(Minghui.org) La mayoría de los chinos que viven bajo el régimen comunista en China han sido influenciados por el ateísmo y ya no creen en el principio tradicional chino de que hacer el bien será recompensado y ser malo tendrá su castigo. Sin embargo, yo he sido testigo de este principio en la gente a mi alrededor. Los siguientes son algunos ejemplos.

Colega atesora el libro de Falun Dafa

Un día me encontré con una ex colega. Me separó y me susurró: “Fui a visitar a mi hermano hace un tiempo y vi a mi cuñada tirar un libro de Falun Dafa al piso. Dijo que no iba a practicar más. Recogí el libro y lo abrí. Cuando vi la foto del Maestro Li, mi corazón se conmovió. Pensé: “¡Qué gran Maestro! Cuanto más miraba el libro, más me gustaba. Me lo llevé a casa y lo escondí en mi gabinete”.

Le pregunté si le gustaría aprender la práctica. Si no quería, me podía vender el libro.

“¡No venderé el libro sin importar cuánto me pagues! Es tan precioso. Lo atesoraré. Disfruto ver la foto del Maestro”. Tuve que devolverle el libro.

Unos años después, me la encontré de nuevo. No podía evitar compartir su alegría conmigo. Su hija solía ser testaruda. Sus notas en la escuela eran promedio y se graduó en un campo poco popular de una universidad común. Su madre estaba preocupada por su futuro.

Sin embargo, hizo un cambio drástico en los últimos años. Encontró un trabajo en un distrito de desarrollo, y la promovieron a directora de oficina. A uno de los funcionarios le cayó bien, y le presentó su hijo. Salieron y se casaron. Sus suegros siempre la elogian y la tratan bien. Su madre ya no necesita preocuparse por ella.

La felicité y le dije que debía ser una recompensa por haber protegido un libro de Dafa. Ella contestó feliz “Sí, sí”.

Taxista recibe buena fortuna

Conocí un taxista en un viaje de negocios, un joven conversador llamado Xiao Jing. Me contó que solía ser un busca problemas y que estuvo detenido de joven un par de años. Sus padres eran granjeros, y nunca se dieron por vencidos con él. A menudo lo visitaban, y ansiaban las fiestas para estar juntos.

Xiao Jing tenía solo dos deseos: hacer dinero para darle a sus padres, y encontrar una buena esposa. No era fácil para él hacer dinero. El taxi era su trabajo secundario. Era raro para él hacer más de 100 yuanes por día.

Le dije: “¡Tengo algo para compartir contigo! Si crees, tu vida cambiará”. Le conté sobre Falun Dafa, le di unos folletos, y lo ayudé a renunciar a las organizaciones comunistas a las que antes se había unido. Le dije que repitiera sinceramente “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. El joven dijo que lo haría, y me agradeció.

Un mes después lo volví a encontrar. Mientras subía a su taxi, exclamó: “¡Es un milagro! ¡No hay dudas! Desde que me ayudó a renunciar a las organizaciones comunistas, logré hacer más de 100 yuanes por día. Antes eso era imposible. ¡No puedo creer que lo que me dijo usted es verdad! Al principio no lo creía completamente, pero tampoco creía en el partido comunista. Quiero ser una buena persona, pero ¡no sabía que Falun Dafa es tan bueno! ¡He sido bendecido!”.

Le dije que continuara repitiendo las palabras, y que tal vez su segundo deseo se haría realidad. Me dio una gran sonrisa.

Policía protege a practicantes y lo ascienden

Una vez dos policías vinieron a mi casa, demandando que firmara una declaración de garantía de no apelar por Falun Dafa en la plaza Tiananmen. Me negué. Pero uno de ellos demandó: “Lo tienes que hacer. No es una opción”.

Todas mis tristezas, penas explotaron en ese momento. Perdí el control de mis emociones y comencé a llorar. Grité: “¿Qué he hecho de malo? Somos ciudadanos legítimos que vivimos nuestras vidas tranquilas, pero ustedes vienen a hostigarnos. La plaza Tiananmen es de la gente. Yo soy una de ellas. ¿Por qué no puedo ir?”.

