(Minghui.org) Tengo 66 años y empecé a practicar Falun Dafa en 2003. He experimentado dificultades y alegrías a lo largo de mi cultivación, pero siempre he guardado a Dafa en mi corazón.
Negándome a cooperar con los perseguidores
Fui sentenciada a una pena de tres años de prisión en 2011 por mi creencia. Los guardias ordenaron a las reclusas que me torturaran en un intento de quebrar mi voluntad.
Shifu dijo:
“Y el que pueda sostener firmemente esos pensamientos rectos y perdurar hasta el final, se volverá un magnífico dios forjado por Dafa” (Exponiendo el Fa en el Fahui Internacional del Oeste de los Estados Unidos).
Después de salir de la cárcel, otra practicante y yo visitamos a mis amigos y parientes para contarles la verdad de Falun Dafa. Después de que hablamos con ellos, alrededor de 83 personas abandonaron el partido comunista chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas.
Presentando una querella criminal contra Jiang Zemin
Después de presentar la demanda judicial en julio de 2015 contra Jiang Zemin, exlider del PCCh por iniciar la persecución de Falun Dafa, los agentes de la oficina local 610 y de la comisaría de policía vinieron a acosarme varias veces. Sabía que debía aclararles la verdad sobre Falun Dafa y la persecución.
Sin ningún temor, hablé con cualquiera que viniera a mi puerta. Les expliqué por qué quería llevar a Jiang ante la justicia y las consecuencias que tendrían si continuaban participando en la persecución. Escucharon atentamente, y uno renunció al partido.
Mirando hacia dentro
Mi marido no es practicante. Y se convirtió en marinero después de ser dado de baja de las fuerzas armadas. Estuvo de acuerdo en que Falun Dafa era bueno y era consciente de la naturaleza malvada del PCCh, y también abandonó el partido.
Antes de hacerse a la mar, me recordó que no me metiera en problemas, pero continué haciendo las tres cosas que los practicantes se supone deben hacer.
Cuando él estaba fuera de casa salía a hablar con la gente para contarle de Falun Dafa. Cuando mi marido regresó me quedé en casa estudiando el Fa, para trabajar en el campo y hacer las tareas del hogar. Pensé que estaba haciendo lo correcto, pero me detuvieron y llevaron a un campo de trabajo forzado en 2008 durante dos años.
No podía comprender qué es lo que estaba haciendo mal para que me persiguieran así.
Después de mi liberación, No dejaba de pensar en cómo podría salir para salvar a la gente sin que mi marido lo supiera. Luego fui otra vez detenida y sentenciada a tres años de prisión en 2011.
Después de pasar cinco años en la cárcel, mi marido no me dejaba salir. Estaba indefensa, así que le pedí ayuda al Maestro.
Un practicante vino a verme y me escapaba a escondidas para asistir al estudio grupal del Fa.
Mi esposo pronto se dio cuenta de lo que estaba haciendo y empezó a gritarme. Estaba furioso, pero lo ignoré.
Esto se repetía cada vez que volvía a casa del estudio del Fa. No dejaba de repetirme que estaba siendo manipulado por las viejas fuerzas y que no debía aceptarlo.
No estaba mirando hacia adentro.
Haciendo todo de una manera abierta y digna
Shifu dijo:
"Les voy a decir, no importa cuál sea el conflicto que surja, o el tipo de situaciones que emerjan, será seguramente debido a que existen brechas dentro de nosotros mismos. Y esto es seguro. Si no existiera brecha nadie podría aprovecharse" (Exponiendo y enseñando el Fa en el Fahui del Area Metropolitana de Nueva York).
Después de estudiar el Fa de Shifu, me di cuenta de que debía mirar hacia mi interior. Mis tribulaciones ocurrieron porque no me estaba cultivando bien. No debía hacer cosas a espaldas de mi marido. Debía hacer las tres cosas de una manera abierta y digna. El Maestro nos ha enseñado una y otra vez que debemos manejar bien nuestros asuntos familiares.
Cuando mi esposo estuvo de buen humor le hice saber que iba una vez a la semana a estudiar el Fa en la casa de un practicante y le pedí disculpas por no decirle la verdad.
Me dijo que no me dejaría seguir yendo allí. Le dije que los practicantes deben asistir al estudio grupal del Fa, y le aseguré que nada me pasaría, que estaría bien.
Cuando me preguntó: "¿Por qué acabaste detenida en prisión?”. Le dije que era porque no había seguido diligentemente las enseñanzas de Shifu, y me disculpé por crearle estas dificultades todos estos años.
Aún estaba decidido a no dejarme salir.
Continué enviando pensamientos rectos e intenté ver las cosas desde su punto de vista y hacerme cargo de sus preocupaciones, sin enfocarme en mí.
Mi esposo se tranquilizó gradualmente y me dijo que se preocupaba por mi seguridad. Le aseguré que comprendía los motivos de sus preocupaciones.
Después de eso, ya no me impidió ir al grupo de estudio del Fa. Incluso me veía desde la puerta. Al salir de casa, me di la vuelta y me encontré con su mirada, estaba tan conmovida. Si no hubiera sido porque Shifu fortaleció mi compasión, no habría podido resolver esta tribulación familiar tan rápido.
Oportunidad de informar a la gente sobre Falun Dafa
Mi huerta prosperó después de que volví de la cárcel. La cosecha fue tan abundante que no pudimos comerlo todo. Por lo tanto, decidí vender mis productos en el mercado, que también sería una oportunidad para hablar con la gente acerca de Falun Dafa y ayudarles a renunciar al PCCh.
Hice materiales informativos de Dafa, amuletos y papel moneda con información de Dafa escrita sobre ellos. Me aferré a dos pensamientos: que las viejas fuerzas sean eliminadas y que Shifu me fortalezca.
Conocí a mucha gente en el mercado. En un buen día, ayudé a más de cuarenta personas a renunciar al PCCh. Cuando entendieron la verdad sobre Falun Dafa, estaban ansiosos por obtener la información que teníamos y abandonar el PCCh. Algunos trajeron a sus familiares para escucharme y otros gritaron: "Falun Dafa es bueno".
Mi esposo con el tiempo ha cambiado su actitud, y ahora está feliz de verme ir al mercado todos los días.
Todo el contenido publicado en este sitio web tiene derecho de autor y pertenece a Minghui.org. Minghui realizará compilaciones de su contenido online de forma regular y/o en ocasiones especiales.
Categoría: Mejorándose uno mismo