(Minghui.org) En 2008, con la ayuda de algunos compañeros practicantes pude aprender a navegar por Internet, y establecí un pequeño sitio de producción de materiales de aclaración de la verdad en mi casa. Aún recuerdo cómo me emocioné cuando vi por primera vez tantas tarjetas saludando al Maestro por el Año Nuevo, en el sitio web Minghui, provenientes de todas partes del mundo. Deseé poder hacer, algún día, una tarjeta tan elegante como las que veía publicadas.
En aquella época, solo conocía los pasos básicos para navegar por la red. Solo sabía hasta donde los demás practicantes me habían enseñado pero si algo nuevo aparecía en mi pantalla no sabía cómo resolverlo. En 2011, gracias a la ayuda y al aliento de los compañeros, descargué las instrucciones para hacer tarjetas de felicitación, del sitio web Minghui. Después me puse manos a la obra durante varias noches, hasta que acabé de hacer una tarjeta con un loto en flor, el 28 de diciembre. Escribí: “¡Feliz Año Nuevo Maestro!”. Tenía lágrimas en mis ojos y estaba rebosante de gratitud. Desperté a toda mi familia. Juntamos las palmas de nuestras manos en señal de gratitud y respeto, y le deseamos al Maestro un Feliz Año Nuevo delante de la computadora.
Mi pequeña felicitación, transmitía la profunda gratitud y los mejores deseos de mi familia, y se publicó en Minghui.
Otro practicante dijo que envió su felicitación pero que no lucía muy nítida, y que quizás esto se debía a que su estado de cultivación no era bueno. Entonces, eché otra mirada a mi felicitación publicada en la página web, que había marcado como favorita. Mi tarjeta estaba más clara que el agua y resplandecía. Me maravillé. Desde entonces, he hecho tarjetas de felicitación para cada festividad. Inconscientemente las comparaba, después de hacerlas, con las de los demás practicantes. Como no me daba cuenta de que esto era algo incorrecto, el motivo por el que hacía las tarjetas se fue volviendo más y más impuro.
En una ocasión, leí un artículo sobre la experiencia de una persona común que enviaba tarjetas de felicitación al Maestro. Como veía que mucha gente lo hacía, ella también probó a hacerlo por curiosidad. En el momento en que pulsó 'enviar' la inflamación crónica de los senos paranasales que padecía desapareció repentinamente. Desde aquel entonces pudo respirar con facilidad. Escribió una carta a Minghui, agradeciendo al Maestro su benevolencia y elogiando el poder de Dafa.
Le conté esta historia a mi hija. Esperaba que también enviara una tarjeta. Ella ha apoyado siempre a Dafa, y sabe cómo usar Photoshop. Sin embargo, no quería hacerla. Le reproché tener una pobre cualidad de iluminación. Por mi parte, fallé al no mirar hacia dentro.
Como cada vez más compañeros practicantes son capaces de romper el bloqueo de Internet, cada año más tarjetas de felicitación al Maestro son publicadas. Recientemente, advertí que mis tarjetas parecían más deslucidas que las demás. Incluso el color de las palabras no se destacaban bien. Pensé, con razón, que no estaba combinando los colores bien. Seguía fallando al no mirar hacia dentro.
El año pasado, en nombre de mi familia, hice una tarjeta de felicitación para el 'Festival de Medio Otoño', pero no se llegó a publicar. Me sentí deprimido durante algunos días. Me preguntaba qué era lo que no funcionaba.
El Maestro nos dijo:
“Para un cultivador, mirar hacia adentro es una herramienta mágica”. (Enseñando el Fa en el Fahui Internacional de Washington DC 2009).
“¿Sabías esto? Siempre que seas un cultivador, en cualquier ambiente o bajo cualquier circunstancia, cualquier dificultad y cualquier cosa desagradable que encuentres, incluso si envuelven el trabajo para Dafa y sin importar si lo consideras como lo mejor y lo más sagrado, yo lo usaré con el fin de eliminar tus apegos y exponer tu naturaleza demoníaca para que puedas desecharla, porque sólo tu mejoramiento es lo más importante.
Si realmente puedes mejorarte de esta forma, las cosas que haces con un corazón puro serán lo mejor y lo más sagrado”. (Entendiendo aún más de Escrituras esenciales para mayor avance).
Como mis intenciones eran puras mientras hacía mi primera tarjeta, lució clara y luminosa. Las felicitaciones que hice después lucieron tristes y apagadas porque mis intenciones no habían sido puras. Me volví complaciente porque mi tarjeta era más bonita que la de otros practicantes. Incluso la mostré con orgullo en varias ocasiones. Cuando leí como desapareció la infección crónica de los senos paranasales de una persona común, tras enviar una tarjeta de felicitación al Maestro, intenté persuadir a mi hija para que enviara una, porque también padecía problemas en sus senos paranasales. El motivo por el cual yo mencionaba a mi familia en mis felicitaciones era porque buscaba que el Maestro los bendijera. En las tarjetas nunca expresé mi determinación en hacer bien las tres cosas, porque tenía miedo de no poder mantener mi promesa.
He estado cultivándome durante 18 años; ahora, que ya he identificado mis apegos, ¡me siento avergonzado! Aunque puedo recordar muy bien las enseñanzas del Maestro, he fallado a la hora de aplicarlas a mis acciones y de medirme de acuerdo al Fa.
Este año, empiezo desde cero, voy a seguir el Fa estrictamente, voy a hacer las tres cosas bien y voy a progresar diligentemente.
¡Heshi a nuestro benevolente y gran Maestro!
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Categoría: Mejorándose uno mismo