(Minghui.org) Soy un funcionario de gobierno de nivel de condado en un puerto marítimo de China. Comencé a practicar Falun Dafa en 1994. Solía perseguir fama y ganancias personales. Dafa me transformó en alguien capaz de soltar gradualmente los deseos y apegos y ser considerado con los demás. A continuación presento mis experiencias como funcionario gubernamental desde que tomé a Dafa.
Soportando dificultades para beneficio de otros
Un día de 1996, el líder en mi lugar de trabajo me dijo que necesitaba a alguien que quisiera unirse a un programa de asistencia fronteriza durante los siguientes tres años. Se trataba de un programa diseñado por funcionarios para trabajar temporariamente en regiones subdesarrolladas del país, y me ofrecían ser voluntario.
Como practicante de Dafa, estuve de acuerdo, ya que pensaba que debía enfrentar las dificultades a pesar de la ya difícil situación familiar por la que pasaba. Por ese entonces, mi esposa tenía un trabajo de tiempo completo, mi único hijo tenía ocho años y asistía a la escuela primaria, y mi madre, en sus 70 años, se quedaba con nosotros mientras se recuperaba de una fractura lumbar.
Mi esposa fue muy comprensiva con mi decisión y me dijo que no me preocupara, que se ocuparía de la familia mientras yo no estuviese. Mis superiores me dijeron que les habían pedido lo mismo a otros, pero todos se negaron. Habían dado excusas tales como la falta de comodidad en esas regiones, estar alejados por mucho tiempo y la falta de estabilidad social en la mayoría de las zonas pobremente pobladas.
Se vieron gratamente sorprendidos de mi rápida decisión e hicieron arreglos para que algunos periodistas locales me entrevistaran. Cuando me preguntaron que me había ayudado a tomar la decisión, les dije que los practicantes de Falun Dafa deben ser considerados con otros en todos los aspectos y, que si no enfrentaba las dificultades, alguien más iba a tener que hacerlo.
Mis superiores promueven Zhuan Falun
Hacia finales de enero de 1997, justo antes de que partiera hacia la zona remota, mi líder de gobierno local realizó una fiesta de despedida en mi nombre y expresó su gratitud por mi acción desinteresada.
Uno de los líderes se levantó y propuso un brindis. Yo respondí: “¡Muchas gracias! Por favor, permítanme hacerlo con agua. No bebo alcohol”.
Aceptaron contentos: “Está bien. Te entiendo; leí el libro Zhuan Falun. Enseña a las personas cómo elevar su moralidad y convertirse en alguien amable. Es un libro realmente bueno”.
Luego bajó su copa y dijo a todos: “Sugiero que todos lean Zhuan Falun, de esa forma no existirían temas tan serios como la corrupción en el gobierno y el malestar social”.
Permaneciendo auténtico
A fin de compensarme por las llamadas de larga distancia a mi familia, en mi lugar de trabajo permanente me dieron un viatico mensual. Me enteré de que se me estaba pagando un extra de 60 yuanes todos los meses para que pueda cubrir los costos de las llamadas. Sabía, que como practicante, debía ser modesto en todos los aspectos. Así que informé sobre esta compensación, regresé los 60 yuanes del primer mes y les pedí que ya no me pagaran el extra.
Rechazando un soborno
En el programa de asistencia fronteriza, me permitieron visitar a mi familia durante el Año Nuevo Chino. Antes de mi primer Año Nuevo Chino en el nuevo puesto, un funcionario del condado local, que era subordinado mío, se acercó hasta mi residencia y me entregó un paquete con 2.000 yuanes. Me dijo que era un regalo de parte de todos sus colegas para que disfrutara de mis vacaciones y del regreso a casa.
Era claramente un soborno. Pensé: “El Maestro está rectificando el Fa en el Universo. Soy un practicante de Dafa, así que debo hacer un esfuerzo por corregir las cosas que no son apropiadas en la sociedad, como los sobornos. No debo participar de costumbres corruptas o motivar ese tipo de comportamientos”.
Devolví el paquete al funcionario. “Practico Falun Dafa y me conduzco de acuerdo a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia”, le dije. “No voy a aceptar el dinero”.
Nunca más trató de sobornarme.
Libre de enfermedades
La zona donde trabajaba era una región rudimentaria, y la mayoría de la población local no tenía acceso al agua de grifo. Las personas tenían que beberla de las reservas naturales. Esta agua transportaba toda clase de enfermedades: paratifoideas, hepatitis, disentería, tuberculosis y otras más.
Muchos funcionarios que fueron reasignados a la región sufrieron de diarrea y fiebre debido a la pobre calidad del agua, incluso tenían que tomar medicamentos. El líder local dijo una vez a los funcionarios: “Él practica Falun Dafa, así que goza de perfecta salud. Va a la aldea con frecuencia pero nunca se enferma como los otros”.
Evitando los privilegios habituales
Me enteré que cuando los oficiales de cargo alto visitaban las aldeas para realizar inspecciones, las comidas siempre eran pagadas por los funcionarios de cargos menores que iban en el mismo grupo de viaje. Era una costumbre establecida hace mucho tiempo, y nadie pensaba que había algo malo en eso.
Dafa nos enseña que: “…para que así obtengas la honrada iluminación de desinterés y altruismo”. (La naturaleza fo no tiene ningún punto débil, de Escrituras esenciales para mayor avance)
Sentí que debía ser más considerado. Me pregunté si podía ser una carga para los demás, así que decidí no disfrutar de este privilegio.
En lugar de eso, insistí en pagar la comida para todo el grupo. A veces llevaba vegetales o fideos en los viajes para poder comer y convidar a otros.
Mis subordinados me conocían bien. “Los practicantes de Falun Dafa que son funcionarios de alto rango, son muy diferentes del resto. Son muy tolerantes y nada arrogantes.
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