(Minghui.org) Fui arrestado y encarcelado por el partido comunista chino debido a mi práctica de Falun Dafa. En agosto de 2010, fui liberado.

Seguidamente, estudié el Fa por un tiempo y luego comencé a alentar a la gente a renunciar al PCCh y sus organizaciones. Sin embargo, no lo hice bien, porque estaba muy incómodo cuando hablaba con la gente.

Otro practicante se me unió para hablar con la gente sobre las tres renuncias (renunciar al partido, a la liga juvenil y los jóvenes pioneros). Él lo hacía muy bien, muy natural y podía hablar fácilmente con cualquier persona.

Primero les contaba sobre la práctica, y luego los ayudaba a renunciar al PCCh y sus organizaciones. Con quien fuera que hablara, renunciaba.

La envidia es traicionera

Continué hablando con la gente como lo hacía siempre. Les contaba sobre las cosas buenas de Falun Dafa y cómo curó mis enfermedades. Les pedía que reciten “Falun Dafa es bueno, y Zhen-Shan-Ren es bueno”. Les expliqué que hacerlo podría traerles buena fortuna. También les hablaba sobre renunciar al partido y sus organizaciones.

Algunas veces la gente me hacía preguntas que eran difíciles de responder. Entraba en pánico y no podía dar respuestas racionales y claras.

Leí un montón de materiales para aclarar la verdad, y Los Nueve Comentarios, pero aún no podía hacerlo bien. Mi compañero practicante lo hacía consistentemente bien, y tenía mucho éxito convenciendo a la gente a renunciar al PCCh. Su habilidad para hablar precisa y claramente era muy poderosa.

Comencé a desarrollar envidia hacia él. Se dio cuenta y me lo señaló con bondad.

En una ocasión, me señaló una señora para que fuera a hablarle. Pensé: “Ya que tú eres el que habla bien, ¿por qué no vas tú?”. Así que no dije nada y dejé pasar la oportunidad. Mi envidia era como la que menciona Shifu:

“…todo este trabajo hazlo tú, pues tú lo haces bien; nosotros no somos tan capaces”. (Zhuan Falun)

Cuando llegué a casa, no me atrevía a mirar la foto de Shifu. Sabía que la envidia se había salido con la suya. Cuando miré accidentalmente la foto de Shifu, lucía extremadamente serio, y Sus ojos estaban filosos.

Afortunadamente, Dafa tiene poderes enormes para eliminar este tipo de malos pensamientos. Estudiando mucho el Fa, eliminé mi mentalidad competitiva, y mejoré mi forma de hablar con la gente.

Eliminando la envidia

Shifu dijo:

“Una vez que este individuo ha confirmado que puede lograr la perfección, puede tomarse su tiempo para gradualmente ir despojándose del resto de sus apegos”. (Exponiendo el Fa en el Fahui del Este de los Estados Unidos)

Este practicante era muy bueno convenciendo a la gente en renunciar al PCCh, y gradualmente su orgullo creció. Incluso comentaba diciendo que era el mejor practicante en nuestra región haciendo que la gente renuncie al partido. Le dije que tenía el apego a la exultación y ostentación. Pero me dijo con convicción: “¡No, no lo tengo!”. Casi me reí de su respuesta.

En una ocasión, me dijo que un practicante no estaba cultivándose bien. Le dije que tendría que decírselo directamente a esa persona. Se enojó y se defendió con bronca.

Otra vez, no pudo convencer a una persona a renunciar al PCCh, y comenzó a discutir con él. Incluso estuvo a punto de pelear.

Yo estaba sorprendido de verlo actuar así, y gradualmente comencé a despreciarlo. Sabía que despreciar a alguien también cae en la categoría de la envidia. Así que otra vez, fallé en eliminar esa sucia noción humana, no hablar de ayudarlo.

Evitaba discutir con él y simplemente me quedaba ahí. Comenzó a tener cada vez más problemas en convencer a la gente a hacer las renuncias. Las viejas fuerzas se metieron para separarnos, y dejamos de trabajar juntos.

Shifu dijo:

De hecho, él ya ha eliminado muchos de sus apegos. Quién sabe cuántas veces mejor es él que una persona común. Sólo los apegos que no han sido eliminados están en la superficie. (Exponiendo el Fa en el Fahui del Este de los Estados Unidos)

De nuevo estaba aclarando la verdad solo, y el número de personas que ayudaba a renunciar era significativamente menor. Comencé a menospreciar las fallas de otras personas, lo cual reflejaba mis fallas en la cultivación. No me libré de la envidia, y no estaba haciendo un buen trabajo como Dafa dizi. Aún siento tristeza por eso.

Shifu arregló que ese mismo practicante trabajara conmigo de nuevo un año después. Sin importar el clima, siempre venía a pedirme que fuera con él para aclarar la verdad a la gente. La mayoría de las mañanas, convencíamos a 70-80 personas a que renunciaran; por las tardes ayudábamos a 90-100 personas a renunciar, dos veces más que antes. También entregamos DVD de Shen Yun y otros materiales.

Él estaba mucho mejor. Mostraba más compasión y sabiduría cuando hablaba con la gente. Sin importar qué le dijeran, simplemente sonreía y dejaba ir todas las cosas malas. Atesoro mucho los arreglos de Shifu y esta preciada oportunidad.