(Minghui.org) Recientemente, los practicantes de Falun Dafa de nuestra localidad han experimentado altibajos mientras intentaban rescatar a otros practicantes que habían sido arrestados. Hace poco, la policía local, la fiscalía y los tribunales usaron varias excusas para obstaculizar los esfuerzos que hacía un abogado defensor al presentar una petición de inocencia.

Nos dimos cuenta que teníamos que mirar dentro y cambiar nuestra mentalidad en base a lo que encontramos. La situación mejoró cuando eliminamos nuestros apegos. En el segundo juicio, nadie obstaculizó al abogado cuando defendió el derecho constitucional de su cliente a practicar Falun Dafa.

Ajustar nuestra mentalidad

Durante el primero de los juicios, obligaron a salir de la sala al abogado defensor en mitad del proceso.

Después del juicio, los practicantes de la localidad intercambiamos entendimientos sobre este asunto. Comprendimos que habíamos contratado al abogado con el único propósito de pedir justicia y no con el de ayudar a que los participantes comprendieran el error que estaba cometiendo la justicia. Tampoco les informamos sobre nuestras creencias.

Antes del primer juicio, no aclaramos la verdad sobre Falun Dafa a los perseguidores, sino que nos concentramos en enviar pensamientos rectos. Viéndolo en retrospectiva, creíamos que el lado que conoce de los perseguidores, estaba decepcionado por cuales habían sido nuestras razones al contratar al abogado.

Ajustamos nuestra mentalidad antes del siguiente juicio, y en esta ocasión, el abogado pudo proteger el derecho a practicar Falun Dafa de su defendido. Los funcionarios del comité de asuntos legales y políticos, de la oficina 610 y de la oficina de seguridad doméstica estuvieron presentes. Así que escucharon los argumentos que presentó el abogado defensor.

Cuando comparamos las dos sesiones, vimos cómo fue nuestra mentalidad la que condicionó la actitud que tomaron los perseguidores hacia los practicantes.

Pensamientos rectos en lugar de odio

Quisimos aclarar la verdad a los perseguidores después de que arrestaran al practicante. Sin embargo, no pudimos ayudarlos para que comprendieran los hechos sobre Falun Dafa. Entonces, en lugar de sentir Benevolencia hacia ellos, empezamos a odiarlos.

El Maestro dijo:

“Especialmente en esta persecución, no puedes emitir pensamientos rectos, y por el contrario aumentas un sinnúmero de odios”. (Enseñanza del Fa en el Fahui de San Francisco, 2014)

“La compasión es un producto de la cultivación y no es algo fingido; viene de lo profundo del corazón y no es algo para demostrar a otra gente. Es algo que existe eternamente y que no cambia con el paso del tiempo ni cambia dependiendo de las circunstancias”. (Exponiendo el Fa en el Fahui de Washington D.C., 2003)

Nos dimos cuenta de que no debíamos basar nuestras acciones en los comportamientos que mostraban los seres conscientes.

También fallamos en ayudar al jefe de policía a que comprendiera la verdad. Nos preguntamos si eso fue a causa del estado del cuerpo entero de practicantes o fue porque había problemas en nuestra región. Él le había dicho en una ocasión a un practicante arrestado: “Mi objetivo no eres tú, sino todo el grupo de practicantes”. También puntualizó que el comportamiento de los practicantes con los que se había encontrado había sido pésimo.

Hace algunos años, el jefe de policía de nuestra región obtuvo un entendimiento diferente. Después de exponer públicamente sus actos, le hablamos sobre Falun Gong. Se quedó petrificado cuando realmente comprendió las consecuencias de los actos que cometió, y por esta razón, nuestro ambiente local se volvió seguro. Entonces, ¿por qué no funcionaba el mismo método ahora?

Mejorándome en lugar de intentar cambiar a los demás practicantes

Mi entendimiento es que la rectificación del Fa está llegando a su fin, los requisitos para los practicantes están cambiando. Antes, todo lo que necesitábamos hacer era exponer públicamente la persecución. Ahora, lo más importante es mirar dentro.

Después de observar las acciones de todos los compañeros, sentí que estábamos muy lejos de cumplir con los requisitos de ser practicante. Entre otros, no hemos hecho las tres cosas bien, no hemos hecho bien cosas como estudiar el Fa, enviar pensamientos rectos, hacer los ejercicios, explicar a la gente nuestra creencia y mirar dentro.

Con frecuencia, discuto con otros practicantes, y en raras ocasiones coordino bien. Lo peor es que esta forma de actuar hizo que muchos practicantes locales tomaran este comportamiento como algo normal y no como un problema grave.

Descubrir esto me impulsó a mirar dentro y comprobar en qué estado se encontraba realmente mi cultivación. Esto me abrió los ojos y comprendí qué era lo que debía hacer. Tenía que mejorar mi mentalidad, en lugar de querer cambiar a los demás. Tenía que hacer las tres cosas bien y seguir mirando dentro para localizar mis apegos.

En poco tiempo, sentí cómo muchos practicantes habíamos cambiado nuestra mentalidad y nuestra visión. Esto afectó el resultado del segundo juicio, y el abogado defensor declaró la inocencia de nuestro compañero practicante.