(Minghui.org) Tengo 11 años de edad y practico Falun Dafa desde hace dos años. Debido a la persecución en China, los policías detienen a muchos practicantes y los torturan. Entre ellos estuvo mi padre, que murió en una prisión cuando yo tenía un año.
Mi madre y mis abuelos también son practicantes. Con el correr de los años aprendí de mi madre y de otros familiares lo que es Falun Dafa, y por qué es importante.
Purificando mi cuerpo
El Maestro viene ayudándome desde que soy muy pequeña. A los diez años de edad tuve una erupción por todo el cuerpo, era roja y picaba. Como me rascaba, las pústulas en mi cara se reventaban liberando su contenido, lo que me producía mayor picazón.
Durante esos días, debido a la persecución, mi mamá estuvo forzada a permanecer lejos de nuestro hogar. Mis abuelos estaban muy preocupados por mí. Cuando mamá regresó, se sintió mal y casi lloró. Esa noche tuvo un sueño; el Maestro le dijo que yo estaría bien. Cuando me revisó a la mañana siguiente, se encontró conque de verdad me había recuperado. Estuvo feliz y agradecida.
En otra oportunidad, tuve fiebre por cuatro o cinco días. Mi madre reprodujo las lecciones del Maestro por algún tiempo. Cuando vio que no tenía muchas mejoras, me dio algo de medicamentos. Pero esto hizo que empeorara, entonces se dio cuenta de que había hecho mal. Milagrosamente la fiebre se detuvo esa misma noche.
En muchas ocasiones pasaron cosas similares. Con mi ojo celestial pude ver cómo mi cuerpo se volvía muy limpio gracias a Falun Dafa.
Ojo celestial
Un día en el sitio de práctica grupal vi a una practicante anciana sentarse en la posición de loto completa (con ambas piernas cruzadas) mientras leía libros de Falun Dafa. Decidí intentarlo y fui capaz de hacerlo durante media hora en la primera oportunidad. Algunos practicantes me pidieron que me detuviera porque tenían miedo de que fuera demasiado doloroso para mí, pero disfrutaba muchísimo sentarme en esa posición.
Varios días después, comencé a hacer la meditación sentada con mi madre. Pude calmarme y sentarme sin moverme. En poco tiempo, fui capaz de ver cosas con mi ojo celestial, como si se hubiese levantado una cortina. Pude ver a los Fashen del Maestro formar un círculo alrededor del campo y había una gran capa de protección cubriéndolo. Entonces un clavo gigante, del tamaño de una persona, vino volando hacia mí. El Maestro levantó su mano y lo rompió en muchas partes. También había otro tipo de objetos que venían, tratando de hacerme daño, pero el Maestro los rompía uno tras otro. Cuando le conté a mi madre sobre esto, ambas estuvimos muy agradecidas con el Maestro.
A veces no lo hice bien. Comencé a mirar dibujos animados y me volví adicta a ellos, como resultado uno de mis ojos se inflamó. Pronto se volvió peor y mi ojo casi se cerraba por completo debido a la hinchazón. Luego liberó pus invadiendo mi ojo. Un día mi madre y yo fuimos a otro lugar para estudiar el Fa en grupo. Una avispa vino y picó mi axila, fue muy doloroso y lloré. Las lágrimas arrastraron el pus de mis ojos y otras sustancias sucias.
Cuando mi madre vio que me recuperaba, estuvo agradecida de que por medio de todos estos incidentes el Maestro me había ayudado a abandonar mi apego y había tratado mi ojo.
Escenas sagradas
Cuando a veces era traviesa y no tenía paciencia, veía que en otras dimensiones me perseguían abejas. Después de que reconocí mi problema y me calmé para estudiar el Fa, fui capaz de ver muchas escenas en otras dimensiones. Esto incluye mundos de Buda, bellezas celestiales y más por el estilo.
Una vez, mientras estaba sentada en meditación, vi al Maestro frente a mí. Sentí curiosidad por él. Con ese pensamiento, el Maestro me permitió entrar. Dentro había una luz hermosa y un aroma maravilloso. Era muy agradable, benevolente y sagrado. Más adelante se me permitió ingresar otras dos veces más. Vi una biblioteca gigante dentro de la cabeza del Maestro, con Zhuan Falun y otros libros de Dafa, todos en diferentes idiomas. Los libros eran muy grandes, e incluso había más y más grandes.
Después de un rato, estuve algo cansada y quise dormir un poco. El Maestro dijo muy seriamente que estaba siendo demasiado traviesa y que no era lugar para una siesta. Me dijo que a nadie se le había permitido estar allí antes. Luego regresé a la Vía Láctea y al mundo triple, y de inmediato vi lo aburrido y sucio que es este ambiente.
En otra oportunidad, el Maestro me mostró el Zhuan Falun en el mundo celestial. Era gigante y no podía reconocer las palabras. A partir de esto tuve una mejor comprensión de las palabras del Maestro en “Lunyu”:
“Dafa es la inteligencia y la sabiduría del Creador. Él es el cimiento para la apertura del Cielo, la formación de la Tierra y la creación del cosmos; el contenido interno, desde lo extremadamente pequeño hasta lo extremadamente grande, tiene diferentes manifestaciones en los diferentes niveles de los cuerpos celestiales”.
Pocas veces me senté recta a estudiar el Fa. Un día, el Maestro me mostró una imagen en la cual estaba sentado derecho leyendo libros de Dafa. Supe que debía hacer lo mismo.
No lo he hecho bien, tanto en casa como en la escuela. Mi madre a menudo me lo recuerda y sé que debo mejorar. El Maestro me ha cuidado con mucha compasión y no puedo defraudarlo.
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