(Minghui.org) Mi esposo y yo fuimos acosados y arrestados por oficiales debido a que practicamos Falun Gong. El secretario del partido del comité del vecindario y la policía local participaron activamente en este arresto y acoso.
El pecretario del partido más tarde se marchó y una nueva persona asumió su cargo. Pensando que yo lo podría salvar, decidí tomar la iniciativa de hablar con él, así el no maltrataría a los practicantes. Camino a verlo, me calmé y envié fuertes pensamientos rectos para salvarlo.
Después de presentarme, el nuevo secretario del partido me miró sorprendido. Aparentemente el no esperaba que yo lo contactara antes de que él me contactara a mi. Sin embargo, nos sentamos y escuchó atentamente. Le expliqué cómo mi familia fue equivocadamente perseguida por seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Le dije cómo mi marido fue forzado a estar lejos de casa y yo también fui perseguida por agentes enviados por oficiales locales.
Cuando le enseñé las cicatrices en mis manos que dejaron las esposas en mi última detención, el dijo que lo sentía mucho. Pero debido a que son órdenes de superiores, dijo que no había mucho que el pudiera hacer. También me dijo que no practicara para que no me metiera en problemas.
Yo aclaré mi mente y estaba determinada a salvarlo. Lo visité varias veces y le llevé información nueva del sitio web Minghui. Ahora él tenía cómo aprender sobre los hechos de Falun Gong y hasta me pidió más materiales.
Durante las Olimpiadas de Beijing en 2008, la policía y los agentes de la oficina 610 insisiteron, diciéndole que fuera a mi casa, que ellos lo acompañarían para que me forzaran a escribir una carta prometiendo que dejaría de practicar Falun Gong.
Un día cuando lo visité, me dijo que los oficiales habían ido a verlo de nuevo el día anterior. “Se quedaron en mi oficina por largo rato", me dijo: "e insistían que fuéramos a tu casa. Les grité, diciendo que no había nada malo en contra tuya, porque no habías hecho nada malo”.
“Por favor sé cuidadosa con tu seguridad”, dijo: “yo también te protegeré”.
Al siguiente día los oficiales de la oficina 610 lo fueron a visitar nuevamente para discutir este tema. Querían arrestarme si me rehusaba a firmar una declaración de renuncia para dejar de practicar.
Viendo que no tenía otra opción, el secretario del partido dijo que enviaría a dos personas a vigilarme en la entrada del edificio. “De esta forma, los oficiales no te arrestarán. Por favor, no te preocupes por las dos personas afuera del edificio. Ellos se irán en unos días”.
A través de los años, este secretario del partido ha protegido a muchos practicantes en mi área. Sé que, porque eél apoya lo que es recto, será bendecido.
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