(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Gong en el año 2008. Viví en Alemania desde que era pequeño, pero fui deportado a Turquía en el año 2007 luego de cometer un crimen y ser enviado a prisión por dos años y medio.
Difícil Infancia
Siempre he sido una persona sensitiva. Mi ambiente familiar no era el mejor ya que mi padre era alcohólico. Desarrollé una personalidad introvertida y no tenía autoestima. La vida no me parecía fácil. Era la única persona turca en mi escuela primaria y tuve muchos problemas; a veces me sentía discriminado.
Terminé la escuela cuando tenía 18 años. Mi relación con mi padre estaba empeorando en aquel momento y solíamos discutir. Me insultaba mucho, y me afectó mucho.
Me involucré en artes marciales para liberar mi estrés. También peleaba en las calles frecuentemente y desahogaba mis frustraciones con los demás. Lamentablemente herí a mucha gente actuando de esta forma.
Luego de una pelea en el año 2000 en la que fui apuñalado, quedé en coma por tres días y me hospitalizaron por diez días. Este incidente fue importante en mi vida, porque me interesaban las artes marciales y mi cuerpo era muy fuerte.
A veces entrenaba por cinco horas, y mi maestro me decía que era tan talentoso que algun día sería un campeón. Pero no fue más que un sueño para mi, porque tuve que ser operado luego de este incidente y me tomó dos años recuperarme.
Durante ese tiempo, hice nuevos amigos y formé hábitos nuevos. Comencé a tomar y fumar, y luego a consumir todo tipo de drogas. Trataba de aliviar mi dolor. Comencé a cometer todo tipo de crímenes y empeoré más y más cada día. Mi cuerpo estaba en un estado terrible, y solía pensar en suicidarme.
En el año 2004, me sentenciaron por los crímenes que cometí a dos años en prisión.
Aunque la cárcel era un mal lugar, leí muchos libros mientras estaba allí, y alquien me dio un libro de una práctica de qigong daoísta. Al comienzo parecía que me estaba beneficiando del libro, pero me entristeció ver que no contenía enseñanzas de alto nivel.
Vine a Turquía en el año 2007. En el ejército, me encontré con alguien que me contó sobre Falun Dafa. Me dijo que era una práctica de alto nivel, y eso que dijo me llamó la atención.
Primeras experiencias con Dafa
Luego de terminar mi servicio militar en el año 2008, fui a vivir con mi abuelo. Cuando leía Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, sentía un poderoso campo de energía a mi alrededor. Mi mente se vaciaba tan pronto comenzaba a hacer los ejercicios. Pude relajarme tanto que lloré.
Tuve un sueño luego de comenzar a practicar Falun Dafa: estaba viajando rápidamente en un carro. Llegué al borde de una colina y comencé a caerme cuando un sonido vino a mis oidos: "Shifu Li te dio una segunda vida".
Un día, de repente sentí una corriente cálida fluyendo por mi cuerpo desde la cabeza hasta los pies. Entendí que Shifu estaba limpiando mi cuerpo como había dicho en Zhuan Falun.
Shifu dijo en Zhuan Falun:
"Con el guanding genuino, visto en otros espacios, los huesos de la persona, desde el cráneo hasta los pies, se vuelven blancos como jade blanco. El cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, es purificado por el gong, la materia de alta energía".
Cuando comencé a leer Zhuan Falun, encontré las respuestas a muchas preguntas que había tenido en mi vida y pude entender mejor las razones por las cuales sufría. Me sentí muy feliz porque descubrí esta práctica y mi vida cambió para bien. Gracias a Falun Dafa, abandoné todos mis malos hábitos, entre ellos: fumar, tomar y adicción a las drogas. Mi salud también se recuperó y desde aquel momento no he necesitado medicinas.
Elevando mi mente
Pero el cambio más importante fue mi carácter. El fundador de Falun Dafa, Shifu Li Hongzhi, nos pide que cultivemos nuestro carácter moral o xinxing. Pusé esfuerzo para cultivarme de acuerdo con los principios de Dafa de Verdad, Benevolencia, Tolerancia, y me volví una mejor persona y más considerado con los demás día a día.
Durante este proceso, pude dejar ir muchos de mis apegos, y aprendé a mirar para adentro para encontrar faltas siempre que me enfrentaba a problemas. Ahora sé que todo lo que encontramos tiene motivos.
En los ocho años que he practicado Falun Dafa, mi vida ha cambiado de manera muy positiva, y he experimentado muchos milagros. Las enseñanzas del Sr. Li Hongzhi me han salvado y me han dado una segunda vida. He cambiado completamente de ser una persona egoísta llena de pensamientos sucios a una persona considerada.
También me di cuenta en mi práctica que he pasado por todas estas cosas por un motivo, y que debería perdonar a todos, incluyéndome. Este pensamiento me dio una sensación inmensa de paz. Hasta pude arreglar mi relación con mi padre, y ahora nos llevamos muy bien.
Estoy agradecido con Shifu Li por darme una segunda vida. Como alguien que ha pasado por mucho sufrimiento y traumas, puedo recomendar con todo mi corazón la práctica de Falun Dafa a todos.
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