(Minghui.org) Soy una practicante de Falun Dafa de la provincia de Liaoning. Quisiera aprovechar esta oportunidad para reportarle mis experiencias de cultivación a nuestro gran y compasivo Shifu y a los compañeros practicantes. Por favor señalen cualquier cosa inapropiada.

Dejando de protegerme

Siete practicantes en mi condado fueron arrestados el año pasado, y otros dos fueron forzados a abandonar sus hogares para evitar ser perseguidos. Le pedía a compañeros practicantes que envíen pensamientos rectos. Mientras tanto, visité varias estaciones policiales para pedir por la liberación de practicantes arrestados.

Cuando localicé dónde estaban detenidos, organicé a varios practicantes para que enviaran pensamientos rectos cerca de los centros de detención y que contactaran a los familiares de los practicantes detenidos para animarlos a solicitar su liberación. También visité a practicantes locales personalmente y los animé a que mantuvieran pensamientos rectos.

La secretaría de seguridad nacional de la policía de la ciudad fue la responsable de los arrestos. El departamento transfirió a los practicantes a un centro de detención luego de arrestarlos y los amenazó con ponerlos en prisión.

Los practicantes de Dafa en nuestro condado enviaron pensamientos rectos día y noche. Acopiamos información acerca del incidente y armamos un afiche para exponer la persecución. Nos dimos cuenta de que los arrestos ilegales estaban dirigidos por el cabecilla de la secretaría de seguridad nacional.

Pegamos los afiches por todo el condado al cabo de un par de días. Enviamos la misma información a oficinas gubernamentales relevantes y al público en general con mensajes telefónicos de texto y de voz. Esto desalentó en gran medida a los perseguidores. Con nuestros esfuerzos en conjunto los siete practicantes arrestados fueron liberados al cabo de un mes.

Además de recolectar información acerca de los practicantes secuestrados y de los perseguidores, también distribuí mensajes y hablé con familiares de estos practicantes. Un compañero practicante me dijo que habíamos sido monitoreados cuando fuimos a la campiña a una conferencia de intercambio de experiencias. Nuestros nombres y matrículas de auto habían sido registradas. Sufrí un estrés y dificultad enorme durante esa época.

Tenía pesadillas todas las noches en donde la policía venía a buscarme. Decidí dormir menos y enviar pensamientos rectos extensamente. Mi esposo, también es practicante y me recomendó dejar temporalmente nuestro hogar para esconderme. Dudé, pero finalmente decidí irme. Le dije: “No puedo irme. Todos necesitan de mi firmeza en este momento difícil. Si me voy escondo, ¿quién coordinará las cosas? Debo quedarme y sobrepasar este momento difícil con todos”.

La madre de un practicante secuestrado conocía al cabecilla de la secretaría de seguridad nacional. Mantenía contacto diario con él, pero se negó a escucharnos. Le hablaba negativamente a los practicantes. La mayoría de los practicantes no se animaban a contactarla. Abandoné mi apego a protegerme y hablé con ella una y otra vez. También hablé con abogados. Seis de los siete practicantes secuestrados fueron liberados al cabo de tres semanas, y uno fue arrestado oficialmente.

Estaba triste y enojada por el arresto oficial. No pude dormir la noche entera. Me miré internamente y descubrí un apego al sentimentalismo. Envié pensamientos rectos y organicé al grupo de practicantes para que sigan con nuestros esfuerzos de rescate. Muchos practicantes sintieron que habían mejorado en la cultivación a partir de este proceso. Luego de diez días el último practicante fue liberado.

Lo que aprendí principalmente en este proceso fue que debemos tratar a los asuntos de otros practicantes como si fuesen nuestros; generar una entidad fuerte, y eliminar cualquier división entre nosotros. Cuando nos negamos a ser movidos por las falsas apariencias de persecución, seguimos la guía de Dafa, y abandonamos apegos a protegernos podemos sobrevivir a las tribulaciones a salvo.

Abandonando el apego a la autocomplacencia

Diez practicantes de una ciudad lindante fueron arrestados. Un practicantes de su área me contactó para ayudar. Le pedí a los practicantes locales que enviasen pensamientos rectos para ellos y enviasen mensajes de aclaración. Ya que en mi ciudad nadie sabía cómo generar mensajes multimedia, fui a otra ciudad a aprender de otros practicantes. Generé un par de mensajes multimedia para distribuirlos localmente. También envié el mensaje a todos nuestros oficiales de la policía local.

Tuve problemas técnicos cuando intenté generar un nuevo mensaje. Intenté durante muchas noches seguidas pero no pude hacer que funcionaran. Con la ayuda de practicantes finalmente resolví el problema y generé uno con éxito.

