(Minghui.org) Fui encarcelada y torturada brutalmente en un campo de trabajo forzado, por mi fe en Falun Gong.

Un año más tarde, cuando regresé a casa, me enteré que mi esposo estaba teniendo relaciones con varias mujeres. Mi familia me presionó para que dejara de practicar Falun Gong, y mi unidad de trabajo me despidió.

Sin embargo, mi fe inquebrantable en Falun Gong me ayudó a atravesar las tribulaciones una tras otra, y mi situación dio un giro muy positivo. Mi entorno familiar mejoró considerablemente y también obtuve un trabajo estable. Fue como si se hubieran despejado capas y capas de nubes oscuras para revelar un día soleado.

Encarcelada por mi fe

Estuve encarcelada en un campo de trabajo forzado durante más de un año porque me negué a renunciar a mi fe en Falun Gong. Estando allí, fui forzada a hacer trabajos manuales, quedarme parada durante un largo periodo de tiempo y fui privada del derecho a usar el inodoro y a dormir.

En el invierno, me hicieron tumbarme desnuda en un piso de baldosas. Los guardias me electrocutaron con picanas eléctricas, me golpearon y me encerraron en una celda de confinamiento solitario por más de dos semanas.

No me permitieron usar toallas menstruales y nunca recibí suficiente comida para comer. Cuando declaré huelga de hambre para protestar, me alimentaron forzosamente con diversas sustancias, inclusive unas drogas desconocidas.

Armonizando las retribuciones del yeli

Cuando regresé a casa del campo de trabajo forzado, me enteré que mi esposo estaba saliendo por lo menos con tres mujeres. Cada vez que le expliqué que era incorrecto tener relaciones extramaritales, lo negaba y luego me golpeaba.

Una vez, incluso me cortó la cara con un cuchillo.

Dejando ir mis nociones humanas, hablé con las tres mujeres y les conté los hechos acerca de Falun Gong.

Uno de ellas era compañera de trabajo de mi esposo. Le hablé sobre las torturas que sufrí en el campo de trabajo forzado, y cómo, al hacer los ejercicios de Falun Gong, me ayudaron a recuperarme físicamente. Le dije que recuerde que: "Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".

Otra mujer vivía en nuestro barrio. Fui a hablar con ella y le expliqué por qué estaba mal tener relaciones extramaritales y cómo puede lastimar a nuestros hijos. Estuve dispuesta a perdonarlas. Finalmente, mi compasión disolvió la tribulación, y después pronto, terminaron la relación.

Este proceso me ayudó a eliminar muchos sentimientos humanos. Aprendí a tratar a los familiares como a la gente común, y ahora soy capaz de soportar las más duras dificultades.

Fue justo como dijo Shifu en el libro Zhuan Falun:

“Difícil de soportar, se puede soportar; difícil de hacer, se puede hacer”.

La honestidad y la integridad me ayudaron a hacer mi trabajo

Después de ser despedida, fui a hablar a mi unidad de trabajo varias veces, explicándoles los hechos acerca de Falun Gong, y cómo personas inocentes fueron perseguidas injustamente por el régimen. Cada vez que les pedí reanudar mi trabajo, se negaron a hacerlo a menos que renunciaba a mi fe.

Así que empecé a buscar otros trabajos, y nunca olvidé hablarle a la gente sobre Falun Gong durante este proceso. Las empresas en donde trabajé comenzaron a prosperar pronto, y los propietarios terminaron queriendo contratar a más practicantes de Falun Gong.

En las ventas, siempre fui la mejor vendedora de mi equipo. Al medir mis acciones y pensamientos, seguí estrictamente los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y nunca competí con otros por beneficios personales.

Cuando consideré primero los beneficios de los demás, gané su confianza y el negocio.

Milagros de Falun Gong

He presenciado también el poder milagroso de Falun Gong. Un anciano de noventa y dos años, a quien estaba cuidando, pudo escuchar otra vez, después de ponerle algunas lecciones de Falun Gong. Él estaba muy agradecido.

Una mujer confió en mí para limpiarle su casa, porque siempre hacía un buen trabajo, y nunca había tomado nada de su casa. Leyó Zhuan Falun cuando le presenté el libro, y toda su familia renunció al partido comunista chino (PCCh). Su suegro, un jubilado del ejército, se había negado a hablar sobre Falun Gong anteriormente. Con mi ayuda renunció al partido. Todos los miembros de la familia se manifestaron muy respetuosos acerca de Falun Gong.

Falun Gong disuelve mis quejas con mi padre

Mi padre me había abusado física y verbalmente cuando era muy joven. Vivía en el horror y hasta quería suicidarme. Para escapar de ese ambiente, me casé tempranamente. Afortunadamente, aprendí Falun Gong, que purifica mi cuerpo y mi mente.

Cuando mi padre vino a verme, supe que era mi oportunidad para hablarle acerca de Falun Gong, así que debía tratarlo con compasión y cuidarlo bien. Sin embargo, él maldecía y a veces me golpeaba al igual que antes. Nunca fue feliz conmigo.

Cuando me pareció demasiado difícil de soportar, vino a rescatarme el poema de Shifu:

“Cuántas personas pueden saber que las decenas de miles de cosas, todas tienen relación causal y predestinada

Todo es por la doctrina del ateísmo que ha dañado profundamente a la gente”. (Hong Yin III)

Entendí por qué mi padre llegó y se quedó conmigo, y seguí tratándolo con compasión y tolerancia. Después de eso, él cambió, incluso aprendió a decir "Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. Escuchó los 9 comentarios sobre el Partido Comunista y recuperó su salud física.

Mi padre y otros miembros de mi familia habían querido anteriormente que dejara de practicar Falun Gong. Aprendí que, si lo hacía mal, sus naturalezas demoniacas se volverían dominantes, por lo que tenía que ayudarles, haciendo un buen trabajo al cultivarme.

Gracias a Falun Gong, mi padre y yo nos llevamos muy bien ahora, y también tengo un trabajo regular. Nada de esto hubiera sido posible si no hubiese seguido las enseñanzas de Falun Gong.

Estoy muy agradecida por todo lo que Falun Gong nos ha dado a mi familia y a mí.