(Minghui.org) Hace tres años, necesité alquilar un departamento y mi empleador me recomendó una agente inmobiliaria, la señora Wang. Concertamos una cita con la propietaria para ver el lugar. Llegamos a horario, pero la dueña, la señora Heng, llamó y dijo que estaba demorada.

Treinta minutos más tarde, la señora Wang tuvo que partir e indicó que yo también me marche.

Pero esperé un poco más y llamé a la propietaria. Dijo que necesitaba algunos minutos más.

Una hora después, aun no había aparecido. Daba vueltas alrededor de la vivienda yo solo, cada vez más y más molesto. Entonces me di cuenta que no había armonía ni paz en mi corazón.

Comencé a mirar hacia adentro. Soy un cultivador que sigue los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. ¿Por qué estaba enojado? ¿Por qué estaba descontento? ¿Fue porque me hizo perder el tiempo? Pero esta fue una razón a nivel superficial. ¿Qué le pasaba a mi corazón? ¿Cuál debería ser mi entendimiento realmente? Recordé la enseñanza del Fa del Maestro:

“La tolerancia, una tolerancia sumamente inmensa, siendo capaces de aceptar a otros seres y realmente pensar desde el punto de vista de otros seres. Esto es algo que muchos de ustedes en su cultivación no han alcanzado aún, pero gradualmente lo están entendiendo y logrando” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Filadelfia, Estados Unidos, 2002).

Luego me di cuenta que necesitaba ser tolerante. La dueña debía tener sus razones. También debía estar preocupada por llegar tarde. Me calmé y esperé pacientemente.

La señora Heng llegó una hora y media tarde, pero se disculpó y continuó diciendo:"Lo siento, lo siento", le sonreí y respondí: "No importa". Quedó sorprendida de mi actitud.

Después que finalizamos dijo: “Eres una persona amable. Llegué muy tarde, pero no estabas enojado. Yo no podría calmarme si alguien me hiciera eso a mí. ¿Cómo lo hiciste?”.

Le conté que practicaba Falun Gong y que mi Maestro me había dicho que hay que ser tolerante.

“Usted debía tener sus razones para llegar tarde. No quiso llegar tarde”.

Me explicó sus motivos y expresó: "Ah, Falun Gong. No me extraña que seas tan amable. Escuché de un monje tibetano que Falun Gong es recto. No le creí para nada. La inquilina anterior, que es el CEO de una gran empresa, también lo practicaba. Me preguntaba por qué una mujer tan exitosa lo practicaría. Ahora veo que los practicantes de Falun Gong realmente tienen un gran corazón. Ahora creo que Falun Gong es realmente bueno”.

Luego me preguntó qué era realmente La farsa de la auto-inmolación de la plaza Tiananmen, por qué el gobierno persigue a la disciplina y otras cosas.

Después que le conté los detalles, se dio cuenta: “Vaya…todo lo que escuché son mentiras del partido comunista”.

Le dije que Falun Gong enseña a la gente a vivir de acuerdo con los principios de la Verdad-Benevolencia-Tolerancia y cómo la práctica mejora el cuerpo y la mente. Le hablé sobre los hechos de la persecución, especialmente sobre la sustracción forzada de órganos a practicantes vivos legitimada por el estado.

Escuchó con atención. Suspiró y expresó: "Ahora entiendo. Hoy he aprendido mucho". Se alegró de renunciar al partido con mi ayuda.

En los tres años siguientes, me encontré a menudo con la señora Heng por temas del departamento. Siempre estaba ocupada y a menudo llegaba tarde. Cada vez, la esperé pacientemente.

La tolerancia que aprendemos de Dafa nos permite llevarnos bien. Cada vez que nos encontramos, le conté algo sobre Falun Gong y por qué la gente necesita tratar bien a los demás.

Recientemente, mi contrato terminó. Hice una cita con ella y mi agente inmobiliaria, la señora Wang. Para mi sorpresa, la señora Heng llegó temprano y nos estaba esperando.

Me sonrió y dijo: "No llegué tarde esta vez".

La señora Wang llegó tarde. La esperamos durante treinta minutos. La señora Heng fue paciente. Me habló y me contó que quería conocer más sobre Falun Gong.

Prometí prestarle una copia de Zhuan Falun.