(Minghui.org) Cuando me convertí en la profesora de una clase de décimo grado, los estudiantes no se conocían bien unos a otros, así que la mayoría se comportaba bien. Pero Xiaolin era mi estudiante problemático.
Xiaolin fumaba, bebía, y mentía cuando le convenía. Los chicos con los que pasaba el rato eran iguales que él. Se quedaba despierto hasta la medianoche jugando a video juegos y al día siguiente se quedaba dormido en clase.
Otra profesora me había hablado sobre Xiaolin en una ocasión. Me dijo que sabía que era un chico muy inteligente pero que se dormía en sus clases. En lugar de despertarlo, esta profesora esperaba a que acabara la clase y entonces lo ponía de pie en el pasillo y le hacía memorizar algún poema antiguo famoso. En un corto espacio de tiempo, Xiaolin pasaba a su oficina y podía recitar la pieza entera sin ningún fallo.
Un día, cuando me disponía a asistir al banquete de boda de un colega, Xiaolin me preguntó si podía asistir también a la fiesta y no aceptó un no por respuesta. Su madre le dio permiso para que asistiera. Cuando llegamos a la fiesta, mis colegas me preguntaron: “¿Quién es este chico?”. Medio en broma les dije que era mi otro hijo. Digo medio en broma, porque una parte de mi sentía tanta responsabilidad hacia él como hacia mi propio hijo.
Xiaolin se sentía como en casa en la fiesta, incluso tuvo la audacia de llenarse su copa con vino. Aunque uno de los profesores le regañó, no le prestó atención. Entonces, me preguntó si podía fumarse un cigarro y le dije: “Por supuesto que no”.
Después de la fiesta me dijo por qué motivo quiso asistir: “Fui allí para conocer a los profesores de mi curso y así en el futuro quizás me den un respiro cuando me meta en líos”.
Cuando se enamoró de una compañera de clase, le dije que tenía que olvidarla y enfocarse en sus estudios. Me dijo que le gustaba la chica porque su familia es rica. Cuando la chica descubrió lo que estaba tramando, lo rechazó.
Punto de inflexión
Le hablé a Xiaolin sobre Falun Dafa y sus principios: Verdad-Benevolencia-Tolerancia. También le conté algunas historias sobre personas que hacían promesas que no cumplían y que esto les traía retribución. Gradualmente, aprendió a dejar de mentir.
Al poco tiempo, Xiaolin, pasó al siguiente curso, el grado 11. Su madre me dijo que el doctor le había diagnosticado cáncer de útero y que se encontraba bajo tratamiento.
Con el deseo de ofrecerle algo que le diera esperanzas, le hablé sobre la persecución a Falun Gong y el movimiento para renunciar al partido comunista chino (PCCh) y sus organizaciones afiliadas. Le expliqué que mucha gente experimentaba bendiciones después de mostrar su apoyo a Falun Gong y renunciar al partido. Entonces aceptó renunciar a ser miembro de la liga juvenil comunista. También aceptó recitar: “Falun Dafa es bueno” y “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno” todos los días.
Le conté a Xiaolin la conversación que mantuve con su madre. Le animé para que ayudara a su madre a cuidar de su hermano pequeño y también a que se enfocara en sus tareas de la escuela. Le hablé más ampliamente sobre los principios de Falun Dafa y le animé a renunciar a la liga juvenil comunista. Aceptó.
Muy pronto se convirtió en un buen estudiante. Se enfocó en aprender, dejó sus viejas amistades y dejó de perseguir chicas. Al final de 2015, se clasificó entre los mejores 100 alumnos de la escuela. Xiaolin sigue mejorando, no solo en la escuela, sino también en su conducta moral.
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Categoría: El bien es recompensado