(Minghui.org) Mi hijo es marinero en un barco de carga de una compañía naviera internacional y viaja alrededor del mundo.
El año pasado vino a casa durante el Año Nuevo Chino, y tan pronto como pasó la puerta tomó mis manos. “¡Gracias mamá!”, dijo. “¡Todos los demás miembros de la tripulación también me pidieron que te agradezca!”.
Estaba confundida, y le pregunté qué había pasado.
Me contó que durante el último viaje, fuertes ráfagas de viento repentinamente golpearon el buque agitando las olas en las aguas de Australia. Estas lo golpearon y sacudieron de arriba a abajo. Las botellas cayeron de la mesa y rodaron por el suelo. Todos estaban muy nerviosos.
Las olas eran tan altas que la embarcación podía haber volcado fácilmente.
De repente mi hijo recordó el amuleto que le di la última vez que estuvo en casa. Sintió una fuerte energía surgiendo a través del cuerpo que lo obligó a dirigirse a la cubierta. Con viento fuerte se esforzó para ponerse de pie y gritó: “¡Fa-Lun-Da-Fa-es-bueno!”.
Parecía que las ráfagas habían disminuido un poco. Entonces gritó nuevamente: “¡Falun Dafa es bueno!”. Y se debilitaron un poco más. Se aferró a un pilar, se paró y continuó gritando: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Falun Dafa es bueno!". El viento se apaciguó mucho más y las olas desaparecieron.
Cuando el mar se calmó lentamente, el timón volvió a funcionar. Mi hijo estaba muy emocionado, volvió a la cabina y les dijo en voz alta a sus colegas: "¡Falun Dafa nos salvó!".
Después de contarme la historia, quedé verdaderamente conmovida. Ambos sentimos mucho agradecimiento al Maestro por salvar a la nave y a toda la tripulación.
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Categoría: El poder divino de Falun Dafa