(Minghui.org) Un veterano del ejército de la provincia de Shanxi ha interpuesto una demanda penal contra el ex dictador chino Jiang Zemin por iniciar la persecución a Falun Gong, que lo sometió a un total de diez años de prisión injustamente.

El Sr. Sun Shuangwen de 55 años, comenzó a practicar Falun Gong en junio de 1993. Aunque se benefició enormemente con la práctica, él y su familia han sido atormentados por la persecución a nivel nacional que comenzó en julio de 1999. Fue Jiang Zemin, en ese momento líder del partido comunista chino, que pasó por alto a todos los miembros permanentes del politburó y lanzó la violenta represión a esta pacífica práctica de cultivación.

En estos 16 años de persecución, el Sr. Sun fue arrestado muchas veces, su casa fue saqueada y fue retenido en campos de trabajo, centros de detención y prisiones. Sufrió abusos y torturas a manos de guardia cárceles e internos. Su madre enfermó gravemente y murió en el año 2000, tras saber que su hijo había sido enviado a un campo de trabajo. En el 2006 se vio forzado a abandonar su hogar para evitar ser arrestado nuevamente. Tuvo que mudarse de un lugar a otro, y no podía comunicarse con su familia. Por desesperación, y bajo las dificultades de criar sola a un hijo, su esposa intentó suicidarse en ese tiempo.

En su demanda penal, el Sr. Sun acusa a Jiang de privar a los ciudadanos de su creencia personal, privación de la libertad, saqueos sin orden de allanamiento, calumnias e injurias, infringir humillación deliberada, abuso de poder, agresión y maltrato a gente bajo detención. Presentó su querella penal ante la fiscalía suprema popular y solicitó que su cuerpo legal enjuicie a Jiang.

En su querella relató una desgarradora visita familiar, cerca de 2008, cuando estaba encerrado en la prisión de Jingzhong, provincia de Shanxi:

“Caminé a la sala de visitas y escuché a una mujer llorando. Parecía mi esposa. Estaba bañada en lágrimas. Nuestro hijo se había olvidado su identificación, entonces no tenía permitido ver a su padre. Rogó a la policía, pero fue en vano”.

“Entonces me dijo que mire por el vidrio de la ventana al pequeño. Mi hijo era tan pequeño, sólo veía su cabello. Entonces saltó para que pueda ver su rostro por unos cortos segundos”.

Mi corazón se estremecía cada vez que saltaba, estaba tan destruido y exhausto luego de media hora de visita”.

En su querella penal, detalla todos los saqueos a su domicilio, condenas ilegales, y encarcelaciones sufridas en los 16 años de brutal persecución. También documentó la agonía de su familia. El fragmento a continuación detalla una experiencia bajo detención particularmente angustiosa.

“En septiembre de 2003 me enviaron a la prisión de Jinzhong, provincia de Shanxi. Apelé varias veces esa sentencia, pero mis apelaciones quedaron retenidas en la prisión, y nunca llegaron a la corte. Me encerraban en confinamiento solitario con frecuencia y me forzaban a realizar trabajo esclavo”.

“En mayo de 2004, dialogué con el oficial Wang Wenzhou (王文洲) sobre lo errado que era torturar a practicantes de Falun Gong. Se enojó y ordenó a los internos que me arrastraran a una celda pequeña. Tres internos salvajes me rodearon, cada uno con una larga vara de madera como un remo. Me golpearon fuertemente, hasta que casi perdí mi consciencia. Luego me pusieron cadenas de metal de más de 15 Kg, y me arrojaron en reclusión bajo aislamiento”.

Antecedentes

En 1999, Jiang Zemin, como jefe del partido comunista chino, ignoró a otros miembros permanentes del comité del politburó y lanzó la violenta represión a Falun Gong.

La persecución ha llevado a la muerte a muchos practicantes de Falun Gong en los últimos 16 años. Muchos más han sido torturados por su creencia e incluso asesinados por sus órganos. Jiang Zemin es directamente responsable por el comienzo y continuidad de la brutal persecución.

Bajo su dirección personal, el partido comunista chino estableció un órgano ilegal de seguridad, la “oficina 610”, el 10 de junio de 1999. La organización ignora las fuerzas policiales y el sistema judicial al llevar adelante las directivas sobre Falun Gong: arruinar su reputación, cortar sus recursos financieros, y destruirlos físicamente.

La ley china permite a los ciudadanos ser demandantes en causas penales, y muchos practicantes están ahora ejerciendo ese derecho presentando demandas penales contra el ex dictador.