(Minghui.org) Mi mamá me contó que cuando yo era una niña pequeña, mis ojos apenas podían abrirse, lo que me dificultaba la visión.

A la edad de dos meses y medio, mis padres me llevaron a un famoso hospital oftalmológico, y el médico dijo que mis ojos se habían desarrollado lo suficiente, pero que una enfermedad congénita me impedía ver y que no había tratamiento.

Nada de lo que los profesionales intentaron ayudó a mi condición, y tenía que pasar mucho tiempo en nosocomios. En mis recuerdos tempranos, solo veía pequeñas astillas y sentía algo bloqueando mis ojos.

Como no podía ver el plato de arroz mientras comía, mi mamá tenía que ayudarme. Involuntariamente pisé y maté pollos que ella criaba, por lo dejó de producirlos.

Cuando crecí y me casé, mi situación se tornó más complicada. Desarrollé enfermedades ginecológicas y debía tomar muchas medicinas. Algunas veces sangraba tanto que tenían que hacerme transfusiones.

Mi vida fue muy difícil hasta el invierno de 1998, cuando mi cuñada me presentó la práctica de Falun Dafa. Fui a la casa de un vecino donde tenían un grupo de estudio del Fa y leían el libro principal de la disciplina, Zhuan Falun.

Realmente disfrutaba escucharlos estudiándolo y decidí comenzar a practicar ese día. Continué asistiendo al estudio todas las noches.

Tres meses más tarde, los practicantes salieron al patio después de la lectura. Y uno dijo: “Es una bonita noche”.

Miré hacia arriba y vi las estrellas en el cielo. ¡Podía ver!

Estaba muy feliz y les conté a mis compañeros que había visto las estrellas por primera vez. ¡Todos compartieron mi alegría!

Cuando regresé a casa, le dije a mi esposo que había visto las estrellas, pero no me creyó. Estaba tan contenta que esa noche no dormí. A la mañana siguiente, nuevamente le conté que vi las estrellas. Aun no me creyó, y tiró una moneda de diez centavos sobre el piso para probar si yo podía verla.

La recogí, él la tiró una vez más y también la levanté. Mi esposo dejó de dudar.

¡Podía ver hojas verdes y flores blancas… todo se veía tan fresco! Con la recuperación de mi visión, aprendí a hacer ropa, mantas y zapatos. Cuando una aguja caía sobre el piso, podía recogerla y no tenía problemas para enhebrarla.

Estaba muy feliz que mi cuñada ya no necesitara trabajar arduamente para ayudar a fabricar ropa para mi familia. Y no solo pude ver las cosas, sino que no sentí más incomodidad en los ojos. Además, mis enfermedades ginecológicas también desaparecieron.

Ya no sufrí más esos infortunios… ¡Estoy tan feliz! ¡Falun Dafa es verdaderamente milagroso!

En el Año Nuevo Chino de 1999, mi esposo dijo: “Este invierno no gastamos un centavo en medicinas”, y quiso comprarme ropa nueva.

Mi cara que se veía enferma y amarillenta, ahora luce de color rosado. Todos los que me rodean y yo recordaremos por siempre lo que Falun Dafa hizo por mí.