(Minghui.org) Cuando tenía 29 años, después dar a luz, me quedé postrada en cama durante tres años. En las siguientes tres décadas, mi vida no mejoró, ya que habían surgido muchas complicaciones y síntomas.
Mi vida se volvió mucho más agradable después de que empecé a practicar Falun Dafa, a los sesenta años. Me sorprendió ver que, muy pronto, mis problemas de salud desaparecieron sin intervención médica.
Desde entonces han pasado casi 20 años. Ahora tengo 83 años y no podría estar más sana. Tras haber experimentado de primera mano el impacto positivo de Falun Dafa en los practicantes, nunca dudé en decirle a la gente que la persecución del partido comunista chino en contra de la práctica es malvada.
Aunque, a lo largo de los años, he sido arrestada siete veces por mi fe, no siento ningún remordimiento. Para mí, nada se compara a Falun Dafa, ya que me devolvió la salud y le dio sentido a mi vida.
Un nuevo comienzo
Solía padecer afecciones en el hígado y el corazón, así como presión arterial alta y un poco de ruido me alteraba fácilmente. A menudo sentía mareo al caminar y tenía que apoyarme en una pared para descansar.
Había estaba postrada en cama por tres años, después de dar a luz a mi hija. Vomitaba todos los medicamentos que tomaba. Estaba al borde de la muerte y sentía que no podría haber peor vida que esa.
Sin embargo, después de que comencé a practicar Falun Dafa, todos mis padecimientos desaparecieron milagrosamente. En aquel momento ya tenía 60 años, pero me sentía más saludable que en mi juventud.
Les presenté la práctica a mi hermana y a mi padre. La vista de mi hermana mejoró y también desapareció la comezón de la piel de mi padre, que le había molestado durante 20 años. Él me contó con gran emoción los cambios que experimentó justo después de que acabó de leer el libro Zhuan Falun. Estuve muy feliz por él y aún más impresionada por el poder mágico de Dafa.
El 25 de abril de 1999, me uní a miles de practicantes que fueron a la Oficina Nacional de Apelaciones para exigir el derecho a practicar libremente Falun Dafa. Me di cuenta de que el sol se veía muy diferente ese día. Era mucho más grande y deslumbrante. En el interior se percibía todo tipo de colores. Al lado había un gran Falun girando como un molino de viento.
Aunque no pude verlos, sentí fuertemente la presencia de muchísimos dioses, mirándonos desde el cielo. Algunos jóvenes discípulos de Dafa que tenían su tianmu abierto, vieron Falun girando en muchos practicantes de Dafa que se encontraban allí. ¡Fue mágico!
Pasando la prueba
Cuando empecé a practicar Dafa, una erupción densa rodeó mi cuello, causándome mucha comezón. Apliqué todo tipo de medicamentos y pomadas, y aún traté de quemarla con agua caliente, pero nada funcionó.
Una practicante veterana me aconsejó que ya no usara medicina para la erupción, y que debía intentar tolerarla. Me animó a leer los libros de Falun Dafa y a practicar más los ejercicios. Puse en práctica su sugerencia y la erupción desapareció en dos días.
Poco tiempo después, en mi rodilla creció una hinchazón del tamaño de un huevo y era muy dolorosa. Mi hijo me llevó al hospital, pero después de muchos exámenes, el médico dijo: "Estás bien. Todo se ve bien".
Me di cuenta que Shifu me daba una pista de que debía ir a casa, pero mi hijo no me quería dejar. Él discutió con el médico que algo debía estar mal si me causaba dolor en la pierna. Antes de irnos, el médico me dio una receta.
No tomé la medicina, pero la hinchazón disminuyó por sí sola en unos pocos días.
En otra ocasión, me dio tos por más de dos semanas. Mi hijo quiso llevarme al hospital otra vez. Le insistí en que no iría. Una noche, estaba tosiendo gravemente y mi hijo me dio dos pastillas y me pidió que las tomara. Mientras fue a traerme agua, escondí las pastillas en mi mano.
Cuando regresó, bebí el agua y fingí que había tomado las medicinas. Curiosamente, tan pronto como bebí el agua, dejé de toser.
Él dijo: "Ya ves, mamá, las pastillas hicieron su efecto. Te las hubieras tomado antes".
Abrí mi mano y le mostré las pastillas. Mi hijo se quedó sorprendido y pensó que era realmente extraordinario.
Siendo protegida
Una vez fui a visitar a una amiga que estaba enferma. Le estaba ayudando con algo de la limpieza y, mientras estaba limpiando la estufa, me rasguñé mi brazo gravemente. La carne se veía terrible.
No tuve miedo, ni sentí algún dolor. Reacomodé la piel para cubrir la herida. Seguí ayudándola a limpiar la habitación. Después de terminar de limpiar, la herida ya se había curado. Mi amiga no podía distinguir dónde me había herido el brazo.
En otra ocasión, estaba friendo tofu, y el aceite hirviendo me salpicó la cara. Inmediatamente apagué la estufa y fui a leer Zhuan Falun durante dos horas.
Había docenas de marcas de quemaduras en mi cara. Mi hijo me compró un bálsamo pero no lo usé.
Mis suegros vinieron a visitarme al día siguiente. Mi suegra dijo que las cicatrices de quemaduras podrían tardar años en desaparecer, pero no la tomé en serio.
Cinco días más tarde, mi rostro se volvió normal sin haber quedado ni una marca. Mi suegra se sorprendió así que comenzó a leer Zhuan Falun.
En otra ocasión, un recipiente de agua hirviendo cayó sobre mis pies descalzos. No sentí ningún dolor, sino que me sentí fresca y renovada. Mis pies no se quemaron en absoluto.
