(Minghui.org) He estado practicando Falun Dafa durante 20 años y he aprendido a ser sincera, generosa y considerada. Desearía intercambiar algunas de mis experiencias.
“¡Los practicantes de Falun Dafa son maravillosos!”
Una vez, la repartidora de la leche insistió en que no le había pagado la cuenta, aunque se la había pagado unos días antes. Pensé que debía haberlo olvidado. Soy una practicante de Falun Dafa y debo pensar primero en los demás, así que le sonreí y le dije: “Cierto, te pago ahora mismo”.
Aunque le pagué dos veces, no sentí resentimiento ni sentí que me hubiera equivocado, porque seguía los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
Dos días después, estrechó mis manos tan pronto como me vio, y dijo: “¡Siento mucho el error! ¡Extravié su pago!”. Me devolvió el dinero y me preguntó: “¿Por qué es usted tan amable?”.
Sonreí y respondí: “Practico Falun Dafa”.
Exclamó: “¡Los practicantes de Falun Dafa son maravillosos!”.
La gente reconoce que los practicantes de Falun Dafa son honestos
Mi marido y yo, practicamos Falun Dafa. Siempre intentamos mantenernos dentro de los estándares de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
A lo largo de los años, la gente que nos rodea ha observado esto.
En la empresa donde trabajamos mi marido y yo, dieron a todos una gratificación en metálico. El contador nos llamó para comprobar si la cantidad que habíamos recibido era correcta. Nosotros la comprobamos enseguida y le dijimos que estaba bien. El contador nos dijo que había gastado 100 yuanes más del dinero destinado a las gratificaciones, así que alguien tenía que haber recibido ese dinero extra.
Dijo: “Solo quería comprobar si lo habían recibido ustedes. Si no, de nada me va a servir preguntar a los demás. Nadie va a admitir que le dieron dinero de más. Solo los practicantes de Falun Dafa son honestos”.
Antes de eso, como vendieron la tienda en la que trabajaba, tuve que marcharme y empezar a buscar otro trabajo. Pasaron seis meses y encontré una agenda que contenía 2.000 yuanes en efectivo, cuya dueña legítima era la nueva propietaria de la tienda donde yo había trabajado.
Fui a ver a la nueva propietaria y le di el dinero y la agenda. Dijo que le sorprendía que todavía quedara gente honesta como yo, en la sociedad de hoy.
Le dije que practico Falun Dafa, y que nuestro Maestro nos enseña a ser buenas personas y a pensar siempre primero en los demás. Se emocionó mucho, e incluso me ofreció trabajar en su tienda.
Nuestros colegas se quedan impresionados por nuestra buena salud
Ahora, mi marido y yo trabajamos en el mismo sitio y cada año a los empleados se les ofrece la oportunidad de hacerse una revisión médica. Normalmente no vamos, pero un año decidimos hacerlo. Cuando nos dieron los resultados, nuestros colegas se acercaron y nos pidieron verlo. Querían saber si es verdad que los practicantes de Dafa no se enferman.
Abrimos el sobre delante de todos. Todos nuestros resultados estaban dentro del rango de la normalidad. Nuestros colegas quedaron realmente impresionados.
Resolviendo una disputa en base a las enseñanzas del Maestro
Hay un camino de dos metros de ancho entre nuestra casa y la de nuestra vecina, y hay muros a ambos lados. Un muro pertenece a nuestra vecina y el otro a nosotros.
Una vez, mientras estábamos fuera, nuestra vecina derribó su muro y declaró que el camino entero formaba parte de su propiedad.
En nuestro vecindario, ya existían varias disputas sobre tierras como esta. Todas acababan en fuertes discusiones, y las dos partes se volvían enemigas.
No me enfadé con mi vecina. Pensé: Soy una practicante y no pelearé con nadie, pero tengo que hacerle saber que lo que hace está mal.
Hablé con mi vecina, pero insistió en que el camino le pertenecía, y que también le pertenecía la mitad de mi muro. Le dije con calma que poseía un certificado que me acreditaba como propietaria del muro.
“Te has apropiado completamente del camino adyacente. No hemos protestado, porque practicamos Falun Dafa. Nuestro Maestro nos ha dicho que tenemos que considerar primero a los demás, si no fuera por eso, probablemente nos habríamos enojado”.
Al día siguiente, vino a hablar conmigo. Dijo: “El muro te pertenece. Me equivoqué e invadí tu propiedad”. Su actitud, comparada con la del día anterior, había cambiado completamente. Dijo: “Eres tan amable. Todos sabemos que los practicantes de Falun Dafa son buenas personas”.
Le dije que no tenía nada que agradecerme, pero que recordara: “¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!”.
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