(Minghui.org) Obtuve Fa en noviembre de 1998, y he experimentado los beneficios de practicar Falun Dafa (también conocido como Falun Gong).
Cuando se nos pidió que escribiéramos una experiencia, en mi mente apareció la marcha SOS del verano de 2001 y la apelación de los practicantes en la plaza de Tiananmen en Beijing en el otoño del mismo año. Fue entonces cuando experimenté que realmente me cultivaba genuinamente.
Siento como si hubiera estado yendo hacia atrás en vez de hacia adelante y es doloroso. Por supuesto, he hecho muchas cosas para exponer lo que está sucediendo en China y he estado involucrada en varios proyectos, pero no siento que haya cultivado el corazón que una vez tuve. Lo que ha pasado no lo puedo cambiar, pero puedo encontrar la forma en que mi corazón vuelva a ser como en 2001.
Preparando la marcha SOS
La persecución se intensificó y empeoró cada día. Para que la gente pudiera prestar atención a la persecución y el rescate de los practicantes de Falun Gong en China, iniciamos una marcha SOS desde Falun City hasta Estocolmo. No había reglas para la participación.
Sin embargo, antes de que comenzáramos nuestra marcha, había algunos detalles que tratar. Entre otras cosas, teníamos que decidir quién iba a conducir el coche. Nadie de los que participaban en la marcha SOS quería conducir el coche. El coche era muy necesario para poder llevar el equipaje pesado y otras cosas que necesitábamos en la marcha, para que los que caminaban tuvieran una mochila liviana durante los kilómetros que recorrerían. Tuvimos una discusión bastante ruidosa que terminó en que yo fui elegida para conducir el coche.
Conseguimos mapas detallados de la ruta, pero los caminos todavía necesitaban ser investigados para ver por dónde era adecuado caminar sin ningún peligro por el tráfico, lo que se convirtió en una de las tareas del conductor. Esto sucedió antes de que fuera algo común tener GPS en los coches.
Un practicante de Falun y yo también trabajamos para ponernos en contacto con los medios de comunicación e intentar conseguir una noche de alojamiento en lugares adecuados a lo largo del camino. Preparamos tiendas de campaña en el coche por si no había otro alojamiento disponible.
Eliminando el apego a la reputación
Mientras los otros realizaban la marcha, yo conducía el coche. Quería caminar con los demás porque era lo único que tenía sentido desde mi punto de vista. Estar sentada en el coche todo el tiempo estaba bien, y aunque había diferentes cosas que debían arreglarse mientras tanto, todavía tenía tiempo para preguntarme por qué estaba sentada en el coche.
De repente, algo me golpeó. Aunque estaba completamente sola en la carretera, tuve que aminorar y echarme a un lado porque me entró un tremendo ataque de risa. Me reía tanto que parecía que rugía... ¡Qué gracia! Me di cuenta de que era absolutamente la tarea correcta para mí. Conducir el coche significaba que no te podían ver, y acababa de entender que tenía un apego a la reputación.
Entre las carcajadas, sentí cómo una sustancia física me abandonaba y se escapaba por la puerta del coche, como un globo volando cuando dejas salir el aire. Resolvió el asunto... En ese momento y lugar, lo decidí. ¡Aquí el coche tiene que conducirse! Conduciría hasta Estocolmo. Había decidido que esto se mantendría todo el camino, y que ese apego debía ser eliminado. También entendí que cuando me reí del apego en mi cara, parecía que se escapaba con el rabo entre las patas, para describirlo con lenguaje humano.
Aliviando las dificultades de los caminantes
Después de este entendimiento me sentía cómoda en el coche frente a todos aquellos que caminaban la marcha SOS y que hacían esfuerzos heroicos en las carreteras, con cuerpos cansados y doloridos.
Andaron durante unas 15 horas y caminaron como una maratón, más de 40 kilómetros cada día. Algunos sufrieron un dolor terrible y otros sufrieron heridas que los hicieron estar a punto de dejar la marcha.
Decidí que haría todo lo que estuviera a mi alcance para apoyar a los manifestantes de diferentes maneras. Ahora, en mi mente, de repente era importante conducir el coche y había muchas cosas que tenían que arreglarse a lo largo del camino, además de la marcha de SOS en sí misma. También entendí que sin un coche, sería difícil completar la marcha a Estocolmo.
El alojamiento tenía que ser arreglado en lugares apropiados y los medios de comunicación serían contactados, lo que daba grandes posibilidades de conversación con las personas que querían ayudar, cuando se enteraron de nuestra larga marcha SOS entre Falun y Estocolmo, para prestar atención a lo que le sucede en China a las personas que practican el mismo método que nosotros.
La primera noche nos alojamos en una granja del pueblo. Era básicamente un techo sobre la cabeza. Muchos estaban tan cansados que se tambalearon hasta la casa y cayeron sobre la colchoneta. Apenas podían comer. En otro lugar donde nos quedamos, llamé a Vänge Hilton, porque era un gimnasio y todo el mundo podía dormir en colchones de 3 decímetros de grosor e incluso había duchas, algo que era realmente necesario para los manifestantes que habían caminado durante varios días.
