(Minghui.org) Tenía 18 años en 2004 cuando comencé a practicar Falun Gong. En ese tiempo, me llevaba bien con dos compañeros de mi clase que también practicaban Falun Gong. Siempre me hablaban sobre la campaña de persecución del régimen comunista y a veces me entregaban material para leer.
Al principio no aceptaba sus gestos y hasta amenacé con denunciarlos. Pero luego leí el material y supe que Falun Gong podía ayudarme a regresar a mi ser original. Cuando les pedí que me enseñen la práctica, aceptaron enseguida.
Practicar Falun Gong sanó mis dedos
Mis compañeros de clase me trajeron un reproductor de MP3 con las grabaciones de las lecciones del Maestro Li. Todos los días, usaba mi tiempo libre entre clases para escuchar las enseñanzas del Fa.
Al principio no entendía el significado. Aunque sentía que el Maestro hablaba muy bien, no recordaba nada luego. Todo mi cuerpo se sentía cómodo, como si cada célula se llenara de energía. Después de la tercera vez, sentí que el Fa entró en mi corazón, y me elevé a un reino de conciencia más alto. Supe que esto era lo que estaba buscando en la vida.
Mi cuerpo experimentó cambios milagrosos. Sufría sabañones en los dedos, mi piel se ulceraba y sangraba por el frío durante el invierno. Vi muchos doctores y probé varios medicamentos, pero no tenía alivio. Después de escuchar el Fa, mis dedos dejaron de sangrar a fines del invierno. Me sentí entusiasmado y gané confianza en la práctica de cultivación. Ahora, mi condición se ha curado completamente.
Atravesando tribulaciones con mi familia
Mis familiares supieron que practicaba Falun Gong medio año más tarde. Engañados por la propaganda del partido comunista, comenzaron a reprenderme. Incluso los vecinos me despreciaban y mi madre quemó dos de mis libros de Dafa. Hasta se arrodilló ante mí y me amenazó con envenenarse si no abandonaba Falun Gong.
No me di por vencido y persistí en el estudio de las enseñanzas en la escuela. Cuando empezaron las vacaciones, leía los libros debajo de mis sábanas con ayuda de la luz de mi celular. Luego, me di cuenta que debía estudiar el Fa de una manera más digna.
Cuando mi familia vio que aún estaba leyendo los libros de Falun Gong, se preocuparon. Pero cuando revisaron el contenido del libro y vieron que mi determinación era firme, se dieron por vencidos.
Después de graduarme en la universidad, en 2009, comencé a trabajar y vivía en un departamento que me ofrecía mi unidad de trabajo. Le conté a mi compañero de departamento sobre Falun Gong y la persecución, y me dijo que no interferiría con mi práctica.
Me casé en 2011. Al comienzo, mi esposa quería evitar que estudie el Fa. Le dije: “Podemos discutir todo menos esto. ¡No dejaré mi cultivación por nuestro matrimonio!”. Ella vio mi fuerte fe espiritual y sus familiares también entendieron Falun Gong, así que cedió.
Pero pidió como excepción que no practique los ejercicios ni envíe pensamientos rectos en casa. Así que me resigné a hacer los ejercicios en el departamento de la unidad de trabajo o en casa cuando no estaba mi esposa. Le dije que aún seguía practicando los ejercicios, porque quería ser honesto con ella.
Estudiar el Fa hizo que me diera cuenta de que practicar los ejercicios era muy importante. Entonces me acerqué a mi esposa y le dije que haría los ejercicios temprano por las mañanas. No estuvo en contra esta vez, pero me pidió que no la moleste mientras estaba durmiendo. Luego, también aceptó que hablara activamente con otras personas sobre la persecución.
Haciendo las tres cosas que se requieren
Apenas empecé a practicar, me encantaba contarle a la gente sobre Falun Gong. Eduqué a mis amigos y familiares sobre la persecución y los ayudé a renunciar al PCCh y a las organizaciones juveniles. Luego, comencé a entregar material en la vía pública.
Ponía volantes en sillas y autos en toda la ciudad universitaria. Cuando empecé a trabajar, los dejaba en las casas camino a la oficina. También repartía información sobre la persecución a pueblos cercanos y edificios residenciales. Seguí estudiando el Fa y leyendo artículos en Minghui.org. Finalmente, me di cuenta de que necesitaba contar la verdad cara a cara.
Comencé a hablar con vecinos en 2013. Me tuve que armar de valor al comienzo. Ahora, salgo cada fin de semana con una actitud digna para hablar con la gente sobre sus confusiones acerca de Falun Gong.
Los saludo cálidamente, me presento, les ofrezco material, y simplemente les cuento de qué se trata Falun Gong y por qué deben considerar renunciar al PCCh.
Incluso les ofrezco un seudónimo si tienen algunas dudas sobre la privacidad. Nunca obligo a nadie a renunciar al PCCh, pero creo firmemente que tendrán una elección informada una vez que lean los materiales. Por supuesto, necesito estudiar el Fa bien y tener pensamientos rectos para que mis esfuerzos sean efectivos.
Sumándome a los esfuerzos por procesar a Jiang Zemin
Minghui.org comenzó a publicar artículos sobre presentar cargos contra Jiang Zemin, el ex cabecilla del PCCh en junio de 2015. Leía todos los días y pensé que también necesitaba presentar una denuncia penal. Pero temía usar mi nombre verdadero y enviar por correo una copia de mi documento de identidad. Pensaba que no era seguro, pero también sabía que el clima represivo en China ya había aflojado. Así que no tenía nada que temer.
Envié mi denuncia por correo el 4 de julio de 2015, pero quedó bloqueada en el centro de procesamiento de correos en Beijing. No me deprimí, y pensé que no importa qué pase, quien lea mi correo se beneficiará. Hice el seguimiento de la denuncia penal contra Jiang en el sitio web de la fiscalía suprema seis días después. ¡Esta vez fue aceptada!
Ayudé a muchos practicantes de la zona rural a enviar sus denuncias penales contra Jiang Zemin y las registré en Minghui. Al leer tantos correos tan conmovedores, fui viviendo sus experiencias. Atesoro ese sagrado sentimiento.
Este período de tiempo
Soy un practicante de Falun Gong joven y quiero alentar a otros jóvenes practicantes y decirles que no hay atajos en la cultivación. Los jóvenes practicantes tenemos que cultivarnos sólida y diligentemente.
Algunos practicantes se vuelven menos diligentes en su cultivación cuando crecen. Algunos dicen que practican Falun Gong, pero no estudian el Fa, ni hacen los ejercicios, ni ayudan a aclarar los hechos. ¿Cómo puede contar esto como cultivación?
Todos necesitamos asumir la responsabilidad de hacer las tres cosas bien.
Quiero decirle a todos los jóvenes practicantes: tienen que cultivarse diligentemente para ponerse al día. ¡No le fallemos al Maestro!
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