(Minghui.org) Durante la primera mitad de mi vida fui maltratada e insultada porque mi familia era de clase baja. También sufrí de muchas enfermedades.
Mi suegro, que era el secretario de partido del pueblo, siempre me despreciaba. A menudo me golpeaba, me maldecía y, en una ocasión, aún me lanzó un taburete en la cabeza.
En el punto más bajo en mi vida, supliqué a los Cielos que me dejaran vivir hasta que crecieran mis cuatro hijos.
En esa época, tuve un sueño muy vívido. Fui al infierno dos veces. Estaba parada ante un juez, pero porque no había llegado al final de mi vida, fui enviada de regreso a la tierra. Esa experiencia me hizo darme cuenta que un ser humano tiene un espíritu, y que hay un mundo humano, así como un infierno.
Experimentando el poder de Dafa: analfabeta, pero capaz de leer los libros de Dafa
Aprendí sobre Falun Dafa en 1997, lo que cambió mi destino enormemente. Mi vecina, que era practicante, me preguntó si quería darme una oportunidad.
Shifu comenzó a cuidarme inmediatamente después de que decidí empezar a practicar. Había estado teniendo problemas para comer cualquier alimento pesado. Pero, de repente, durante el Año Nuevo Chino pude comer muchos dumplings. Poco después, me curé de todas mis otras enfermedades.
No había recibido ninguna educación formal y era analfabeta. Cuando veía a los otros practicantes leyendo los libros de Dafa, los envidiaba. Escuché hablar de practicantes analfabetos que fueron capaces de leer el libro Zhuan Falun, pero no obstante, no fue fácil para mí aprender a leer el Fa.
Un verano, mientras estaba estudiando Zhuan Falun en el jardín de mi casa, un transeúnte comentó: "¡Mire qué diligente es usted, a su edad! ¡Trabaja más duro que los estudiantes que se preparan para sus exámenes de admisión a la universidad!".
Me dije: "Preparar para el examen de admisión a la universidad... ¿Cómo se podría comparar con mi estudio de Dafa? Lo que estoy aprendiendo es el Fa del universo".
Los compañeros practicantes y mi hija me ayudaron a reconocer los caracteres chinos. Después de aproximadamente un año, pude reconocer todas las palabras en Zhuan Falun. Parecía increíble que alguien que no había asistido a la escuela pudiera aprender a leer todos los libros de Dafa, en sus setenta años.
Tratando a mi suegro con bondad
Después de comenzar a practicar Falun Dafa, seguí sus principios de "Verdad-Benevolencia-Tolerancia". Me llevé bien con mis parientes, amigos y vecinos. En particular, ya no estaba resentida con mi suegro y lo traté muy bien.
Como me despreciaba, no quería que lo cuidara cuando se había vuelto viejo. Pero su otro hijo y su esposa no querían cuidarlo y lo maltrataban. Sentí pena por él.
Mis hijos me preguntaron por qué lo estaba tratando tan bien, a pesar de que él me había maltratado, y les compartí los principios que aprendí de Dafa.
Dije: "La razón por la que su abuelo solía tratarme así, es probablemente debido a nuestra relación predestinada (kármica). Realmente no puedo culparlo. Al tratarlo bien, le estoy pagando lo que le debo".
Podría ser que mi sinceridad lo conmovió, o que mi deuda fue pagada, pero finalmente mi suegro cambió su actitud. Se arrepintió por cómo me había tratado, y este hombre terco se sintió avergonzado.
Agentes de policía renuncian al PCCh
Junto con los practicantes locales, hablamos con la gente acerca de Dafa y le explicamos por qué debe renunciar al partido comunista chino (PCCh) y a sus organizaciones juveniles.
Una vez fuimos detenidos y llevados a la comisaría, donde nos inspeccionaron, y encontraron una docena de amuletos de Dafa.
Les dije: "No los tiren, son amuletos para la gente. Cada uno de ustedes puede escoger uno, y luego elijan otro para sus padres. Somos todas personas mayores y no les vamos a mentir. Al sostener los amuletos y recitar «Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno», se mantendrán a salvo en tiempos difíciles".
Hablamos con ellos durante más de dos horas. Al final, les ayudamos a tres a renunciar al PCCh. Más tarde, un agente estuvo sosteniendo un amuleto y gritó dos veces: “¡Falun Dafa es maravilloso!”. Cerca de dos horas y media más tarde, se ofrecieron a llevarnos a casa.
He cambiado de ser una persona muy frágil a una muy fuerte, de llorar todo el día a tener un ánimo excelente, y los cambios fueron significativos. Fue Dafa quien me ha transformado en una persona altruista.
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