(Minghui.org) Solía evitar practicantes que estaban apegados a la fama y el interés propio o que actuaban duros. Realmente los miraba con desprecio. Uno de esos practicantes tenía un mal temperamento y era muy orgulloso. Parecía pensar que era mejor que cualquier otro.
Aunque le hablé mucho sobre mirar hacia dentro, raramente lo vi haciéndolo. Le hablé acerca de esto en diferentes ocasiones, pero nunca toqué su corazón. Renuncié e hice mi mejor esfuerzo por evitarlo.
Una noche soñé que ese practicante me había preguntado una cuestión. En vez de respondérsela, me fui. Cuando eché una mirada sobre mi hombro, noté que estaba parado allí, perdido en la desesperación. Era como si estuviera preguntando: “¿Por qué te escapas de mí? ¿Por qué no me ayudas?”.
Cuando me desperté, entendí que este ser, como el resto de nosotros, también tenía vulnerabilidades. También me di cuenta que, siempre que pasaba tribulaciones, casi siempre las afrontaba con una mentalidad humana, en vez de ver las cosas desde una perspectiva de mi verdadero ser.
Me iluminé al hecho de que estaba buscando en su comportamiento humano, pensando que este emanaba de su verdadero yo. ¡Sin embargo, su verdadero yo no es así para nada!
Las viejas fuerzas hicieron complejos arreglos para cada uno de los practicantes. Si fallamos en asimilarnos al Fa -debido a nuestros fuertes apegos- ¿nuestra conciencia principal no estará débil? Entonces es posible que diferentes factores destructivos entren en nuestros campos. Si no podemos manejar repeler estos factores, ¿no se verá afectada nuestra cultivación entera?
Así que, ¿es correcto resentirse y mirar con desprecio a compañeros practicantes que están siendo perseguidos por las viejas fuerzas? ¿No sería mejor que encontráramos una manera de ayudarlos?
Es muy posible que tengamos una relación predestinada con cada practicante que conozcamos. Quizá teníamos todos acordado —antes de la reencarnación en esta realidad física- que nos ayudaríamos entre nosotros incondicionalmente si alguno de se desviaba en su práctica de cultivación.
Recordando mi propio camino de cultivación, noté que siempre me topé con dificultades cuando no me gustó o miré con superioridad a un compañero practicante. ¿No les estaba dando a las viejas fuerzas la excusa perfecta para perseguirme?
Mirando hacia dentro me di cuenta que debemos liberarnos de nuestras nociones humanas y no ser movidos cuando vemos a practicantes exhibiendo estados incorrectos. ¿No están siendo perseguidos también?
Si queremos asistirlos, podemos tranquilamente compensar sus deficiencia, ayudar a eliminar los factores malignos que los están persiguiendo y reforzar sus pensamientos rectos para que también puedan caminar la senda que el Maestro ha arreglado para ellos.
Cuando comencé a manejarme como estoy discutiendo aquí, descubrí que ya no albergaba resentimiento hacia ningún practicante ni tampoco los miraba con desprecio. En vez, permanecía indiferente por sus estados incorrectos y silenciosamente les enviaba pensamientos rectos.
Siento que nuestros seres verdaderos están unidos en Dafa y, por lo tanto, solo es correcto que nos respetemos y cuidemos entre nosotros.
Encuentro que siempre que me conduzco de esta manera, me estoy rodeando de un gran campo de compasión -que está apoyado por el Maestro. Siento que esa compasión realmente viene a mi corazón y es capaz de destruir todo mal.
Cualquier barrera entre mí y los demás parece desaparecer, junto a cualquier factor de interferencia. Esta compasión me hace posible superar cualquier tribulación que parecía insuperable antes.
Me iluminé al hecho de que si puedo realmente tolerar a los demás, los demás naturalmente serán capaces de tolerarme; si realmente ayudo a los otros, al final seré ayudado y si puedo tratar a otros con compasión, otros también me tratarán con compasión.
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Categoría: Mejorándose uno mismo