(Minghui.org) Mi esposa y yo comenzamos a practicar Falun Dafa antes del 20 de julio de 1999, y el Maestro salvó nuestras vidas en muchas ocasiones en los últimos veinte años. Nos conmovemos hasta las lágrimas cuando recordamos estas experiencias.
El 28 de abril de 2016 nos salvó nuevamente. Estábamos manejando el tractor en nuestro campo para regarlo. Cuando tratamos de detenerlo, los frenos no funcionaron. El freno para estacionarlo y el embrague también fallaron. La marcha estaba en reversa, y rápidamente nos dirigimos hacia una zanja, que tenía de tres a cuatro metros de profundidad y estaba llena de agua hasta más de un metro.
Mi esposa pensó: “Maestro, por favor sálvanos”. En ese momento, el tractor rodó hacia abajo en la zanja, se dio vuelta y quedó sobre mí. Ella también cayó, y perdí el conocimiento.
Más tarde me contó que estaba dentro del agua, en un estado de semiconciencia y que sintió una gran mano que la tomó, la levantó y la colocó sobre la orilla de la zanja. Abrió los ojos y vio que verdaderamente se encontraba sobre la orilla. Estaba empapada y chorreaba agua. Después se dio cuenta que el Maestro la había salvado.
Miró a su alrededor y no pudo verme. Entonces dijo: “Maestro, por favor, salva a mi esposo; está en el agua”, y gritó mi nombre.
Yo estaba en la zanja y sentí que un tipo de sustancia me encapsulaba. No era ni fría ni caliente. Me encontraba dentro muy cómodo. De repente, escuché a alguien llamarme por mi nombre. Abrí los ojos, pero estaba oscuro y no podía ver nada. Pensé: “¿Dónde estoy? Maestro, quiero salir”. Entonces vi una luz brillante, como la entrada de una caverna; la seguí, subí y salí del agua.
Mi señora me vio y gritó: “¡El Maestro nos salvó!” No podíamos parar de llorar y nos abrazamos. No hay palabras para contar lo que sentimos. Ambos dijimos al mismo tiempo: “Gracias Maestro por salvar nuestras vidas”.
Nos dimos cuenta que teníamos un celular y una tarjeta de memoria con las conferencias del Maestro en el bolsillo. Los saqué y los revisé; no estaban para nada mojados. Le agradecimos nuevamente.
El tractor todavía estaba en el agua, por lo cual llamamos a la grúa. Cuando el conductor llegó quedó estupefacto al ver lo que pasó. Dijo que había visto muchos accidentes como este y que la gente involucrada generalmente moría aplastada por el tractor. Le comenté que ambos estamos bien.
En un principio el hombre no nos creyó y expresó: “El tractor estaba al revés en la zanja y es muy profunda. ¿Dónde están las personas?” Le conté que éramos nosotros y aún no creyó. Le mostré un pequeño rasguño en mi brazo y le dije que el tractor había presionado la mitad de mi cuerpo, pero que salí trepando.
“¡No debería haber sido capaz de salir incluso si sólo cubría una parte de su ropa y el tractor presionaba la mitad de tu cuerpo! ¡Es verdaderamente un milagro!”, manifestó.
“Practicamos Falun Dafa y nuestro Maestro nos salvó”, le respondí. “Si usted reconoce en su corazón que `Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno´, esas palabras lo salvarán cuando esté en situaciones peligrosas”. Asintió con la cabeza.
Cuidadosamente levantó el tractor y lo colocó sobre la carretera. El combustible y el aceite no se habían desparramado y pudimos hacerlo arrancar. Le hicimos reparaciones transitorias y un pariente vino a ayudarnos a llevarlo a casa.
Después de llegar a nuestro hogar, nos dirigimos hacia la fotografía del Maestro, encendimos un incienso e hicimos una reverencia.
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Categoría: El poder divino de Falun Dafa