Vida extendida por la práctica de cultivación
Shifu dijo en Zhuan Falun:
“Pero hay un criterio, el tiempo de vida que sobrepasa el curso de vida determinado originalmente por el Cielo –el tiempo de vida que es prolongado posteriormente– es enteramente para que refines gong, así que una mínima desviación de tu pensamiento trae peligro para tu vida, porque el curso de tu vida ha pasado hace tiempo”.
Ahora tengo 83 años. Entiendo que mi vida se ha extendido para cultivarme, no para que disfrute de la vida diaria. Utilizo todo mi tiempo para practicar la cultivación. Todos los días me levanto a las 3:30 a.m. para hacer los ejercicios y leo los libros de Dafa siempre que tengo tiempo. También voy al parque a hablar con la gente sobre la persecución del partido comunista chino en contra de Falun Dafa.
En los últimos años sucedieron varias cosas que me hicieron ganar una comprensión más profunda acerca de la seriedad de la cultivación.
Un día, mis hijos prepararon mariscos para la cena. Me comí unos camarones y cangrejos, sin saber que estaban crudos. Poco después de que terminé de cenar, me sentí muy mal. Quería vomitar y tenía los intestinos flojos. Me sentía mareada y casi me desplomé.
En mi corazón, le pedí a Shifu que me ayude, una y otra vez. Volví a mi habitación y me acosté en la cama. No les dije nada a mis hijos. Pronto, me quedé dormida. Cuando me desperté una hora después, me sentí bien, como si nada hubiera pasado.
En otra ocasión, mis hijos querían jugar mahjong y me pidieron unirme a ellos. Les dije que Shifu no quiere que juguemos, porque significaría apostar.
Mis hijos dijeron que, si iba a ganar, podría devolver el dinero o utilizarlo para compras, y que esto no era apostar.
Acepté y me uní a ellos. Mientras estábamos jugando, me sentí de repente muy mal. Mis hijos estaban muy preocupados y me ayudaron a volver a mi habitación a descansar. Después de que salieron, me recuperé inmediatamente.
Me iluminé a que Shifu me estaba dando una pista de que no debo jugar mahjong con ellos.
Mantener la rectitud al aclarar los hechos
En julio de 1999, el ex jefe del partido comunista chino Jiang Zemin, puso en marcha la campaña nacional en contra de Falun Dafa. La propaganda de demonización se difundió en todas partes de China para incitar al odio de la gente hacia Falun Gong.
Al haberme beneficiado de la práctica enormemente, sentí una fuerte responsabilidad de salir y ayudar a la gente a entender los hechos. Cada día he estado saliendo a repartir volantes y hablar con la gente acerca de la persecución.
Un día, conocí en un parque a un hombre paralítico, en silla de ruedas. Le hablé sobre los efectos curativos milagrosos de Falun Dafa y le pedí que repitiera las nueve palabras de la suerte: "Falun Dafa es bueno. Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno".
Justo cuando terminé de hablar con él, se acercó su esposa y hablé también con ella. En ese momento, me había quedado sin materiales, así que le pregunté si la podía ver al día siguiente, en el mismo lugar.
Ella volvió al día siguiente y me dijo que su esposo se sentía mucho mejor después de repetir las nueve palabras de la suerte. Le dije que le podría pedir a toda su familia que recite las palabras, y le entregué materiales sobre Falun Dafa.
Me la encontré nuevamente un tiempo después. Ella estaba muy feliz de verme y me dijo que su marido había mejorado mucho y ahora puede caminar y leer.
Un día, un joven me dio su asiento en el autobús. Lo agradecí y le di un DVD sobre Falun Dafa. También quise darle un DVD al hombre sentado detrás de mí. Aquel joven tomó el DVD y dijo: "Usted no puede distribuir esto. Es ilegal".
"Si no lo deseas, por favor devuélvemelo y se lo daré a alguien más".
El joven sacó su identificación y resultó que era un oficial de policía.
No me puse nerviosa ni le tuve miedo en lo más mínimo, y le dije: "Si no lo quieres ver, por favor dáselo a otras personas para que lo vean".
Al final, cambió de opinión y dijo: "Lo quiero ver". Pronto bajó del autobús y antes de irse, me recordó mantenerme a salvo.
Un día, conocí a un hombre joven y alto en la calle y le di un DVD. Lo tomó y me preguntó qué contenía. Así que abrí mi bolso y le di un folleto. Él continuó preguntándome qué otros materiales tenía.
"¿Sabes qué hice?", dijo. De pronto, agarró mi bolso y sacó otro folleto.
"Todavía no leíste el folleto!". Lo recuperé inmediatamente.
De hecho, tenía otra mochila con más materiales. Él sólo había visto el pequeño bolso que estaba llevando.
Le pedí a Shifu que me ayudara. El hombre se congeló y pude salir inmediatamente.
Una vez fui arrestada junto con otros seis practicantes. Cooperamos entre nosotros y persuadimos a 32 oficiales a que renunciaran al partido.
Profundamente, sé que sin la protección de Shifu, no sería capaz de caminar mi camino de cultivación hoy en día. Shifu me dio sabiduría y fortaleció mis pensamientos rectos, permitiéndome validar el Fa en frente del mal.
Dafa es lo más importante en mi vida y la aprecio enormemente. Las palabras no pueden expresar mi gratitud hacia Shifu. Sólo tengo que hacer las tres cosas bien y ser más diligente en la cultivación para devolver la benevolencia de Shifu.
Invito a los compañeros practicantes que me señalen cualquier cosa inapropiada.
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Categoría: Cultivación