Seguí llorando. Los dos policías parecían avergonzados, y uno se disculpó: “No queríamos venir. Es una orden de las autoridades superiores. ¡Lo lamentamos señora! No la molestaremos más”. Luego se fueron.

Me calmé y arrepentí de mi comportamiento. Shifu dijo que tenemos que despertar a los seres conscientes, no asustarlos. Escribí una carta sincera a la policía local y al jefe de la policía, y la envié con información sobre Falun Dafa.

Unos meses después, deseé que ese policía que se disculpó me visitara solo, porque quería ayudarlo a renunciar a las organizaciones comunistas.

Mi deseo se volvió realidad. Tan pronto como entró a mi casa, me contó que tenía necesidad de verme, porque estaba preocupado por las circunstancias en la que se fue la primera vez que nos encontramos.

Le conté alegremente sobre Dafa. Él contestó: “Señora, sé todo. Sé que son buenas personas. Estoy a cargo de la seguridad en esta área. La protegeré. No dejaré que nadie la arreste”. Le pedí que protegiera a todos los practicantes de Dafa. También aceptó renunciar a las organizaciones comunistas, y dijo que lo haría él mismo por Internet.

Un tiempo después, mi esposo me dijo que este joven policía había sido promovido a subjefe de policía en un distrito de desarrollo.

Cuando le pregunté a mi esposo si sabía por qué a este joven le iba tan bien, a él le pareció que era porque tenía buenas conexiones.

Le conté a mi esposo sobres mis conversaciones con este policía, y dije: “Tiene un corazón bondadoso. Me avisa cuando sabe de alguna acción de la policía contra nosotros. ¡Una persona amable tiene que ser recompensada!”.

Una actitud diferente trae un final distinto

Poco tiempo después que comenzó la persecución en julio de 1999, fui a apelar por Dafa con otros tres practicantes. Nos arrestaron y detuvieron en nuestra comisaría local.

El director de la comisaría habló conmigo en su oficina. Escuchó atentamente mientras le contaba sobre Dafa. Nunca me presionó para renunciar a mi fe, y nos dio la mejor habitación de la comisaría, con aire acondicionado y sofás.

No sufrimos esos días de gran calor. Un policía nos preguntaba todos los días qué pensábamos de Falun Dafa. En una semana, nos liberaron a todos.

El gerente de mi compañía quería despedirme por mi apelación. El director de la policía se enteró de ello y le pidió al gerente que no me despidiera porque yo necesitaba el trabajo.

Mi gerente no hizo caso. Le pidió a su asistente que escribiera un reporte para incriminarme, pero la asistente se negó, y le dijo que no podía incriminar a una persona inocente. Entonces se lo pidió a otro asistente. Este asistente aceptó, pero se sintió muy culpable.

Se disculpó conmigo y me dijo que lo forzaron a escribir mentiras sobre mí en el informe. Me rogó que no lo odiara.

Le dije que los practicantes seguimos Verdad-Benevolencia-Tolerancia, y no odiamos a nadie. Pero en ese momento, no le di ninguna información sobre Falun Dafa.

Poco después del incidente, la gente que hizo las cosas bien fue recompensada y las que hicieron el mal, recibieron su castigo. El director de la policía fue promovido a una posición en un distrito de desarrollo. Tenía un sueldo más alto y más beneficios. La primera asistente fue promovida, pero no quiso la posición porque era demasiada carga laboral. Entonces arreglaron para que trabajara en una posición más tranquila pero mejor paga.

El mes siguiente mi gerente fue denunciado por enriquecimiento ilícito. Casi fue arrestado. Eventualmente perdió su trabajo y su esposa se divorció.

El asistente que escribió el reporte para incriminarme fue denunciado por tener relaciones inapropiadas con mujeres. También fue despedido.