(Minghui.org) ¡Saludos Benevolente Shifu! ¡Saludos practicantes!

Me puse muy contenta cuando supe que se iba a realizar el Fahui anual de China en Minghui. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para contar la historia de cultivación de mi hijo y mía.

Obteniendo el Fa

La primera vez que escuché sobre Falun Dafa estaba embarazada de seis meses, en septiembre de 1996. Me enteré que Falun Dafa enseña Verdad-Benevolencia-Tolerancia. En ese tiempo, estaba un poco temerosa del mundo en el cual mi hijo nacería, donde la moralidad se estaba deslizando rápidamente. Busqué por todos lados métodos para poder educar a mi hijo de manera que creciera siendo bueno, optimista, de buen humor y elegante.

Volví a trabajar en julio de 1997, cuando mi hijo tenía seis meses. Un día estaba hablando del significado de la vida con uno de mis colegas cuando me sugirió que leyera Zhuan Falun. Cuando leí los caracteres Verdad-Benevolencia-Tolerancia, sentí como si estuviera viendo un farol en la oscuridad. Esas palabras eran como tres rayos de luz irradiando lo profundo de mi corazón. Me llenaron de alegría y luz, y en ese momento supe que usaría las enseñanzas de Dafa para criar a mi hijo.

Jardín de infantes

En mayo de 1999, mudé a mi hijo a casa desde la casa de mis suegos. Le traje una foto del Maestro Li, el fundador de Dafa, y le dije que era nuestro Shifu. Con dos años y medio de edad, con sus pequeñas manos empuñadas en su pecho, se inclinaba ante Shifu alegremente, una y otra vez. Me conmoví y sabía que estaría en buenas manos. Desde el comienzo, las lecciones de Shifu siempre estaban sonando para que las escuche. Siempre que llegábamos a casa, todo lo que tenía que hacer era prender el audio y continuar con lo que estaba haciendo, mientras él jugaba. No tenía que hacer mucho con él. Desde entonces y hasta ahora siempre usé ejemplos de la vida real para enseñarle a ser una buena persona.

Una vez le dije: “Eres un discípulo de Falun Dafa y tienes que ser paciente con otros. Por ejemplo, en el jardín, cuando los niños se enojan y molestan, no deberías pelear con ellos. Cuando se sientan mejor, puedes jugar de nuevo con ellos”. Una noche cuando volvía del jardín me dijo: “¡Mamá! ¡Lo hice hoy! Mi amigo me estaba gritando, entonces yo simplemente seguí jugando solo, esperando que se calme. Luego volvimos a jugar juntos”.

Yo estaba muy alegre. “Buen niño, hiciste lo correcto. Hay un dicho que dice ‘El corazón de un primer ministro es suficientemente grande para sacar un bote. La frente de un general es suficientemente grande para correr los caballos’. Él contestó: “Mamá, también hay una frase ‘No estar dentro de los cinco elementos y salir de Tres Reinos”. (Zhuan Falun).

El maestro de jardín de mi hijo comentó: “Es un buen niño. Hoy día, los niños están malcriados y son egocéntricos. Pero su hijo tiene empatía. Ayuda a cualquiera que esté en problemas”. En una casa abierta para padres, el borrador de tiza se cayó al suelo mientras el maestro enseñaba. Mi hijo se paró, caminó hasta allí, y levantó el borrador para el maestro. Uno de los padres dijo: “Mira a ese niño. Es una mascota del maestro. Sabe cómo complacer al maestro”. Yo sabía que solo intentaba ser amable.

Me puse muy triste después que el exlíder del PCCh, Jiang Zemin, lanzó la persecución en julio de 1999. Un día durante la cena le dije: “Hijo, puede que no sepas, pero eres mucho más afortunado que otros niños”. Se bajó de la silla, caminó hasta mí, puso su mano en las mías, y dijo: “Lo sé madre”. Y agregó:

A mí la gente común no me conoce,
me siento en un paso prodigioso;
entre avaricia y deseos, no estoy yo,
después de cien años, sólo yo.

(Ser Iluminado – Hong Yin)

¡Me sentí maravillosa y lloré al escuchar esto!

Muchas veces me pedía que leyera Hong Yin, Escrituras esenciales para mayor avance, y otras enseñanzas a la hora de dormir. A veces las tenía que leer más de una vez hasta que se dormía. Cuando fui ilegalmente enviada a un campo de trabajo forzado en 2001, le pedí a su abuela que le leyera Hong Yin en la cama. Mi suegra me dijo que él podía recitar todos los poemas de Hong Yin.