Uno de los practicantes cumplió 30 años. Eligió caminar la marcha en vez de celebrar en casa con la familia. Le compré un pastel para que celebrara su cumpleaños. También conduje el coche para buscar a un practicante que se perdió cuando iba a unirse a la marcha.
El último día, un practicante de Estocolmo se encargó de conducir hacia Mynttorget, donde tendríamos una concentración con discursos de algunos políticos. Finalmente podría caminar la marcha y usar finalmente mis botas de montaña. Me sentí encantada de unirme a la marcha SOS el último día.
Después de 12 kilómetros hacia el centro de Estocolmo, estaba completamente exhausta y sentía dolor en todas partes. Así que, mirando atrás, estaba agradecida de haber tenido la tarea de conducir el coche, porque nunca me las hubiera arreglado para caminar una maratón todos los días.
Cada vez que recuerdo este evento, me conmueve la forma en que todos los practicantes luchaban por caminar con pancartas sobre la cabeza todos los días, a pesar de sus cuerpos doloridos. Y me dieron la oportunidad de ver mi apego cuando estaba conduciendo el auto y trabajando más detrás del escenario para apoyar y ayudar a los que caminaban la marcha. A veces también tengo la sensación de que los dioses tienen humor cuando planean todos nuestros pasos cortos y largos.
Apelar en la Plaza Tiananmen
En el mismo año, otro evento inolvidable ocurrió el 20 de noviembre. Fue nuestra protesta en la plaza de Tiananmen en Beijing. También fue un gran paso en mi camino de cultivación. Antes de decidirme a ir a Beijing para protestar o quedarme en casa para ayudar, había muchos pensamientos que giraban en mi mente.
Después de estudiar el Fa y compartir un día, unas dos semanas antes del viaje, estaba preparada para tomar una decisión. Una era; si se lo había prometido al Maestro ¿Cuán grandes serían las pérdidas si no iba? tarde o temprano, todos los practicantes se enfrentarían a la cuestión de la vida y la muerte en diferentes niveles, ¿por qué esperar? Habiendo entendido que nuestros caminos ya están arreglados tomé mi decisión y decidí ir. Y mi corazón volvió a su ritmo calmado y constante.
Mi compasión con los practicantes en China había aumentado desde que comenzó la persecución en 1999. Fui a Beijing para ayudar y apoyar a los valientes practicantes chinos y mostrarles que no estaban solos en esta terrible situación. También quería que fuea un despertador para el mundo, para que los gobiernos de diferentes países pudieran hacer algo para detener la persecución.
Los occidentales nos reunimos en la plaza Tiananmen, desplegando nuestra bandera con Zhen Shan Ren y Verdad, Compasión y Tolerancia. Después de 20 segundos, estábamos rodeados por autobuses blancos y coches de policía. Fuimos objeto de acoso y violencia, pero logramos mantenernos vivos y nos expulsaron del país al día siguiente. Una cosa que me conmovió mucho fue que, incluso antes de que abandonáramos China, nuestro Ministro de Asuntos Exteriores había hecho una inteligente declaración en la que condenaba al régimen chino y nos apoyaba.
Cuando aterrizamos en Suecia y nos encontramos con los medios de comunicación, me entrevistaron tanto en la radio como en la televisión. Después de los acontecimientos en Beijing, mi sensación de incomodidad al estar en el punto de mira desapareció. Fue maravilloso y pareció tan fácil, que me di cuenta de cómo nuestros apegos nos limitaban y nos retenían en diferentes situaciones.
Llegando a los medios y a los políticos
En junio de este año, algunos de nosotros planeamos escribir cartas a nuestros políticos en Gotemburgo sobre la persecución que ha durado 18 años en China. Tuvimos varias reuniones y discutimos sobre quién se pondría en contacto con los políticos respectivos. Tuve la oportunidad de contactar a un político con el que tuve contacto en 2003, cuando el consulado general de China intentó detener el programa de radio Falun Gong Time, que yo coordinaba. Durante las reuniones, hablamos de diferentes maneras de escribir, pero me costó mucho conseguir una buena carta. Entonces llegaron las vacaciones de verano y la carta nunca se envió.
Durante el verano, hicimos una gira en coche por Suecia. Empezamos el tour en Gotland con la Semana de Almedalen. Era un gran lugar y una gran oportunidad para llegar a la sociedad, incluyendo a los medios de comunicación y a los políticos. Teníamos un estand en una buena ubicación, cerca de un par de importantes medios de comunicación y justo fuera de la universidad donde se celebraban muchos seminarios y reuniones todos los días.
El político al que estaba a punto de escribir acababa de pasar. Fui a hablar con él y le dije que estaba escribiéndole una carta, él se preguntó de qué iba a tratar la carta. Esto condujo a una buena conversación que se desarrolló de forma muy natural.
