(Minghui.org) En dos años sufrí dos grandes traumas físicos. En agosto de 2016, mis dos piernas desarrollaron úlceras supurantes con mucho pus, que despedían un olor terrible. Poco a poco apareció un gran agujero en mi pierna izquierda y ya no podía caminar. Empecé a reflexionar lo que había hecho mal para que las viejas fuerzas tuvieran la oportunidad de tomar ventaja de mis brechas.

1. Mirando al interior y reparando mis errores

Un practicante y yo dirigíamos un negocio de suministro de materiales. Nunca engañamos a nadie y nuestro negocio estaba en auge. Esto nos llevó a asistir a más eventos sociales. Como resultado, no tenía suficiente tiempo para estudiar el Fa y mis apegos se expandieron gradualmente. Tomé una decisión equivocada al vender material de baja calidad a un cliente, sabiendo que él iba a venderlo como material de alta calidad para estafar a sus clientes. Aunque no vendí material falso yo mismo, permití que ocurriera. No hice lo que nos enseña el Maestro: "que detiene a la sociedad de su vertiginosa caída" (Iluminación universal, Hong Yin (II))

Shifu nos enseñó:

“Durante las interacciones sociales siempre se puede encontrar toda clase de conflictos. En esta porción del xiulian entre la gente común, no importa cuánto dinero tengas, qué alto puesto oficial ocupes, si haces tus propios negocios o abres una compañía o cualquier negocio que realices, debes comerciar en forma justa y posicionar el corazón rectamente. Todos los oficios de la sociedad humana deben existir; es el corazón del hombre el que no es recto, y no tiene que ver con qué profesión ejerce uno. En el pasado se decía algo como “de diez comerciantes, nueve hacen trampa”; esto dice la gente común, pero yo digo que es una cuestión del corazón humano. Si todos los corazones humanos se posicionan rectamente y se comercia en forma justa, cuando tú has dado más, debes ganar más dinero; eso es también porque has sacrificado entre la gente común, entonces ganas; el que no pierde, no gana, y si uno trabaja, gana” (Zhuan Falun).

Como practicante de Dafa, debo ser justo cuando dirijo un negocio. Le confesé al practicante lo que hice y dejé de hacer negocios con ese cliente.

Un día un practicante me recordó algo que el Maestro nos enseñó:

“En el pasado, los empleados y operarios de la fábrica de tejidos todos se llevaban restos de toallas a sus casas. Después de aprender Falun Dafa, este estudiante no solo no se llevó más a su casa, sino que devolvió las que se había llevado anteriormente” (Zhuan Falun).

Me iluminé al hecho de que dejar de involucrarme en una estafa no era suficiente, no debí haberme quedado con el dinero que gané. Formaba una gran parte de mis activos y empecé a preguntarme si podía renunciar a una parte. Al final, sabía que no debía fomentar tales pensamientos y que tampoco debía guardar nada de ese dinero. Doné todo el dinero a un proyecto de Dafa.

Creo que esta fue una razón importante por la que sufrí mucho. El requisito para los practicantes durante el período de rectificación de la Fa es muy alto y el camino para nosotros es muy estrecho.

2. Guerra entre las nociones humanas y los pensamientos rectos

Cuando mis piernas comenzaron a desarrollar úlceras, siempre me pregunté cuándo iba a terminar y por qué era tan increíblemente doloroso. Estaba muy negativo y deprimido. Estaba al borde de una crisis física y mental. Intenté aliviar el dolor por medios humanos. Los practicantes a mi alrededor también trataron de ayudarme con métodos comunes. Uno me compró un desinfectante, otro sugirió que fuera al hospital. Intentaba soportar la tribulación rodeado de emociones humanas y pensamientos pasivos.

Un practicante trajo a un médico a mi casa. El doctor me quitó la carne reseca de la pierna sin anestesiarme. Me sacudí y grité de dolor. El médico me sugirió que fuera al hospital para hacerme más pruebas y me insinuó que podría necesitar una amputación. Me negué.

