(Minghui.org) Soy una practicante veterana, y tengo más de 70 años de edad. Comencé a practicar Falun Dafa en 1996, y frecuentemente viví milagros en mi camino de cultivación.

Milagros en un centro de detención

Fui arrestada en octubre de 2006 porque fui a mi hogar natal para difundir el Fa y distribuir materiales de aclaración de la verdad. Me llevaron a un centro de detención que estaba muy sucio, oscuro, maloliente, y húmedo. Mi pensamiento fue que necesitaba salir de esta guarida lo antes posible para salvara a más seres conscientes. No aflojé con la práctica de los ejercicios, memorización del Fa, envío de pensamientos rectos y aclaración de la verdad, y también escribí “Falun Dafa es bueno” y “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno” en la pared.

Me sorprendió que al tercer día el jefe de la división de seguridad doméstica me trajo ropa de mi casa. Aunque cada ítem fue revisado por los guardias del centro de detención, descubrí que la foto de Shifu y el emblema de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, aún estaban en los bolsillos de mi ropa. Me alegré tanto que lloré, y me pregunté cómo el mal no los había encontrado cuando revisaron cuidadosamente estas prendas.

Mi hija pidió visitarme una semana después y me trajo más prendas. El emblema del Falun estaba en una prenda de lana que ingresaron al centro de detención y me entregaron. Supe que Shifu había visto mi fe firme y utilizó esto para darme ánimo.

Supe que Shifu me estaba cuidando y protegiendo. Mis pensamientos rectos se volvieron muy fuertes, y pude salir del centro de detención en 37 días.

Aclarando la verdad a agentes de la oficina 610

Agentes de la oficina 610 y mi empleador decidieron enviarme a un centro de lavado de cerebro en agosto de 2012.

Salí a aclarar la verdad después del desayuno. Traje una lista de nombres de aquellos que querían renunciar al partido comunista chino y a sus organizaciones afiliadas. También tenía unos materiales de aclaración de la verdad que me dieron otros practicantes. Estaba muy feliz por lo que había logrado.

Mi esposo estaba enojado y me dijo: “La policía te está buscando para enviarte a un centro de lavado de cerebro”. Yo le respondí: “Lo que ellos digan no cuenta. Solo lo que dice Shifu cuenta”.

Mi esposo me arrastró hasta la ventana: “Mira, hay muchísimas personas abajo. Están aquí para arrestarte”. Le dije que yo había pasado en frente de ellos. Mi esposo dijo que habían inspeccionado nuestra casa.

Envié pensamientos rectos y pensé: “Si vienen ahora, debería aclararles la verdad. ¿Cómo puedo tenerles miedo?”.

Diez minutos más tarde, más de diez personas vinieron a casa. Pensé en lo que Shifu nos había dicho:

“Validen Dafa con razón, esclarezcan la verdad con sabiduría, difundan el Fa y salven a la gente con benevolencia...”. (“Racionalidad”, Escrituras esenciales para mayor avance (II))

Los saludé calurosamente.

Los agentes de la oficina 610 me pidieron que vaya a estudiar un par de días. Dije: “¿Qué debería estudiar? En mi mente lo que tengo es 'Falun Dafa es bueno' y 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno', lo que no deja lugar para otras cosas”.

Luego les aclaré la verdad y les dije cómo yo me beneficié por practicar Falun Dafa. Luego se fueron avergonzados. Bajo la protección de Shifu, pasé otra prueba. Gracias Shifu.

Cuando los oficiales se fueron, mi hijo me preguntó a dónde me había ido antes. Dijo que esas personas habían dicho que no me dejarían escapar y que habían arreglado un par de vehículos.

Mi hijo tenía miedo de que me hiriesen, así que los observó cuando pasaron por mi casa e intentó alertarme. Pero cómo podría ser posible que ni siquiera me hayan visto. Le dije que llevaba conmigo un montón de materiales de Dafa. Si él me hubiese visto y me hubiese llamado, entonces los policías también podrían haberme visto para arrestarme. Fue Shifu quien me protegió y arregló una cobertura para protegerme.

Mi hijo dijo: “No podía verte. Esas personas, tantas personas, no podían verte. Siento que es sorprendente. Tu Shifu es grandioso”.

En otra ocasión me reportaron cuando aclaré la verdad. Esa persona no dejó que me vaya cuando llamó a la policía. La llamó tres veces y yo no dejé de enviar pensamientos rectos. El patrullero vino rápidamente y los policías me dijeron que me vaya cuando salieron del vehículo. Yo les dije: “Ustedes dos tendrán un futuro grandioso”. Me saludaron y se fueron.

Me he encontrado con muchos milagros, y todos ocurrieron bajo el cuidado misericordioso. Puedo asegurarle a Shifu que transitaré bien mi camino final.