Médico: "Estas imágenes no pueden ser de la misma persona"

(Minghui.org) A veces se necesita mucho coraje para decir la verdad. Un ejemplo es la conocida novela “El traje nuevo del emperador” del escritor danés Hans Andersen. Aunque todo el mundo sabía que el emperador no tenía ropa, nadie se atrevió a decirlo, excepto un niño pequeño, temiendo que decir la verdad les causara problemas.

Pero al final nos enteramos de que todo el mundo estuvo de acuerdo con aquel que tuvo el valor de señalar lo obvio, y se ganó el respeto.

Lo mismo es verdad hoy. Lo que sigue es la historia de una mujer que fue diagnosticada con un linfoma en fase terminal. A pesar de que Falun Gong ha sido difamado por los medios de comunicación de noticias estatales de China en los últimos 15 años, ella empezó a practicar Falun Gong por sus beneficios para la salud y por sus principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.

Y los resultados fueron milagrosos.

Todo comenzó hace tres años en un pequeño pueblo en la provincia de Heilongjiang, en el noreste de China. Yuying, de 46 años, encontró un bulto en su cuello. Un médico confirmó que era linfoma. Le comenzaron a hacer una serie de tratamientos en Harbin, la capital provincial. Sin embargo, el tumor se hizo más grande. El médico que examinó los resultados de la prueba anunció que era un cáncer en etapa avanzada y que era incurable.

Señalando la resonancia magnética le dijo a Yuying: "Ya está extendido por todo el cuerpo, incluyendo las cuatro extremidades. No hay esperanza. Si te vas ahora, probablemente puedas llegar a casa".

Sus palabras causaron una gran desesperación a Yuying. Pensó: "Así que ¿simplemente voy a morir de esta manera?".

Muy pronto recibió una llamada telefónica de su tía que vive en otra provincia. Su tía tenía una sugerencia: "Tal vez puedes intentar practicar Falun Gong. Me ayudó a mí y a muchos de mis amigos. No tienes nada que perder, ¿verdad?".

Yuying recordaba haber oído de su tía acerca de Falun Gong, pero nunca lo tomó en serio porque los medios de comunicación dijeron durante muchos años cosas malas acerca de la práctica.

"Pero ¿qué pasa si mi tía tiene razón?", se preguntó Yuying. Ella siempre había confiado en su tía, y toda la familia sabía cómo había mejorado la salud y la personalidad de su tía. Entonces pensó: "¿Por qué me importa lo que dicen los medios de comunicación? –de todos modos ellos dicen tantas mentiras".

Yuying tomó una decisión, y le dijo al médico: "Me voy a casa. Mi tía dijo que Falun Gong me puede ayudar. Voy a probarlo y le haré saber".

Mediante la lectura de libros y escuchando conferencias, Yuying comenzó a practicar Falun Gong tan pronto como regresó a su casa. Conmovidos por su actitud positiva y por la sinceridad de su tía, toda su familia la animó. "Su tía dijo que una persona sería bendecida por apoyar lo recto. Todos vamos a recitar: "'Falun Dafa es bueno' y 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno' a partir de ahora", dijo un pariente.

La recuperación de Yuying fue sorprendentemente buena. Ocasionalmente un fluido drenaba del tumor del cuello. Olía mal, y a veces salían pequeños bultos. No era doloroso y la herida sanaba rápidamente. Sabía que no tenía que preocuparse por ello.

Varios meses después Yuying y su hija fueron de nuevo al médico. Este pidió otra resonancia magnética y la comparó con la vieja, una al lado de la otra.

"Estas imágenes no pueden ser de la misma persona", concluyó el doctor. "Además, la persona en la primera imagen sin duda ya ha fallecido".

"¿De qué estás hablando?" exclamó la hija de Yuying, "Esta es mi mamá. ¿Por qué iba yo a traer a otra persona aquí?".

"Dime: ¿qué hiciste después que te fuiste a casa?", preguntó el médico con ansiedad.

"He estado practicando Falun Gong estos pocos meses. Y toda mi familia se unió a mí diciendo 'Falun Dafa es bueno' y 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'".

"Oh, ya veo". El médico todavía no estaba convencido. "¿Quieres decir que no tomaste ninguna medicina?".

"No, no, en absoluto. Los medicamentos no me funcionaron, así que dejé de tomarlos", respondió Yuying.

La salud de Yuying continuó mejorando, y no regresó al hospital. Ahora es capaz de hacer trabajos manuales.

"Mi mamá es ahora una persona nueva. ¡No sólo es saludable, sino que su mal humor se ha ido!", le dice feliz a la gente la hija de Yuying.