Mi pierna izquierda se hinchó cada vez más y la supuración empeoró rápidamente, había mucho pus acumulado en el tejido. Un practicante, que también era enfermero, venía dos veces al día para ayudarme a quitar el pus. El proceso fue extremadamente doloroso, pero solo creó más pus. Eventualmente, mi esposa tenía que hacerlo regularmente. Nada aliviaba mi dolor; todo lo empeoraba.

A pesar de que el dolor era intolerable, insistí en estudiar mucho el Fa, enviar pensamientos rectos y hacer los ejercicios todos los días. Poco a poco mis pensamientos cambiaron: "Soy un practicante y debo conducirme en base a los principios del Fa en vez de confiar en nociones humanas".

Shifu dice: “Los cultivadores verdaderos no tienen enfermedades, ya que mis Fashen las han eliminado” (Explicando el Fa para los asistentes de Falun Dafa en Changchun, Explicando el contenido de Falun Dafa).

El empeoramiento de mi condición era una ilusión, pero me permitió darme cuenta de que no creía plenamente en el Maestro y en el Fa. Me traté como a una persona común y corriente y me sentí desesperado. ¿Cómo podía el Dafa desplegar su poder sobrenatural cuando todo lo que yo hacía era acudir a la gente común y corriente en busca de ayuda?

Shifu dijo:

“Ustedes se están cultivando, por tanto no sean intimidados por dificultades. No importa lo que sea, sin importar cuán duro sea, definitivamente serán capaces de atravesar el sendero dado por Shifu. (Aplausos) Mientras mejoren su xinxing serán capaces de superarlo” (Exponiendo y enseñando el Fa en el Fahui del Área Metropolitana de Nueva York).

Mi cabeza se aclaró. Querer aliviar el síntoma y el dolor por medios comunes era como tratar de resolver los problemas divinos con métodos humanos. Al día siguiente le dije a la enfermera practicante que ya no tenía que venir. Cuando me preguntó qué me pasaba con el pus en las piernas, le dije que ya no lo pensaría más. A partir de entonces, la cantidad de pus disminuyó cada día.

Aunque el dolor y la agonía aún estaban allí, ahora el Fa estaba en mi mente. Ya no tenía miedo ni dudas. Ya no necesitaba soportar el dolor como una persona común. Todos los días estudiaba el Fa, hacía los ejercicios y enviaba pensamientos rectos con una mente tranquila. Tenía una nueva comprensión de las palabras del Maestro:

“Especialmente en estos años de persecución, entre las cosas que han hecho para validar el Fa, no importa con qué asuntos específicos se hayan encontrado, les he dicho que todo eso es bueno -y esas cosas han aparecido justamente porque te cultivas. Esas tribulaciones demoníacas y el sufrimiento, sin importar cuán difíciles te hayan parecido, son cosas buenas, porque suceden únicamente porque te cultivas y refinas. Durante las tribulaciones demoníacas, el yeli puede ser eliminado y los corazones humanos pueden ser despojados estas hacen que te eleves” (Enseñando el Fa en la Conferencia de Nueva York 2008).

3. Negando a las viejas fuerzas y aclarando la verdad

Me quedaba en casa por mi condición. Un día un practicante me dijo que, de las tres cosas que los practicantes necesitaban hacer, yo no aclaraba la verdad. Me di cuenta de que me había centrado demasiado en mi dolencia y olvidé mi deber como practicante. Tenía que salir y ayudar a aclarar la verdad.

El primer obstáculo fue bajar las escaleras. Cada paso fue extremadamente difícil y doloroso para mí. Después de luchar para bajar las escaleras, intenté conducir mi auto y luego rengueé por 700 metros hasta donde tenía que ir. Al día siguiente caminé dos kilómetros. Mi entendimiento era que debía hacer lo que hace un practicante de Dafa y así pude negar los arreglos de las viejas fuerzas con mis acciones.