El aún recordaba el incidente en el que el consulado general de China intentó detener el programa de radio hace 14 años. Entonces fue fácil entrar en la conversación sobre Falun Gong y la difícil situación para los practicantes de Falun Gong en China.
Había estado pensando mucho en él durante las últimas semanas antes de las vacaciones. Entiendo que nuestros pensamientos rectos son fuertes. Ahora tenía otra oportunidad y él se quedó allí hablando conmigo en persona. Acordamos retomar el contacto este otoño.
Haciendo pública la interferencia
En aquellos días, también tuve la oportunidad otra vez de cultivar otra capa de mi apego a la reputación. Nosotros, Falun Gong, teníamos una hora diaria en el escenario a nuestra disposición en una plaza del centro de Visby. Unas semanas antes me pidieron que participara para hablar sobre la interferencia del consulado chino en Gotemburgo al programa de radio que emitía en 2003, y el reciente incidente en el que intentaron detener la exposición de arte en Linköping.
No me gusta estar de pie en el escenario y hablar. Preferiría dejar que alguien más lo hiciera, pero al mismo tiempo me di cuenta de que, de hecho, había una oportunidad para mí de desprenderme un poco de mi apego a la reputación.
Como el incidente ocurrió hace 14 años, tuve que empezar a recordar leyendo sobre ello de nuevo. Finalmente, las piezas encajaron en su lugar, al menos cuando estaba en casa. Pero cuando estábamos en el escenario el primer día, me puse nerviosa, como si de repente hubiera perdido la memoria. No ayudó que antes hubiera tomado notas, las olvidé en cuanto las escribí. Así que pedí al practicantes que iba a actuar como presentador que me ayudara haciendo preguntas. Justo antes de que me tocara subir al escenario, me vino un pensamiento: cambiaré mi actitud por completo. En vez de verlo como algo desagradable estar en el escenario, ¡debería disfrutarlo! Y sí, eso salió bien y agradezco que me dieran una pista para pensar de otra manera.
Una de las últimas paradas de nuestra gira en coche fue el Festival de Verano en Stromstad. Estábamos en la plaza y mostrábamos los ejercicios y hablábamos con la gente. El clima era muy agradable, así que había mucha gente por todas partes, incluso de nuestra vecina Noruega.
Conocí a una señora que mencionó que había visto a Falun Gong en Oland a principios de verano. Esa era la cuarta parada de nuestro viaje en coche. Participamos en el programa junto con otras compañías y organizaciones cuando la Princesa Heredera de Suecia celebró su 40.° cumpleaños. Esta señora nos conoció allí y había hablado con uno de nosotros. Después pensé que era como debía ser. Imaginen lo genial que sería que todos los que nos encontramos nos dijeran que ya han oído hablar de Falun Dafa antes.
Retransmitiendo el programa "Sonido de la Esperanza"
He estado transmitiendo el programa de radio durante 15 años, desde 2002. En los primeros años, se trataba exclusivamente de Falun Dafa. Así que el programa se llamaba Falun Gong Time. Cuando se publicaron los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista, quise incluirlos en el programa de radio. Hablé con la Asociación de Dafa, nos dimos cuenta de que sería bueno y que el contenido del programa entonces necesitaba ser un poco más amplio y más sobre China en general.
A partir de enero de 2006, el tiempo de emisión se amplió de 30 minutos a una hora y cambió el nombre del programa a Sonido de la Esperanza. El programa de hoy contiene noticias de China, parte de Los Nueve Comentarios, historias de la cultura tradicional china, lecciones de idioma y música compuesta por practicantes de Dafa. También ayudo a emitir un programa de una hora en chino cada semana, hecho por un practicante en Finlandia. Ha sido difícil muchas veces hacer un nuevo programa cada semana y me toma un día entero completar un programa para emitir.
En una ocasión, me sentía muy mal y no podía levantarme, y menos aún hacer un programa. Sin embargo, era una noticia importante que se enviaría a la gente, contándole lo que está pasando en China, especialmente sobre cosas que no se reportan en otros medios de comunicación en Suecia. Me levanté de la cama, encendí mi ordenador y empecé a trabajar. Unas horas más tarde descubrí que me había recuperado un poco cuando el programa estaba terminado.
Aunque esta vez me había llevado un poco más de tiempo, me sentí muy bien. Me hizo darme cuenta de que cuando hacemos algo bien, también recibimos ayuda para hacerlo, aunque parezca imposible. Escuchar la radio es tan fácil hoy en día. Muchos escuchan podcasts en el móvil, así que aprender esto será mi próximo proyecto, para llegar a más gente con nuestras noticias diciendo la verdad que otros medios no informan sobre China.
Quiero concluir con unas palabras de la conferencia del Maestro “Si te cultivas como al principio, de seguro tendrás éxito” (Enseñando el Fa en el Día Mundial de Falun Dafa).
(Presentada en el Fahui de Europa 2017)
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