(Minghui.org) Soy un jubilado de 60 años. Trabajaba en un organismo nacional de alimentos. Antes de practicar Falun Gong tenía muchas enfermedades, insomnio, bajo potasio, dolores de cabeza, y dolores de espalda y piernas. Me atendí en muchos centros médicos, pero nada me ayudó. Tenía una vida agotadora.
Tuve la fortuna de obtener el libro Zhuan Falun en 1998. Leí más de 100 páginas la primera vez que lo abrí. Al día siguiente, me fui en bicicleta a casa de mi hermana, que queda a unos 32 km, para mostrarle el libro. Me sentía lleno de energía. Un viaje cansador de medio día ahora parecía tan fácil de recorrer. Mi cuerpo cambió de inmediato al leer el libro.
Responsable y compasivo
El primer año de mi práctica, me asignaron la tarea de comprar maíz a productores agropecuarios. Seguí estrictamente las normas, pero tenía los intereses de los productores en mente al mismo tiempo. Recordaba las enseñanzas de Shifu:
“…debemos mantener a toda hora un corazón de misericordia y un estado mental sereno. Entonces, si te encuentras repentinamente con algunos problemas, podrás resolverlos adecuadamente”. (Zhuan Falun)
Traté a los agricultores con un corazón de misericordia todos los días. Al mismo tiempo inspeccionaba el maíz con cuidado. Cuando no alcanzaba las normas de calidad, se lo decía amablemente, incluso a algunos viejos conocidos. Los agricultores fueron muy colaboradores. Procesaban más el maíz y lo traían nuevamente unos días después.
Mis colegas mayores me felicitaban por mi actitud hacia los productores. Algunos colegas también aprendieron de mí e intentaron hacer mejor su trabajo.
Beneficios en la familia
Mi esposo viene de una familia numerosa. Es el mayor y tiene cuatro hermanos y una hermana menores. Cuando me casé con él, su hermano menor tenía sólo 5 años. Ambos ayudamos a mi familia política a criarlos.
Cuando la familia completa se reunía, mi esposo y yo teníamos que hacer mucho trabajo. Por mi mala salud, me sentía cansada y deprimida. Después de practicar Falun Gong, hacía todo el trabajo felizmente. Todos los hermanos de mi esposo y sus respectivas esposas sabían que soy una buena persona.
Uno de los familiares de mi esposo, una abuela de unos 80 años, cuando la vi me dijo que sabía que Falun Dafa es bueno. “Lo vi en ti”, me dijo. “Ganaste buena salud con la práctica y haces un buen trabajo cuidando de este hogar. Sé que Falun Gong debe ser bueno”.
Mi suegra era jefa del comité de mujeres del pueblo, cuando empezó la persecución, estaba muy enojada, porque sabía que Falun Gong es bueno. Cuando vio las mentiras sobre Falun Gong en la TV, sólo gritaba: “Jiang Zemin no permite a la gente ser buena”.
Cuando le pedí que renunciara al partido comunista chino (PCCh) por primera vez, se negó. Después le envié los 9 Comentarios sobre el Partido Comunista y otros materiales.Cuando la visité para el Año Nuevo Chino, al año siguiente, de repente me preguntó cómo podía renunciar al PCCh.
Me dijo que todo lo que figura en los 9 Comentarios era verdad. Así que la ayudé a escribir su declaración. Ahora tiene 80 años, y goza de muy buena salud.
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