4. Sin miedo de aclarar la verdad cara a cara

Dos practicantes locales a menudo usaban sus scooters para aclarar la verdad. Cuando nevaba, los llevaba a varios lugares en mi auto. Sin embargo, nunca salí de mi auto para hablar con nadie. Un día uno de los practicantes me dijo que solía tener miedo de clarificar la verdad cara a cara, también. “Eventualmente todos tenemos que dejar de apegarnos al miedo”, dijo. Al día siguiente, bajé del auto y entré en una tienda y ayudé a seis personas a renunciar al partido comunista chino (PCCh) y sus organizaciones afiliadas. Estaba tan emocionado, porque sabía que Shifu me estaba ayudando.

Cuando distribuimos calendarios, el practicante me dejó caminar al frente y me dijo que fuera donde la gente estaba. Poco a poco mi miedo disminuyó y me sentí más a gusto. La hinchazón de mis piernas se redujo, la cantidad de pus disminuyó y la herida se cerró.

Dice el Maestro,

“Eliminen cualquier apego que puedan tener y no piensen en [tales] cosas. Simplemente hagan todo lo que un discípulo de Dafa debe hacer y eso lo incluye todo” (Exponiendo el Fa en el Fahui Internacional de Washington D.C., Guiando el viaje).

Hace unas dos semanas, me di cuenta de que de alguna manera acepté el hecho de que las viejas fuerzas existían, lo que significa que permití que existieran en mí. Entonces pensé: "Mi Maestro no reconoce su existencia, ni yo tampoco". Tan pronto como tuve este pensamiento, las heridas en mis piernas se cerraron.

Un día, mientras estaba haciendo llamadas para aclarar la verdad, algo que el Maestro dijo vino a mi mente:

“En la práctica de cultivación, no estás haciendo progresos reales y verdaderos por tu propia cuenta, los cuales traerían grandes cambios esenciales en tu interior. En cambio, te apoyas en mi poder y en la ayuda de los fuertes factores externos para efectuarlo. Esto nunca podrá transformar tu naturaleza humana en naturaleza fo. Si cada uno de ustedes puede entender el Fa desde lo profundo de su corazón, eso sí será la manifestación del Fa cuyo poder­ es infinito –¡La reaparición del poderoso FOFA en el mundo humano!” (Palabras de advertencia, Escrituras esenciales para mayor avance).

Pocos días después tuve un sueño vívido en el que mucha gente estaba arreglando el exterior de una fábrica. Al día siguiente le conté esto a un practicante y me dijo que estaba cultivando el exterior, pero que mi corazón nunca cambió.

Llegué a la conclusión de que el Maestro estaba usando a las viejas fuerzas para exponer mi problema. En el proceso, pasé de cultivarme en la superficie a cultivarme verdaderamente. Pasé de conocer las enseñanzas del Fa conceptualmente, a tener una comprensión racional de los principios. Inicialmente, me costó mucho pasar esta prueba porque pensaba constantemente con nociones humanas.

En los tres primeros meses de la tribulación, aunque estudié constantemente el Fa, miraba dentro de mí y enviaba pensamientos rectos, el dolor y la agonía empeoraban aún más cada día. Me sentía desesperado. En este punto, si un practicante perdió su justa creencia en el Maestro y en el Fa, era muy fácil para él volverse en contra de la práctica. El arreglo de las viejas fuerzas era ir más allá del límite del practicante, romper su voluntad y destruirlo. Fueron los principios del Fa de Shifu los que me mantuvieron firme y me ayudaron a superar las dificultades.

5. Protegido en un accidente automovilístico

En junio de 2017, estaba junto a otro practicante en una moto de camino a casa. Tuvimos un accidente frontal con un coche. Cuando recuperé la conciencia, el scooter estaba aplastado y sobre mis piernas. Vomité sangre cuando me golpearon, tenía un gran abultamiento en la frente, mi nariz sangraba y mis dientes estaban flojos. El otro practicante me preguntó si estaba bien. Ambos le dimos las gracias al Maestro por salvarnos la vida.

