(Minghui.org) Luego de comenzar a cultivarme en Dafa mi corazon egoista se transformó en uno lleno de compasión. Ya sea en mi familia, mi trabajo o en la sociedad, he hecho todo lo posible para incorporar los principios de Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Frente a grandes desafíos y pérdidas, este camino me ha dado una alegría indescriptible.

Retomando la cultivación

Antes de comenzar a practicar Falun Dafa, perdía mucho tiempo jugando a las cartas y yendo a bailar con amigos.

En 1997 una vecina me dijo que estaba desperdiciando mi tiempo y que debería pensar en aprender Falun Dafa. Yo no tenía conocimiento sobre Dafa así que le pregunté de qué se trataba todo. Ella me dijo que es una práctica de cultivación para alcanzar la iluminación.

Le pregunté: "¿Cómo puede un ser humano convertirse en Buda? ¿Estás soñando?".

Ella respondió: "¿No es un Buda alguien que ha completado la práctica de cultivación? Podrás entenderlo cuando leas el libro Zhuan Falun".

Leí Zhuan Falun y me cautivó por los infinitos significados internos de Dafa. Encontré respuestas a tantas preguntas en la vida y llegué a comprender que nuestras vidas no están destinadas a generación tras generación de sufrimiento.

Comprendí que la mayoría de las personas modernas de China carecen de moralidad y están obsesionadas con el dinero. Todos ellos son víctimas. También entendí que uno puede volver a su verdadero ser y reino a través de la práctica de cultivación, elevando así la moralidad.

Decidí comenzar a cultivarme. Me sentía afortunada y feliz de haber obtenido el Fa. Me esforcé por seguir los principios de Dafa, para ser considerada y buena persona con los demás.

Compartiendo mi hogar con mi suegra a pesar de las dificultades financieras

Mi marido murió inesperadamente cuando yo tenía sólo cuarenta años (en febrero de 1999). Había perdido mi trabajo, y tuve que pagar a mi exempleador para tener la oportunidad de obtener una pensión . Mi hijo todavía estaba en la mitad del ciclo escolar. Mis responsabilidades financieras eran altas. Durante una reunión, mis amigos y familiares me sugirieron que volviera a casarme. Mi suegra me dijo: "Estaré bien y puedo vivir sola". Después de que todos se fueron, mi suegra se acercó a mí con lágrimas.

Ella me dijo: "Quiero quedarme contigo. Mis otros dos hijos viven fuera de la ciudad y no quiero ser una molestia para ellos. Practicas Falun Dafa y siempre eres amable conmigo, incluso cuando te grito, nunca estás molesta. ¿Podemos seguir viviendo juntas, como madre e hija?". Poco después le dije que no me casaría de nuevo, y que aún podríamos vivir juntas.

Mi suegra y yo leemos Zhuan Falun todos los días y practicamos los ejercicios diariamente. Cantamos canciones de Dafa e imitamos los movimientos de las danzas elegantes de los bailarines de Shen Yun. Dafa nos dio una vida tranquila y feliz.

Un día, su hijo menor vino a visitarla. Había estado muy ocupado en ganarse la vida y solía estar cansado. Se sentía culpable y triste por no poder cuidar de su madre.

Le dije a mi suegra: "Dile a tu hijo que no se preocupes por ti. Así puede concentrarse en su carrera. Ambas practicamos Falun Dafa y seguimos Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Tenemos una buena vida”.

Aplicando los principios de Dafa en mis negocios

Después de que me despidieron de la fábrica textil donde trabajaba, compré dos máquinas de tejer y abrí una tienda de ropa. Tengo un certificado técnico y todas las habilidades para hacer ropa yo misma. Me comporté como una practicante y traté a todos mis clientes de manera justa y con bondad.

Un hombre joven y su madre se acercaron a mi tienda. Ella me dijo que, unos años atrás, había comprado 900 gramos de hilo y que ahora quería tener un suéter. Le tomé sus medidas y luego se fueron. Pesé el hilo, y resutaron ser 1.500 gramos. En una semana, regresó a la tienda a recoger el suéter, le dije que me había dado demasiado hilo y devolví el sobrante.

Ella me dio las gracias y dijo: "Eres honesta y amable. Me gusta el suéter que me hiciste, y encaja perfectamente. Fue mi vecino quien me aconsejó venir a tu tienda. Dijo que practicas Falun Dafa, que fabricas productos de alta calidad y siempre tratas bien a tus clientes ".

"También me dijo que después de la muerte de su marido, usted siguió viviendo con su suegra y siempre la trata como si fuera su propia madre. Por eso le pedí a mi hijo que me trajera aquí. Verdaderamente es una buena persona. ¡Gracias!".

Le dije: "El Maestro Li Hongzhi les enseña a las personas a ser honestas y bondadosas, a no aprovecharse de los demás, a ser consideradas, a ser una buena persona en todas las circunstancias y no pelear cuando uno es maltratado".

La clienta me dijo: "¡Falun Dafa es muy bueno!".

Dafa trajo alegría y salud, y la persecución sólo tragedias

En el pasado, antes de practicar Dafa, sufría de dolor de espalda, menstruación irregular, dolor de cabeza, mareos, irritación ocular, enfermedades en la piel, problemas cervicales y falta de apetito. Estaba la mayor parte del tiempo incómoda por todos los malestares físicos que padecía. Después de que comencé a practicar Dafa, mis enfermedades se fueron.

A través de la práctica de cultivación, mis enfermedades y molestias desaparecieron y obtuve una gran energía. Quería tejer durante el día y coser por la noche. Dormía un rato y me despertaba para hacer los ejercicios y leer el Fa. La rutina se repetía día tras día, y nunca estaba cansada.

Mi suegra también obtuvo increíbles beneficios en la salud. Antes de comenzar la cultivación, necesitaba ser hospitalizada una vez al año. Tomaba medicamentos y tónicos todos los días. Después de comenzar a cultivarme en Dafa, no he vuelto a necesitar más atención médica ni medicinas.

Estamos practicando la cultivación y mejorándonos constantemente. Sin embargo, la persecución del partido comunista chino (PCCh) a los practicantes de Falun Dafa sigue ocurriendo desde julio de 1999 hasta el día de hoy. Un grupo de policías entró en mi casa en septiembre de 2011. Ellos saquearon mi casa y me llevaron a la comisaría. Fui condenada a tres años de prisión por mi fe.

Después, mi suegra cayó gravemente enferma. Mientras estaba en la cárcel, falleció. Mi hijo sabía que sería un gran golpe para mí y decidió no contarme sobre la muerte de mi suegra, hasta que me liberaron de la cárcel. Lamentablemente, cuando regresé a mi casa, estaba vacía y cubierta de polvo.