(Minghui.org) Mi esposo fue condenado a seis años por practicar Falun Dafa. Lloré hasta que me quedé sin lágrimas.

Algunas personas me elogiaron por no dejarlo, otros encontraron difícil de entender por qué no lo hice. Durante esos seis años, padecí muchas dificultades, pero nunca pensé en divorciarme. Sabía más que nadie que él nunca podría, ni debía, renunciar a Falun Dafa.

Una vida destruida

Poco después de casarnos, mi marido tuvo un accidente en el trabajo. Su brazo estaba atrapado en una máquina, su mano estaba aplastada, y su brazo estaba quebrado en varios lugares. Los médicos sugirieron una amputación. Tenía sólo veintiún años.

Le rogué al médico: "Por favor, déjele el brazo, aunque no funcione. ¡Es tan joven!". El médico explicó la posibilidad de sufrir infecciones y úlceras si no amputaba el brazo. Mis suegros pensaron que debía dejar que lo amputara. Les dije en lágrimas: “Cuidaré de él por el resto de su vida, aunque esté lisiado".

Me arrodillé y rogué al médico que mantuviera su brazo. El médico se conmovió y realizó una cirugía de seis horas en el brazo y en la mano de mi marido. Afortunadamente, mi marido se recuperó de la cirugía y su brazo se salvó.

Sin embargo, su temperamento empeoró después del accidente. Gritaba a todo el mundo. Se convirtió en adicto a fumar y beber, y se emborrachaba a menudo. Una vez, se emborrachó en el trabajo y rompió cuarenta y dos paneles de vidrio con sus propias manos. Entre tres personas no pudieron contenerlo. Nadie se atrevía a provocarlo en el trabajo y todo el mundo lo evitaba.

También comenzó con los juegos de azar y pronto se convirtió en adicto también. No paraba de perder dinero. Me ganaba la vida vendiendo verduras, pero todo el dinero que ganaba era usado para pagar sus deudas. Una vez, cuando fui a un salón de juegos de azar para buscarlo, llegó a casa, cerró la puerta con llave y me golpeó hasta que todo mi cuerpo quedó negro y azul.

En ese punto, vivía con miedo cada día hasta que un milagro inesperado lo cambió todo.

“Falun Dafa realmente te cambió”

Una noche en 1998, mi esposo se puso a ver una grabación de vídeo de una conferencia del Maestro de Falun Dafa, en la casa de alguien. Milagrosamente, era una persona diferente al día siguiente

Tenía poca educación y antes no le gustaba leer, pero empezó a leer Zhuan Falun todos los días. Buscaba caracteres desconocidos en el diccionario. Dijo: "Finalmente encontré a mi Shifu. No importa si el Sr. Li Hongzhi es una persona o un dios, cultivaré [este Dafa]".

Sabía que había hecho muchas malas decisiones. Dejó de beber, fumar y de jugar. Comenzó a ayudar en casa y nuestra relación mejoró. Estoy muy agradecida a Falun Dafa y a Shifu Li por salvar a mi esposo. No puedo imaginar en lo que mi esposo se habría convertido sin Falun Dafa.

Una vez, trabajó un turno nocturno. Pero al día siguiente un supervisor le acusó de no estar en su puesto y lo iba a penalizar. Indignado, mi marido subió a ver al supervisor y lo reprendió delante de cada uno. El supervisor se sintió avergonzado y le dio una bofetada en la cara. Sabiendo que tipo de persona era mi marido, todo el mundo pensó que seguramente empezaría una pelea. Pero no lo hizo. En su lugar, le dijo al supervisor: "Lo siento. No debería haberte hablado de esa manera. Estaba equivocado". Todos quedaron boquiabiertos.

Más tarde me dijo que se acordó de la enseñanza en Falun Dafa: "Sin embargo, hemos dicho que siendo una persona que refina gong, hay que llegar a no devolver el golpe ni los insultos, hay que exigirse con un estándar alto". (Zhuan Falun). Su compañero de trabajo dijo: "¡No pensamos que lo tolerarías, y mucho menos que te disculparías! ¡Falun Dafa realmente te ha cambiado!".

Perseguido por permanecer fiel a su fe

Cuando el régimen comunista chino prohibió Falun Dafa en 1999, mi esposo fue encerrado en el trabajo por más de veinte días, con gente vigilándolo día y noche, porque se negó a renunciar a su fe.

Luego fue arrestado por publicar en pancartas "Falun Dafa es bueno" en el año 2000. La policía usó varias picanas eléctricas para golpearlo entre todos, uno por vez. Lo golpearon hasta que se desmayó. Fue detenido por más de tres meses. Me asustaba la brutalidad policial y no me atrevía a quedarme en casa. Por un tiempo, me quedé con un pariente.

En 2008, mi esposo fue condenado a siete años de prisión por su fe. Al principio, los aldeanos pensaron que me divorciaría de él con seguridad. Pero yo sabía que era Falun Dafa lo que había cambiado a mi marido para mejor. Trabajé en changas por aquí y por allá para ganarme la vida y lo visité en la cárcel. Eventualmente, las personas a mi alrededor se conmovieron. Me comprendieron, simpatizaron y me ayudaron. Cuando no obtuve compensación por parte de los funcionarios de la aldea, mis vecinos corrieron su riesgo personal de firmar una petición pidiendo justicia por mí.

Cuando mi esposo regresó de la cárcel, empezó a ayudar con el lavado, la cocina y la limpieza del hogar. Los vecinos comentaron: "¡Míralo! ¡Se ve tan sano, no como alguien que ha pasado seis años en la cárcel!”. Y de verdad lo es. Hace veinte años que no toma ningún medicamento.

Falun Dafa cambió a mi esposo en un hombre reflexivo, bondadoso y virtuoso. Estoy verdaderamente agradecida y orgullosa de él por defender lo que es correcto.