En mí comenzó a emerger un sentimiento de logro y de autocomplacencia. Le envié un mensaje de texto a un practicante diciéndole: “Nada es imposible con un corazón dispuesto. Generé uno anoche. Te lo enviaré”. Originalmente yo quería decir: “Esto es lo mejor que pude hacer. Puedes hacer como quieras si necesitas modificar algo”. Peor me di cuenta que estaba mal antes de terminar de tipearlo. Entonces lo cambié a: “Con gusto haré modificaciones si se necesitan”.

Mientras tipeaba, de repente sentí que ingresaba a otra dimensión. Yo era tan pequeña como un grano de polvo frente a varios cuerpos celestiales. Pero ostentaba mis habilidades y me comportaba vergonzosamente diciendo: “Así soy yo. ¡No te atrevas a criticarme!”. Luego de esta escena, me ví volverme una gota de agua. Era vulnerable y me evaporaría si dejase el océano. Mi autocomplacencia me hizo lucir patética y ridícula frente al océano ilimitado.

Estaba totalmente estupefacta ante lo visto, y casi aterrada de mi apego a la autocomplacencia. Realmente soy una gota de agua. Agradezco sinceramente a Shifu por mostrarme este apego.

En el instante en que entré en razón, le escribí a mis compañeros practicantes: “Acabo de descubrir que soy una gota de agua en un océano. Me secaré si salgo del océano. ¿Cómo puedo estar tan apegada a mi misma? Estoy avergonzada de haber expuesto mis apegos a los dioses.

Desde entonces, dejé de insistir en mis propias opiniones y en validarme.

Elijo lo que sea que la rectificación del Fa requiera

Normalmente no me preocupo por los detalles. Solía evitar la tecnología, y las palabras en inglés me daban dolor de cabeza. Luego de haber sido encarcelada durante siete años por practicar Falun Gong me quedé muy atrás. Recomencé mi cultivación desde cero y pronto comencé a coordinar proyectos para validar el Fa.

Los practicantes de Dafa en mi condado comenzaron a utilizar teléfonos celulares para aclarar la verdad el año pasado. Además de mejorar nuestro xinxing, el conocimiento técnico es necesario para este proyecto. Yo solía relegar todos los problemas técnicos a un practicantes joven muy habilidoso, pero llevaba muchos días arreglar las cosas. Consumía mucho tiempo y generaba una brecha para interferencias.

Comencé a aprender la tecnología arreglando problemas pequeños. Finalmente pude resetear completamente los celulares y cambiar las configuraciones. Tener estas habilidades realmente ahorra tiempo, porque podía solucionar problemas mucho mas rápido. Teníamos cientos de celulares enviando mensajes de aclaración de la verdad, pero nos quedamos sin números para llamar. Aprendí a conseguir más números y verificarlos. Este proceso eliminó a números fuera de servicio de nuestra base de datos y ahorró tiempo precioso.

Luego del lanzamiento exitoso de este proyecto de aclaración de la verdad en nuestro país, practicantes en otras cuatro ciudades se sumaron. Miles de códigos de área fueron cubiertos con este proyecto.

Seguí eliminando mis apegos coordinando este proyecto. Un apego principal que tuve que trabajar fue la impaciencia. Hay muchos practicantes ancianos en mi condado. Algunos tienen más de setenta años. Tuve que enseñarles repetidas veces, hasta doce veces. Les pedí que tomaran notas y que practicaran en casa. Solucionar problemas de celulares requiere de paciencia, también. A menudo tuve que trabajar hasta altas horas en la noche. Sentía la dureza del trabajo de los practicantes que se ofrecían para apoyo técnico.

Para ahorrar nuestros recursos, estuve atenta a los precios de tarjetas telefónicas y le enseñe a todos a verificar cuanto crédito les quedaba en las tarjetas. El proyecto ha estado funcionando fluidamente para la mayoría de los practicantes que participan. Estamos muy motivados y trabajamos juntos para mejorar nuestra cultivación y la aclaración de la verdad.

En este proyecto aprendí que no debo elegir lo que yo quiera para la rectificación del Fa. Debo hacer lo que sea que la rectificación del Fa requiera. También mejoré mi tolerancia hacia otros. Experimente verdaderamente como “la tolerancia crea al espacio”.

Con la protección de Shifu y el apoyo de compañeros practicantes, superé dificultades enormes y resistí presiones intensas. Todo esto depende de la base que Shifu creó. A medida que la rectificación del Fa llega a su fin yo seguiré mejorando ¡y jamás seré indigna de la salvación misericordiosa de Shifu!

Heshi!