(Minghui.org) Un total de 370 residentes del pueblo de Chengjiang de la ciudad de Meizhou, firmaron una carta de petición requiriendo la libertad de un compatriota detenido por su fe.
El señor Zhu fue arrestado el pasado diciembre después de presentar una denuncia criminal contra el ex dictador Jiang Zemin. Acusó a Jiang por lanzar la persecución de Falun Gong que resultó en repetidos arrestos en el pasado.
El hombre apareció en la corte el 16 de abril de este año, y el abogado lo declaró inocente. Señaló que no rompió ninguna ley buscando justicia en contra de Jiang por infringir su derecho a la libertad de creencias.
El juez aplazó la audiencia sin emitir el veredicto. En los días siguientes los simpatizantes del señor Zhu hicieron circular una petición y recolectaron 370 firmas.
Firmas y huellas digitales en la carta de petición
En la petición se lee: “El señor Zhu no rompió ninguna ley ni causó daño a la sociedad. Su derecho de practicar Falun Gong está protegido por la Constitución. Instamos a la corte a que lo absuelva lo antes posible”.
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Antecedentes
En 1999, Jiang Zemin, como jefe del partido comunista chino, ignoró a otros miembros permanentes del comité del politburó y lanzó la violenta represión a Falun Gong.
La persecución ha llevado a la muerte a muchos practicantes de Falun Gong en los últimos 16 años. Muchos más han sido torturados por su creencia e incluso asesinados por sus órganos. Jiang Zemin es directamente responsable por el comienzo y continuidad de la brutal persecución.
Bajo su dirección personal, el partido comunista chino estableció un órgano ilegal de seguridad, la “oficina 610”, el 10 de junio de 1999. La organización ignora las fuerzas policiales y el sistema judicial al llevar adelante las directivas sobre Falun Gong: arruinar su reputación, cortar sus recursos financieros, y destruirlos físicamente.
La ley china permite a los ciudadanos ser demandantes en causas penales, y muchos practicantes están ahora ejerciendo ese derecho presentando demandas penales contra el ex dictador.
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Categoría: Virtud y yeli