(Minghui.org) Soy un hombre de negocios de Beijing. Anteriormente había gastado mucho dinero invitando a maestros de feng shui para ayudar a que mi empresa ande bien y garantizar seguridad. También exhibí en mi compañía una estatua del dios de la riqueza y lo adoraba todos los días. Sin embargo, el negocio no funcionaba.
Además, había desarrollado muchas enfermedades, incluyendo problemas de estómago y diabetes; dependiendo diariamente de las medicinas.
En abril de 2015 contraté una asistente. Después de trabajar con ella durante un tiempo, sentí que era muy recta y capaz. Difícilmente podía creer que hubiera gente así en la sociedad actual. Trataba a todos por igual, y todos los que entraban en contacto con ella la elogiaban. ¡Hizo todo bien!
Pronto supe que practicaba Falun Gong. Me contó la verdad de los hechos de Falun Gong. Aunque tenía resistencia en mi corazón, sabía que era una buena persona. Dejé que continuara su práctica y no interferí.
Para intentar revertir la mala situación de la compañía y mejorar al personal, le propuse que tomara la dirección. Puso algunas condiciones: no haría nada inmoral, no aceptaría sobornos y si algún dinero debía reintegrarse a un cliente, así se haría. Estuve de acuerdo, y firmó el contrato.
Lo primero que hizo fue deshacerse de la estatua del dios de la riqueza. Después de eso enloquecí, y le ordené que la recuperara. Me miró sonriendo. Cuando me tranquilicé, dijo con calma: “¡Gracias! Sé que siente que lo está haciendo para mi beneficio. Le preocupa que yo no pueda ganar dinero para la empresa. Sin embargo, estoy haciendo algo para su beneficio también. Puede que no lo entienda ahora, pero lo sabrá en el futuro. Por favor, observe los ingresos de la compañía, y si continúan disminuyendo, le dejaré hacer lo que quiera. Si mejoran, podemos tener una charla”.
No pude discutir con ella. Comencé a supervisar en silencio el movimiento. Como era esperado, bajo su liderazgo, la empresa obtuvo dos o tres veces ganancias como en el pasado. Mientras tanto, la mujer me contaba más sobre la verdad de Falun Gong y la persecución. Me encantaba escuchar todo lo que decía, y creí que era verdad.
Cuando vimos el video de la conferencia del Maestro Li en Guangzhou, el estómago dejó de dolerme y las otras enfermedades desaparecieron.
Ahora no solo sé que Falun Gong es bueno, sino también lo practico.
En pocos meses, pasé de vivir una vida corrupta, a ser un cultivador que considera primero a los demás. Mi compañía pasó de estar pronta a cerrar sus puertas, a estar entre las diez primeras en su ramo. Esta experiencia probó que Falun Gong puede verdaderamente beneficiar a la sociedad y procurar bendiciones a las personas.
De ahora en más, no solo quiero continuar practicando Falun Gong, sino también animar tanto a mi familia como a mis amigos a aprender la práctica, y ayudar a más gente a comprender la verdad. ¡Falun Gong es tan bueno!
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Categoría: Caminos de cultivación