(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 1998 a la edad de 28 años, iba a la casa de un practicante a hacer los ejercicios cada mañana a las 4 a.m., y estudiaba las enseñanzas del Fa a la noche con más de una docena de otros compañeros. Experimentamos alegrías y bendiciones cada día.

Después que comenzó la persecución de Falun Dafa, perdimos el ambiente de estudio del Fa juntos. Mi esposo tenía miedo, por lo que gradualmente me detuvo en la práctica. Él fue irresponsable con la familia, por lo que me enojé mucho. Mi salud comenzó a deteriorarse, y me diagnosticaron ciática y enfermedades ginecológicas.

Aunque todavía tenía 20 años, dependía fuertemente de la medicina y había perdido la alegría de vivir.

En ese momento vivíamos con mis suegros. Mi suegro era muy mezquino con el dinero y controlaba nuestros ingresos, dándonos una muy pequeña cantidad para gastos. Entonces alguien me dijo que mi esposo había tenido una aventura. Me enojé mucho, decidí dejar la casa y me quedé fuera por seis meses.

Regresé hacia fines del 2004 con la intención de divorciarme. Mi esposo no quería el divorcio y en la desesperación, cortó su dedo mayor derecho en un intento de mostrarme que estaba dispuesto a cambiar. Mi hermana y yo lo llevamos al hospital para que se lo suturen. Mientras que estuve fuera, él había gastado mucho dinero buscándome, también tenía cuentas médicas por pagar por tratamientos de cálculos renales. Como resultado, estaba muy endeudado.

Aunque decidí quedarme con él, no era feliz. Mirando mi hogar quebrado, perdí la esperanza, no era amable con mi marido, y pensé dejar la casa nuevamente.

Por casualidad, visité a una persona con la que solía practicar Falun Dafa. Ella todavía estaba practicando y me dio un buen consejo. Dijo que debía ser buena con mis suegros y una madre responsable con mi hijo. Su hija estaba presente y sugirió que retomara la práctica.

Después de retornar a casa, comencé a practicar los ejercicios. Unos pocos días después, pensé que no podía hacer solo los ejercicios; necesitaba estudiar las enseñanzas de Dafa también. En ese tiempo los libros de Falun Dafa no eran fáciles de conseguir, no obstante, debido a mi fuerte deseo de retornar, las circunstancias se dieron en mi vida para que obtuviera una copia de Zhuan Falun. Con lágrimas en los ojos tenía mi libro de Dafa, y estaba llena de alegría.

Me recuperé de muchas de mis enfermedades y tuve buena salud después de reanudar la práctica. Estaba llena de energía. Mis vecinos a menudo comentaban que podían ver una primavera a mi paso.

Seguí los principios de Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en mi vida diaria. No tenía miedo de las dificultades mientras trabajaba en la granja desde el amanecer hasta el atardecer. Mi esposo también trabajó duro, y lo ayudé a pagar sus deudas. Siempre fui amable con mi familia.

Mis cambios sorprendieron a mi suegro, Me preguntó qué los había causado, y le dije que practicar Falun Dafa. Estaba muy complacido e incluso tomó algunos de mis folletos de Dafa para guardar. Nuestro hogar volvió a estar feliz.

Mi esposo era una buena persona y me ayudaba a repartir materiales de información de Dafa. Fue bendecido con buena fortuna. Pagamos su gran deuda y con ahorros extras compramos nuestra propia casa.

Falun Dafa salvó mi hogar quebrado y nos ayudó a ser una familia feliz.