Escuela elemental

A fines de 2003, regresé a casa del campo de trabajo forzado, mi hijo estaba por comenzar primer grado. Durante los tres años que no estuve, no estudió el Fa. Sin embargo, Falun Dafa le trajo buena fortuna. Sus compañeros y maestros apreciaban su bondad. Fue elegido como el moderador de la clase. Otra alumno ansiaba ese trabajo, y mi hijo estaba dispuesto a darle el título a ella. Pero el maestro insistió en dárselo a él.

Su maestra siempre quiso conocer a los padres que lo criaron, y finalmente tuvo la oportunidad después que me liberaron a mitad de semestre. Una vez le sostuvo la mano a él y le dijo: “Si fueras mi hijo, ¡qué maravilloso sería!”. Comencé a estudiar el Fa y hacer los ejercicios con mi hijo de nuevo.

Un día lo lastimaron seriamente. Uno de sus compañeros lo pateó en la zona de la ingle, y le dejó moretones. Durante una semana le dolía cuando orinaba. Otra vez, un compañero lo ahorcó con una cuerda para saltar. Como resultado le quedó el cuello morado. Pero no lo denunció con su maestro, ni se quejó con sus padres. Dijo que el alumno no lo hizo a propósito.

En una reunión de padres y maestros, el maestro dijo que él era muy capaz, pero no le gustaba salir a jugar con los demás en el recreo. El maestro estaba preocupado por eso. Fui a casa y le pregunté, esto me explicó: “El lugar es muy pequeño, no quiero lastimar a otros, y no quiero que otros me lastimen tampoco. No me importa quedarme. Estoy bien”.

Escuela media

Cuando mi niño era joven, tendía a darle sermones. Cuando comenzó la escuela secundaria en septiembre de 2008, tuvimos un desacuerdo por algo. Lo critiqué hasta que lloró. Se quejó: “Ustedes los padres siempre tienen razón, sin importar lo que yo diga”. Su reacción me hizo parar y mirar hacia dentro. Me di cuenta que estaba siendo autoritaria, prejuiciosa. Cuando lo critiqué, lo hice sin parar hasta que lo hice llorar. ¡Era mi naturaleza demoniaca!

No estaba segura cómo decirle que me equivoqué, a pesar de que sabía que lo había hecho mal. Me di cuenta que yo era una practicante de Falun Dafa y él también. Ambos estamos tratando de hacerlo bien. Tengo que hacerlo bien frente a mi hijo, así que me disculpé. Esa fue la primera vez que me disculpé con él y admití que había cometido un error. Él contestó inmediatamente: “Mamá, yo tampoco lo hice bien. No te enojes”. Sentí la maravilla de mirar hacia dentro. Tenía que mirar hacia dentro incluso con mi propio hijo. No puedo asumir que soy superior a él y darle un sermón.

A esta edad, ya no me seguía a todos lados. Se quedaba cuando yo salía. La segunda mitad del año, una vez más me arrestaron ilegalmente y me detuvieron en un centro de detención por dos semanas. Él fue con practicantes a demandar mi liberación. Cuando regresé, estaba más bien deprimida porque no podía salir de las sombras de haber sido detenida. También ignoré sus sentimientos y no me di cuenta de mi egoísmo.

Cuando salía, apagaba mi celular. Cuando lo llamaba, todo el tiempo me preguntaba: “¿Dónde estás madre?”. Por razones de seguridad, no le decía. Así que a veces simplemente le decía que no me pregunte más. Cuando estaba con mucha presión, le pedía que me ayude a enviar pensamientos rectos. Gradualmente se comenzó a cerrar y dejó de salir con sus amigos.

Mirando hacia atrás esos días, fui negligente con él, lo que causó que se sintiera solo, deprimido, y sin esperanza. Yo estaba siendo demasiado egocéntrica y no intenté entender sus sentimientos. Estaba mirando las cosas desde mi propio punto de vista. Afortunadamente, él había estado estudiando el Fa y haciendo los ejercicios. Shifu siempre lo estuvo cuidando.

Escuela secundaria

Cuando comenzó la escuela secundaria, de repente “entendió muchas cosas”, para usar sus palabras, y ya no forcé más mis opiniones sobre él, sino que intenté intercambiar. También descubrí que él se refería a las enseñanzas de Falun Dafa como la guía para su vida diaria. Recuerdo un incidente donde hizo algo anónimamente para ayudar a un compañero. Eligió no decir nada, y quien se benefició tampoco lo sabía. Me conmoví cuando escuché la historia.

