(Minghui.org) Practicar Falun Dafa cambia a la gente y trae bendiciones a los demás. Un hombre volvió a estar saludable y su corazón también cambió para mejor. Una señora de edad le dio su asiento a una persona aún mayor y la ayudó a renunciar al PCCh. Otra, que cuida de su esposo en el hospital ayudó a otros a renunciar al partido y un milagro ocurrió.

Persona completamente diferente después de practicar Falun Gong

Soy ingeniero. Solía sufrir de cálculos biliares, artritis y tos crónica. Traté con diferentes tipos de qigong pero nada ayudó. Tuve una cirugía para remover 90 cálculos de la vesícula. Estaba tan débil que no podía permanecer en la habitación con un ventilador en funcionamiento.

En mi punto más bajo fui afortunado en obtener el Fa. Tenía la visión borrosa y no podía ni leer el diario. Sin embargo, no tuve problema al leer Zhuan Falun por varios días. Lloré cuando leí -finalmente había encontrado el propósito de la vida.

Después de practicar los ejercicios por dos semanas, sentí el Falun ajustando mi cuerpo. Su fuerte rotación casi me levantó del suelo. Me sentí excelente.

Entendí que necesitaba enfocarme en cultivar mi corazón y mejorar mi xinxing. Necesitaba seguir “Verdad-Benevolencia-Tolerancia” y eliminar malos pensamientos.

Primero, devolví los artículos que había tomado previamente de la oficina. Tomé trabajo extra para no darle las tareas a otros. Mi jefe estaba muy contento al ver mi cambio.

En casa, me disculpé con mi cuñada, con la que había peleado por años. Aunque la mayoría de la gente no hubiera pensado que era mi culpa, seguí los principios de “Verdad-Benevolencia-Tolerancia”.

Todos vieron cómo había cambiado y muchos dijeron: “Eres una persona completamente diferente desde que comenzaste a practicar Falun Gong”.

Señora mayor da el asiento a una mayor que ella

Un día tomé un autobús y me quedé dormida en el asiento. En mi estado somnoliento escuché a una señora decir: “En estos días, la gente joven no es buena. Cuando ven una persona mayor en el ómnibus, se dan vuelta o fingen estar dormidos”.

Me desperté y vi a una mujer mayor con su hija parada frente a mí. Me paré y le dije: “Hermana, por favor toma mi asiento”.

Ella vio que yo también tenía el cabello gris y dudó. “No, quédate”.

“Está bien”, agregué. “Soy más joven que tú”.

Finalmente aceptó, ella y su hija me agradecieron.

“No me lo tiene que agradecer a mí. Practico Falun Gong. Mi Maestro me enseña a tratar bien a los demás. Si quiere agradecerlo a alguien, puede agradecer a mi Maestro”.

Un señor que estaba sentado cerca dijo: “Hoy en día, desafortunadamente, una persona mayor tiene que dejar su asiento a otra de edad más avanzada”.

De nuestra conversación, supe que tenía 98 años y que era miembro del PCCh. Le expliqué la importancia de renunciar al partido.

Estuvo de acuerdo. “El partido no es bueno”. Aceptó renunciar y dijo: “¡Gracias!”.

Ya no son necesarios stents en el corazón

Mi esposo fue hospitalizado. Los otros pacientes y sus familias en la misma habitación me vieron muy ocupada cuidándolo. Uno dijo: “Usted está muy saludable”.

Le expliqué que solía sufrir de muchas enfermedades y que Falun Gong me salvó. Le aclaré la verdad y les dije que lo que el PCCh había dicho sobre la práctica no era verdad.

Una persona mayor dijo a los demás que “Falun Gong es indudablemente bueno. Vi practicantes por todas partes en Taiwán”.

Muchos en la habitación dijeron: “En estos días nadie cree lo que dice el gobierno. Las injusticias cometidas contra Falun Gong serán reparadas tarde o temprano”.

Un paciente joven era empleado del gobierno. “Conocía acerca de Falun Gong. Tenía un amuleto, pero me lo robaron”, dijo su esposa. “¿Tiene uno?”.

Inmediatamente se lo di. “¿Podría darme dos, uno para mí y otro para mi esposo? Es tan bonito. ¡Gracias!, dijo.

Dos días más tarde, el joven hombre tenía programada la colocación de stents en el corazón. Estaba muy nervioso.

Le dije: “Por favor recuerda decir `Falun Dafa es bueno´ en tu corazón. Las cosas te irán bien, tal como lo fue para mi esposo”.

Sacó el amuleto de su bolsillo. “Lo tengo conmigo y recordaré decir ´Falun Dafa es bueno´ en mi corazón”.

Su familia esperó toda la mañana por el médico para que lo examinara antes de la cirugía programada para el próximo día. Se enteraron que el equipo estaba siendo reparado.

“Por favor sé paciente”, le dije. “Un milagro ocurrirá”.

Al día siguiente, cuando lo vi, estaba muy animado. “Mi chequeo resultó normal. No necesito stents en mi corazón”.

El día que mi esposo fue dado de alta del hospital, conocí a un hombre mayor que estaba en la cama próxima a la de mi marido, que también necesitaba un stent. Le aclaré la verdad, le di un amuleto y estuvo de acuerdo en renunciar al PCCh.

Sorprendentemente, ese día el equipo tenía un problema. Cuando nos fuimos todavía no era su turno para el examen pre-quirúrgico. Aunque no sé qué sucedió, creo que todo iba a salir bien para él.