demandas a Jiang Zemin por las víctimas en China y el extranjero.

Bajo el refuerzo de Shifu durante la conversación, sentí que mi mente estaba clara y que mis pensamientos eran muy lógicos. Le aconsejé sinceramente al supervisor que no participe en la persecución para que se asegure un futuro brillante.

Después que el supervisor terminó de escucharme, presionó sus manos frente al pecho –un gesto de respeto– y me agradeció. Cuando le pedí que me devolviera los libros de Dafa, me preguntó si primero podía verlos él mismo.

Al final, hizo que alguien nos lleve hasta la estación de trenes. Él mismo vino y se quedó hasta que nos fuimos. Mi esposa y yo llegamos sanos y salvos a casa. Cuando nuestros amigos escucharon nuestra historia, estaban asombrados y alegremente sorprendidos.

Sabía que era nuestro benevolente Shifu cuidándonos todo el tiempo; fue nuestro magnífico Shifu que nos dio sabiduría para salvar a aquellos que han perseguido a los practicantes pero que todavía tienen una oportunidad de ser salvados –en este caso, los policías.