Trajo a casa un formulario para aplicar para un premio cuando estaba en 11.er grado. En una de las preguntas del formulario, le preguntaban cuáles eran sus afiliaciones políticas [la regla escondida era que tenías que ser miembro de los jóvenes pioneros o la liga juvenil]. Dudó y no estaba seguro de aplicar para el premio. Pero yo pensé que como somos discípulos de Dafa, merecemos ser reconocidos. “Si somos los mejores, tenemos que ser reconocidos”. Así que llenó el formulario dejando esa pregunta en blanco. Al final del semestre, recibió el premio. Dijo que no le importaba mucho el resultado. Su maestro revisó con él el tema politico, y él le dijo que nunca se unió al partido.

Desde la escuela primaria hasta la secundaria, todos sus maestros y profesores comentaban que era muy aplicado. Como tenía que estudiar el Fa y hacer los ejercicios, el tiempo que le quedaba para las tareas era limitado. Muchas veces hacía las tareas apenas llegaba de la escuela. Dejó la escuela secundaria un año antes para entrar en una buena universidad. Su maestro y compañeros estaban tristes de verlo irse.

Universidad

Cuando mi hijo fue a la universidad, vivía muy lejos, así que solo podíamos leer el Fa y compartir entendimientos durante los feriados. Le dije un día que me gustaría comprarle un auto, y me contó una historia. Había ganado un auto en un evento. El organizador lo llamó para que fuera a recogerlo, pero él se negó. El organizador le aseguró que no era una broma y que habría abogados presentes para legalizar todo. Aún se negó a ir. Al final, le ofrecieron darle el dinero, en caso de que no quisiera el auto. Rechazó la oferta. Le preguntaron por qué, y contestó que tenía sus creencias. Me contó que la oferta volvió a entrar en su mente más tarde ese día, para cazarlo. Después de todo, era un montón de dinero. En esa época, yo no tenía trabajo por la persecución, y nuestra familia no tenía dinero para comprar un departamento o una casa. Era muy tentador.

Me conmoví y dije que tendría que haber aceptado la oferta y guardado el dinero para usar en las actividades de Dafa. Dijo que no era tan simple porque eso y esto podría involucrar cosas complejas. Tampoco estaba seguro de cómo donar el dinero para Dafa. Y además, Shifu dijo: “He obtenido esta ganancia en forma indebida, ¿cuánto de tendré que darle?” (Zhuan Falun).

Descubrí que mi hijo se volvió una persona introvertida después de comenzar la secundaria. No quería estudiar el Fa conmigo, mucho menos con otros practicantes. Tampoco hablaba sobre aclarar la verdad. Yo quería que fuera alguien sobresaliente que nos haga sentir orgullosos, en la escuela y como cultivador. ¡Yo quería quedar bien!

Este era mi propio apego a la fama. A veces me enojaba porque parecía desmotivado, y lo fastidiaba y comenzábamos a discutir.

Un día al regresar de la escuela estaba enojado conmigo. Comenzó a enumerar mis apegos, como falta de fe en Shifu y el Fa, no ser respetuosa con Dafa, no adherirme a una disciplina, egocentrismo, no mirar hacia dentro, y estar apegada a mis propias nociones.

Me calmé después que se fue y me di cuenta que Shifu lo estaba usando para recordarme estas cosas. Yo estaba consciente de que tenía que mirar hacia dentro y hacerlo mejor. Estaba intentando recordarle que no se quede atrapado en la cultivación personal, pero en cambio fue una oportunidad para que yo mire hacia dentro. Me di cuenta que necesito enfocarme en mi. ¡Le estaba tan agradecida!

Mi hijo y yo no tenemos muchas conversaciones sobre cosas mundanas. Nuestras conversaciones ahora son todas sobre nuestro xiulian. Tan pronto como comienzo a hablar de algo que está impulsado por apegos humanos, él me para. Dice que si no tenemos mucho para decir, mejor no decir nada. Siempre esperé que él fuera de esta o aquella manera, pero ahora estoy convencida que no importa lo que haga, porque estará bien ya que tiene a Shifu y Dafa.

Estoy verdaderamente en deuda con Shifu, que me ha dado un practicante tan bueno. Gracias por la protección y gracia de salvación.