(Minghui.org) Estuve presa en un campo de trabajo esclavo por dos años luego de apelar por el derecho de practicar Falun Gong. Mi esposo se divorció de mi el día en que me llevaron al campo de trabajo esclavo. Luego se casó nuevamente.
Desgracias luego de difamar a Dafa
Mi ex esposo solía hablar bien de Falun Gong porque yo me había vuelto una mejor persona y ya no discutía con el. Hasta dijo que practicaría Falun Gong al jubilarse.
Cuando nos divorciamos se puso en contra de la práctica. Un día, mientras discutíamos sobre la custodia de nuestra hija, calumnió al fundador de la práctica. Le advertí y dije que podría enfrentarse con problemas si no se detenía. El dijo que no tenía miedo.
Hace un par de años perdió su voz y ahora está sufriendo un cáncer de pulmón. Una vez que el cirujano extirpó uno de sus pulmones, el cáncer se expandió a su cerebro y riñones.
Beneficiada por los buenos pensamientos
Mi hija no practica Falun Gong, pero cuando era pequeña su tercer ojo se abrió y podía ver girando el emblema de la práctica que figura en Zhuan Falun—el libro principal de Falun Gong—y las palabras en el libro brillando. Ella se ha beneficiado muchísimo porque confía en que Falun Dafa es bueno.
A los tres años sufrió una fiebre muy alta. A pesar de la medicación, empeoró. Tenía ataques frecuentes de fiebre y yo no estaba segura acerca de cómo accionar. Luego recordé lo que dijo Shifu: “…cuando una persona practica, toda la familia se beneficia”. (“Exponiendo el Fa en el Fahui de Australia”).
Yo pensaba que ella estaría bien, pero me senté a su lado e hice el quinto ejercicio. Cuando terminé, ella estaba bien.
A los diez años de edad, me despertó y me dijo que se sentía muy mal y que iba a vomitar. Le dije que recitara: “Falun Dafa es bueno”, y pronto se sintió mejor.
Cuando cerró la puerta de una estantería, usó mucha fuerza y el vidrio se calló del marco y le golpeó la cabeza. Sangrando profusamente, se asustó y comenzó a llorar.
Le dije: “Puedes elegir ir al hospital e iremos ahora mismo, o puedes recitar la frase “Falun Dafa es bueno” como en el pasado”. Recitó la frase y en menos de un minuto el sangrado se detuvo.
La limpié y noté un corte de 4 cm en su frente. Se quejó de un fuerte dolor de cabeza. Le recordé que recitara “Falun Dafa es bueno”. Al día siguiente su dolor de cabeza se fue y pudo asistir al colegio como de costumbre.
A los once años de edad, tuvo un esguince en el tobillo y se entristeció por no poder participar en los eventos del Día del Deporte. Se le había dañado bastante un ligamento, y tenía el empeine hinchado. Sabíamos que no podría ir y que le costaría caminar por un tiempo.
Le recordé: “Te has beneficiado tanto anteriormente. ¿Cómo es que te has olvidado? Si recitas sinceramente “Falun Dafa es bueno” y le pides ayuda a Shifu, estarás bien”.
Cuando se despertó a la mañana siguiente, vi que estaba caminando normalmente y le pregunté cómo se sentía. Ella se había olvidado de todo hasta que le pregunté. Chequeó su tobillo y no pudo ver nada malo. Dos días después superó el record de salto en alto en el colegio.
Al tomar exámenes, vio flores de loto y le fue muy bien. Le fue bien en los exámenes y en los eventos deportivos, entonces fue admitida a una clase de dotados en uno de los mejores colegios secundarios en nuestra región.
Mi hija obtuvo muchos beneficios por confiar en que Falun Gong es bueno, mientras que su padre cambió de ser creyente a no creyente y luego a odiar, atrayendo muchos infortunios a su vida.
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