(Minghui.org) Hace más de 20 años, estuve paralítico debido a una atrofia muscular. No podía levantarme. Intentamos con muchas terapias, pero nada funcionó. Mi familia tuvo que contratar a dos personas para cuidar de mí. El sufrimiento hacía que la muerte sonara mejor que la vida.
En 1993, un practicante de Falun Gong me presentó la disciplina. Fui muy afortunado al poder asistir a las conferencias de nueve días impartidas por el Maestro Li Hongzhi en Hefei, provincia de Anhui, del 21 al 29 de noviembre de 1993.
En un principio, no consideré cultivar Falun Gong (conocido también como Falun Dafa). Todo lo que tenía en mente era curar mi parálisis. Pero más tarde, llegué a un mejor entendimiento de las conferencias de Maestro. Se trata de una práctica de cultivación de alto nivel, que ofrece salvación a la gente, no es meramente algo para la salud y para estar en forma. El Maestro Li purificará el cuerpo de una persona solo si ella quiere cultivarse y retornar a su verdadero ser; y solo si sigue los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia puede ser llamado un cultivador.
Por lo tanto, desarrollé un sincero deseo desde el fondo de mi corazón: quise ser un auténtico cultivador de Falun Dafa. En ese momento, sentí un temblor en mi cuerpo, y rompí en llanto.
Recuerdo que en una de las conferencias, el Maestro Li pidió a todos pararse y pisarse fuerte los pies cuando Él lo solicitara. Sin darme cuenta, me levanté también. Con la instrucción del Maestro, me pisé el pie izquierdo y luego el derecho. Así, mi parálisis se curó.
Fui capaz de pararme y moverme. Estaba sano. Grité con entusiasmo pero olvidé decir "gracias" al Maestro Li.
Ese día después de la conferencia, todos partieron. Me di cuenta que la persona que me llevó no había venido a recogerme, por lo que caminé hacia el exterior del salón y tomé un taxi a casa.
Mi departamento estaba en el cuarto piso. Golpeé la puerta y ¡todos, incluyendo las enfermeras, quedaron aturdidos! Todos lloraron emocionados. Mis amigos y vecinos estaban felices de ver que yo, que estaba paralítico, ahora podía caminar. Mucha gente comenzó a practicar Falun Gong después de haber presenciado este maravilloso acontecimiento.
Falun Dafa renovó mi vida. Estoy profundamente agradecido al Maestro Li Hongzhi.
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Categoría: El poder divino de Falun Dafa