(Minghui.org) En una ocasión me informaron que un practicante de Falun Dafa habia sido hospitalizado. Los médicos le dijeron a su familia que había perdido la sensibilidad en la parte derecha de su cuerpo y que era incapaz de tragar. También afirmaron que sin importar a qué tipo de tratamientos se lo sometiera no había muchas esperanzas de que se recuperara.

Sus familiares decidieron enviarlo a una residencia de ancianos.

Nos preocupó esta decisión, porque considerábamos que éste no era un ambiente apropiado para un practicante de Dafa, así que dos de nosotros fuimos al hospital y conversamos con el hermano mayor del practicante.

Nos explicó que su hermano saldría del hospital el lunes siguiente, y que poco tiempo después, lo internarían en un asilo de ancianos. El motivo de su internamiento era que su casa estaba demasiado sucia.

Le dijimos que limpiaríamos la casa. Se puso muy contento y al final cambió de opinión. Decidió no enviar a su hermano a la residencia.

De regreso a casa, conversamos sobre como haríamos para involucrar a más practicantes en las tareas de limpieza.

Hablamos con algunos practicantes para ver si podían ayudar, pero todos nos presentaron excusas para no hacerlo. Así que decidimos limpiarla nosotros.

Miré hacia dentro y descubrí que todavía tenía la mentalidad de dependencia hacia los demás.

Nos quedamos horrorizados cuando llegamos a casa del practicante y vimos el estado en que se encontraba. Todo estaba revuelto y realmente sucio. Incluso había restos de comida en el fregadero de la cocina.

Más tarde, cuando su hermano mayor vino a ver la casa, exclamó: “¡Caramba! ¡Qué limpio está todo! ¡Esto sí se parece a un hogar!”.

Al día siguiente, dieron de alta en el hospital al practicante y volvió a casa.

El coordinador local pidió que se hicieran varios estudios del Fa grupales en su casa. Así podríamos organizar turnos para ir a estudiar el Fa con él.

Cuando conté la idea en mi grupo de estudio del Fa, solo algunos practicantes la aceptaron. De estos, algunos solo fueron en una o dos ocasiones, y ofrecieron varias razones para no volver.

Una persona dijo que el practicante se había atraído la tribulación él mismo, porque hacía habitualmente cosas que los practicantes no deben hacer.

Otro practicante preguntó porqué a otros que habían sufrido episodios similares de yeli de enfermedad no se les había dispensado el mismo cuidado.

Empecé a pensar que lo que decían era razonable. Sin embargo, me tranquilicé y pensé: “Incluso si tiene defectos, todavía tiene la oportunidad de deshacerse de ellos cultivándose diligentemente en Dafa. No debemos permitir que las viejas fuerzas persigan a los compañeros practicantes. Debemos hacer todo lo posible por ayudarlos”.

Después de la primera sesión de estudio del Fa en la casa del practicante, lo alimentamos y ayudamos para que aprendiera a caminar de nuevo.

Mientras le dábamos de comer, una mezcla de comida y saliva goteaba incesantemente desde las comisuras de sus labios. No podía soportarlo, me ponía enfermo, incluso tuve que vomitar en una ocasión.

Luego, comprendí que tenía que abandonar mi mentalidad de sentir desagrado por sus torpes maneras. La siguiente vez que fui a verlo, cuando lo saludé, sequé la saliva de su boca. Gradualmente, mi náusea fue desapareciendo.

Compartimos nuestras experiencias para animarlo a mejorar. Le dije: “Le gusta ver la TV y ha hecho algunas cosas erróneas en el pasado. Necesita recordar que no es su verdadero yo el que hace esas cosas. Son los factores de las viejas fuerzas en otras dimensiones los que están persiguiéndolo. Debe comprender esto y negar su existencia”. Se emocionó al escuchar esto y sus ojos se humedecieron.

Un día, fui a su casa para estudiar el Fa en grupo, y lo encontré peleándose con otro practicante, se mostraba muy enfadado.

Hablé con él después del estudio. Le señalé: “Lo vi antes. Sé que a veces nos enfadamos con los demás. Creo que el otro practicante hizo un buen trabajo ejerciendo tolerancia con usted, pero usted no hizo tan buen trabajo de tolerancia hacie él. Espero que lo haga mejor la próxima vez”.

El Maestro dijo:

“Sin embargo, hemos dicho que siendo una persona que refina gong, hay que llegar a no devolver el golpe ni los insultos, hay que exigirse a sí mismo con un estándar alto”. (Lección Cuarta de Zhuan Falun).

Luego, los dos practicantes mantuvieron una calmada conversación, y desde aquel día, los niveles de xinxing de todos los practicantes de los diferentes grupos de estudio del Fa han seguido mejorando constantemente.

El estado de salud del practicante ha mejorado drásticamente. Ya come solo y puede andar sin que nadie lo ayude.

A través de esta experiencia he sido capaz de abandonar mi mentalidad de queja, de depender de los demás, mi impaciencia y mi malhumor. Ayudar a este practicante a que atravesara su tribulación fue en realidad ayudarme a mi mismo.

Si nadie hubiera mirado hacia dentro durante este período, estoy seguro de que el estado del practicante habría seguido empeorando, ¡en lugar de mejorar!