(Minghui.org) Como nací en el seno de una familia acomodada, recibí una educación privilegiada. En cuanto empecé a trabajar, me hice famosa. Los hombres me perseguían, e incluso algunos practicantes mostraban su interés por mi. Tantas atenciones acabaron convirtiéndome en una persona terca que sentía pánico al fracaso. Posteriormente, conocí a un practicante, me casé con él y nos fuimos a vivir al extranjero.

Mi matrimonio no resultó como esperaba. Mi marido era el más pequeño de todos sus hermanos, así que lo habían malcriado tanto como a mi. Debido a su mal temperamento, se irritaba con facilidad, y por esa razón discutíamos con frecuencia, e incluso llegábamos a agredirnos físicamente. Ninguno tomaba en serio la cultivación aunque, en apariencia, mi marido llevaba practicando desde 1994.

La cultivación es algo serio

Después de leer la Enseñanza del Fa en el Fahui de la Costa Oeste 2015, comprendí que había aflojado en mi cultivación e hice la promesa de convertirme en una practicante diligente.

No volví a ser negligente en mi cultivación durante todo ese año y por eso pude atravesar muchas tribulaciones y pruebas. Después de ese tiempo, comencé a aflojar de nuevo y olvidé por completo, que la cultivación es algo serio. En cuanto aflojé, volví a experimentar muchos conflictos, que desembocaban en violencia, hasta que un día recibí una herida en la cabeza.

A partir de entonces, dejamos de hablarnos y empecé a contemplar la posibilidad de divorciarme. Busqué en Internet información para la gente común sobre cómo tratar con este tipo de violencia doméstica. Sin embargo, lo que encontré no era una opción, porque recomendaba el: “Ojo por ojo, y diente por diente”.

Para intentar resolver el problema incluso consideré el abandonar mi camino de cultivación. Antes de llevar este pensamiento a la acción, llamé por teléfono a una practicante veterana. Me sugirió que abordara el tema como si se tratara de yeli de enfermedad y que enviara pensamientos rectos.

Después de colgar el auricular, recité: “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”, durante algunos minutos.

Permanecer lúcida

Después de reflexionar durante algún tiempo, llegué a la conclusión de que mi marido y yo estábamos siendo perseguidos por las viejas fuerzas. Así que envié pensamientos rectos para eliminarlas. Además comprendí que aún no me había desecho del sentimentalismo pero que necesitaba hacerlo.

Mi mente se volvió lúcida después de hora y media enviando pensamientos rectos. Descubrí que todo había sido una ilusión y que tales problemas, simplemente, habían sido arrojados sobre mi por las viejas fuerzas.

Cuando miré hacia dentro, encontré gran cantidad de apegos. Luego, pensé que solo yo era la que estaba sufriendo por esta situación, mientras que mi marido se encontraba bien, e incluso los demás practicantes lo consideraban alguien diligente. Pero estos no eran más que pensamientos humanos y eso era justamente lo opuesto de lo que debería pensar una practicante.

Ahora, sé que la cultivación debe ser incondicional. Aquel que se cultiva, es el que se beneficia. Mi marido era un practicante, pero como había aflojado y había actuado lamentablemente, tendría que afrontar las consecuencias de sus acciones. Pero si yo también dejaba de cultivarme, entonces ambos estaríamos en dificultades y las viejas fuerzas nos habrían ganado la partida. Debía permanecer lúcida y no dejar que esto ocurriera.

Reflexionar desechando el sentimentalismo

Leí recientemente un artículo en la página web Minghui que me sirvió de inspiración y comencé a memorizar Zhuan Falun. Mientras lo memorizaba, el Maestro me empezó a revelar tantos principios del Fa que no había entendido hasta ese momento, que no podía parar de memorizar párrafo tras párrafo. Me sentí muy atraída por los principios del Fa. Hacía mucho tiempo que no me sentía así.

Los practicantes que no han descartado los afectos tienen que reflexionar desechando el sentimentalismo y dejar de preguntarse por qué se debe hacer así. De esa manera uno será capaz de mirar hacia dentro incondicionalmente.

El arreglo que ha dispuesto el Maestro para cada uno de nosotros es tan complejo que nunca llegaremos a comprenderlo completamente. Todos los arreglos que han sido hechos por Él están encaminados a que podamos alcanzar el éxito en la cultivación.

Nada debería hacernos pensar en abandonar nuestro camino de cultivación, porque lo perderíamos todo, ¿qué nos quedaría si dejáramos de practicar? ¿Por qué no podemos seguir los principios del fa con decisión?