La mitad del otro coche estaba arruinado. El dueño llamó a la ambulancia, pero me negué a entrar. El paramédico me dijo que estaba en condición crítica y que tenía que firmar una renuncia si me negaba a ir a un hospital. Lo hice y la ambulancia se fue. Los transeúntes comenzaron a charlar y oí a uno de ellos decir: "Escuché que los practicantes de Falun Gong están bien en situaciones como ésta". Me desperté y supe que necesitaba aclarar la verdad.

Les dije a los transeúntes que era un practicante de Falun Gong y que, con la protección del Maestro, estaría bien. Uno se acercó al dueño del auto y le dijo: "Él practica Falun Gong y no se aprovechará de ti por los daños causados”. El dueño del auto insistió en que esperáramos a que llegara la policía.

Cuando llegó la policía, se sorprendió de que siguiera allí a pesar de mi terrible condición. Le dije que era practicante y que no necesitaba ir al hospital. Al ver que no estaba tratando de acusar al otro conductor a pesar de mis heridas, la policía me dio un pulgar para arriba. Le dijo al dueño del auto: "Usted es parcialmente responsable por este accidente. Con las lesiones causadas, tendría que gastar mucho dinero si él hubiera escogido ir al hospital". Al final, el dueño del auto decidió que cada uno de nosotros se encargaría de nuestras propias pérdidas.

Otro practicante vino en una moto para recogerme. Tan pronto como me subí al scooter y me relajé, no pude dejar de vomitar sangre. Me sentía casi muerto en ese momento, pero no tenía miedo. Estaba decidido a recorrer el camino que el Maestro me había preparado hasta el final y quería volver a casa con el Maestro.

El practicante logró llevarme a casa. Seguí vomitando sangre y mi nariz seguía sangrando. Mi aliento y mi cuerpo estaban fríos. Mi esposa llamó a varios practicantes para que vinieran y ayudaran a enviar pensamientos rectos. Me las arreglé para cruzar las piernas a pesar del dolor extremo y envié pensamientos rectos para eliminar la interferencia de las viejas fuerzas. En mi mente, sabía que independientemente de mis errores, el Fa me rectificaría y ninguna de las viejas fuerzas eran dignas de poner a prueba a un practicante de Dafa.

Una hora más tarde vi que los practicantes parecían relajados. Me dijeron que el color había vuelto a mi cara y que estaría bien. Me sentí muy sediento y agarré una botella de agua fría. De repente, no estaba seguro de si debía beber o comer algo porque acababa de vomitar sangre. Me di cuenta de que no debía restringirme por las nociones humanas. Bebí el agua y me sentí muy bien. Me sentía hambriento y empecé a comer todo lo que pude, sin preocuparme por el sangrado de mi nariz ni nada más.

Al día siguiente empecé a hacer los ejercicios. Me esforcé para levantar los brazos. Le pedí ayuda al Maestro y pude cruzar las piernas a pesar del dolor. Mis rodillas, piernas y pies se hincharon mucho, pero me negué a reconocer la apariencia de enfermedad. Hice lo que necesitaba hacer como practicante. Pronto me recuperé completamente.

El año pasado, cuando mis piernas se me infectaron, estudié mucho el Fa y envié pensamientos rectos. Pude realmente aclarar la verdad a la gente y negar el arreglo de las viejas fuerzas. El proceso sentó una base sólida para mí y elevó mi nivel de xinxing.

Este año, después de un accidente automovilístico, casi no tenía nociones humanas en el proceso de recuperación. Creía en el Maestro y en Dafa y negué completamente las viejas fuerzas. Con la ayuda del Maestro, pasé esta prueba rápidamente. Dice el Maestro:

“No se habla sobre qing entre el Shifu y los dizi,

la bondad del Fo crea de nuevo Cielo y Tierra

Con los dizi repletos de pensamientos rectos,

el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo”

(Bondades entre el Shifu y los dizi, Hong Yin (II))

Estoy agradecido por la compasiva salvación del Maestro y a los practicantes que me cuidaron y me ayudaron a mejorar mi cultivación.