(Minghui.org) Tengo 63 años, soy profesora jubilada y practicante de Falun Dafa.

Cuando era estudiante de escuela secundaria, una vez fracasé en ser reconocida como un “estudiante ejemplar” al final del año escolar. No podía dormir y sufrí un colapso nervioso. Se me declaró un problema cardíaco y me diagnosticaron una enfermedad coronaria.

Luché con este problema desde que era adolescente. La medicina no ayudaba, aunque intenté varios tipos. Aun así, debía llevar pastillas todo el tiempo y a todas partes. Recuerdo claramente una experiencia que duró dos semanas enteras. Mi pulso latía a menos de 50 por segundo, y estaba todo el tiempo mareada. Empeoraba si cerraba los ojos, y casi me desvanezco varias veces.

Los valores que enseña Falun Dafa realmente me llamaron la atención. Cuando empecé a practicar en agosto de 1995, me decidí a ser estricta y seguir los principios de Verdad, Benevolencia, Tolerancia, como soltar mis nociones desviadas y abandonar la búsqueda de fama y beneficios. Me esforcé siempre y en todo lugar por ser una buena persona.

Era diligente con el estudio de los libros de Falun Dafa y hacía los ejercicios diariamente. En poco tiempo me sentí como una persona nueva. Ya no necesité tomar medicación ni visitar al doctor.

Mi carácter también mejoró. Traté a mis colegas mayores como mis padres, a los de mi edad como mis hermanos, y a mis estudiantes como a mis propios hijos. No luché por premios ni reconocimientos como maestra.

Fui acusada por mi creencia en Falun Dafa luego de que la persecución empezó en 1999. Los directores de la escuela guardaron mi puesto mientras estuve detenida porque todos mis colegas y estudiantes apreciaban mi trabajo.