(Minghui.org) ¿Cómo es la China hoy en día? Lo que quizás primero nos viene a la mente es la gente hablando alto en la calle, escupiendo en el suelo, la contaminación, la gente colándose en las filas, los productos falsificados, la comida envenenada, y así sucesivamente.
La gente parece estar empeñada en enfrentar encarnizadamente a los demás, tanto es así que nadie se atreve a ofrecer ayuda si alguien se cae.
La situación ha llevado a muchas personas a emigrar al extranjero.
¿Está el pueblo de China, hogar de ancestrales y honorables civilizaciones, perdido por completo?
Mi respuesta es no. Mi experiencia me dice que la gente de China puede ser capaz de recuperar rápidamente sus normas morales.
El camino recto a seguir
Yo tenía 20 años en 1993, cuando trabajaba como oficial de policía en la ciudad de Qiqihar. China estaba experimentando en ese momento una locura de qigong. Me interesaba, y fui a los parques locales cada mañana para unirme a diferentes grupos de qigong.
También había asistido a muchos seminarios de qigong, pero tenía todavía muchas preguntas que ni los funcionarios de la asociación de qigong local pudieron responder.
Fue aparentemente accidental y por la suerte que tuve entonces la oportunidad de escuchar las conferencias del Maestro Li Hongzhi. Muchas de mis preguntas más confusas acerca de la vida, y de aquello que me había preocupado durante tanto tiempo, fueron respondidos de inmediato. Yo estaba emocionado de una manera que no se puede explicar con palabras.
Pero debido a mis propias nociones, cuando escuché la enseñanza del Maestro acerca de que "Refinar gong requiere dar importancia al de" (Zhuan Falun) y que "si no se cultiva hacia el interior y no se cultiva y refina el xinxing, el gong no crece" (Zhuan Falun), sentí un poco de resistencia. A causa de que yo siempre había desconfiado del partido comunista chino (PCCh) -con su "educación política" forzada- y como era un funcionario de la asociación de qigong de Qiqihar que fue la que introdujo al Maestro Li en nuestra ciudad, al principio pensé que las enseñanzas del Maestro estaban conectadas de alguna manera con "La educación del pensamiento" del PCCh. Dejé de ir al sitio de práctica después de unos días.
Un día un amigo me preguntó cómo iba mi práctica. Después de todo habíamos aprendido juntos los ejercicios de Falun Gong. Le dije (como excusa) que estaba demasiado ocupado.
"La gente en nuestro sitio de práctica es maravillosa", dijo”. A muchos se les han curado sus antiguas enfermedades, incluso el cáncer. Ahorran en sus gastos médicos, y son esmerados en el trabajo. Las relaciones con sus familias y vecinos también han mejorado. Todos están tratando de cultivarse diligentemente.
"¿Por qué no vienes a una conferencia donde algunos de nosotros compartimos nuestras experiencias?", preguntó.
No podía creer que tantas personas hubieran experimentado este tipo de grandes cambios en un período muy corto de tiempo. Así que estuve de acuerdo en ir a echar un vistazo.
El grupo de practicantes locales y yo fuimos juntos. Después de bajar del tren, tomamos un autobús. Los boletos de autobús cuestan 30 centavos por persona, así que tomé varios yuanes y decidí comprar todos los boletos. Para mi sorpresa, todo el mundo me devolvió su parte.
Ciertamente eran diferentes de la gente común. Ninguno quería tomar siquiera un centavo que no era de ellos.
Había una gran multitud en la sala de conferencias cuando llegamos. Todos estaban en la fila y entraron en la sala de una manera ordenada.
El número de personas de fuera de la ciudad era mucho mayor que las previsiones iniciales. Cuando entramos en la sala, se llenaron todos los asientos.
Un practicante de la ciudad de Daqing dijo: "¡Todos los practicantes de la ciudad de Daqing, por favor, pónganse de pie y den sus asientos a los practicantes que no son locales!".
Los practicantes locales se pusieron de pie, y fueron a sentarse en el suelo en el espacio abierto en el frente. Ninguno parecía molesto.
Muchas personas todavía no tenían asientos. El gerente de la sala de conferencias finalmente accedió a dejar entrar a todos los practicantes, y permitirles que se pararan en los pasillos.
Los practicantes habían llegado de todas partes para compartir sus experiencias de cultivación. El público estaba muy tranquilo. Nadie hablaba, comía, fumaba, o botaba basura al suelo. Escuché a algunos de los empleados de seguridad en el pasillo decir que nunca habían visto una conferencia como ésta. No tenían nada que cuidar.
Hubo una pausa de una hora para el almuerzo. El anfitrión anunció que el comedor estaba al lado, y pensé que no habría oportunidad para mí de conseguir algo para comer. Recordé el caos a la hora del almuerzo en mi antigua escuela donde sólo había varios cientos de nosotros. ¡Había más de mil personas en esta conferencia!
Los practicantes entraron en el comedor de uno en uno. Nos dijeron en la puerta: "Diez personas por mesa, seis yuanes por persona. Por favor, dejen su dinero sobre la mesa".
Había muchas mesas en el pasillo, pero no había sillas. En cada mesa había una gran fuente de arroz y cuatro platos. Todos buscaban algún lugar vacío y simplemente se sentaban. Todo el mundo comió, puso los seis yuanes, y salió en silencio cuando terminaron. A los treinta minutos más de mil personas habían terminado de comer y se habían ido.
La conferencia terminó en la tarde. Los que éramos de Qiqihar nos quedamos un poco más ya que nuestro autobús no salía hasta dentro de dos horas. El equipo de limpieza llegó, pero no había mucho que hacer, ya que nadie había dejado ningún tipo de basura.
Una de las organizadoras dijo que se sorprendió de que la conferencia se diera sin contratiempos. Nos dijo que había estado preocupada por el pago del almuerzo. Cuando fue a consultar con el director de la sala de comedor, le comentó que la cantidad recaudada fue correcta hasta el último centavo.
Ella nos dijo que era una ama de casa, y que ninguno del resto de los organizadores tenía experiencia en la organización de una actividad tan grande. Ellos estaban tan preocupados que no habían dormido bien desde hacía varias noches. Pero todos los practicantes habían considerado primero a los otros, y la conferencia fue un gran éxito.
El Fa rectifica todas las cosas
Han pasado muchos años, pero todavía me conmueve cada vez que pienso en este evento. En sólo dos cortos años Dafa forjó innumerables personas que basaban sus vidas en las normas morales más elevadas. Vivían de acuerdo a Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Funcionarios, empresarios o empleados, eran buenas personas dondequiera que estuvieran.
Pero aun cuando el número de esta buena gente comenzó a aumentar de forma exponencial, y las normas morales de la sociedad verdaderamente estaban siendo elevadas, el régimen comunista lanzó la persecución.
El PCCh destruyó esta preciosa oportunidad para una recuperación moral en China. El PCCh dirigió a todas las fuerzas del mal para acabar con la gente buena de China. Como resultado, la sociedad se ha hundido aún más en el caos, y la norma moral sigue empeorando.
¿Tiene la gente de China innatamente una mala conducta? ¡No! La solución es simple. Devuélvanle al pueblo chino su derecho a practicar Falun Gong para que puedan ser buenas personas.
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Categoría: Cultivación