(Minghui.org) ¡Saludos Maestro! ¡Saludos compañeros practicantes!
Soy un practicante de 15 años de edad. Bajo el ojo atento del Maestro, desde mi nacimiento hasta ahora, he disfrutado de muy buena salud, y por lo que recuerdo, como mucho he tomado medicación solo una o dos veces. Incluso durante el periodo de la contagiosa gripe aviar, cuando todos mis amigos estaban enfermos o en cuarentena y nuestra escuela fue obligada a cerrar, yo no enfermé. Una vez, cruzando la calle, una motocicleta me golpeó y me arrojó a un costado, salí volando. Sin embargo salí ileso. ¡El Maestro siempre me cuidó del daño!
1. ¿Por qué mis padres se han ido?
¡El malvado partido comunista chino (PCCh) persigue a Dafa, persigue a los practicantes de Dafa, y destruyó a mi familia! Cuando era un niño pequeño, mi padre perdió su empleo por no renunciar a Falun Dafa. El malvado partido envió policías a allanarle la casa, robaron las cosas de valor de mi familia, e incluso robaron los anillos de oro de mis padres.
Mi padre ha sido detenido y perseguido cuatro veces, y mi madre también había desaparecido. Perdí a ambos padres, y con ello mi fuente de vida. La gente usualmente me mira y dice: “¡Pobre niño! ¡esto es realmente triste!”.
Tenía siete años de edad la noche en que la policía vino a atacar nuestra casa. Estaba profundamente dormido en ese entonces. Cuando desperté, me encontré en la casa de mis abuelos.
Desde ese día, cuando abría mis ojos en la mañana, no podía ver más a mis padres. Era muy joven en ese entonces, por lo que usualmente me lamentaba hacia mis abuelos y les decía: “¿Dónde está mi padre? ¿Dónde está mi madre? ¡Quiero ir a casa! ¿Por qué no me dejan ir a casa?”.
Mis abuelos me mentían para calmarme.
Pero poco después, pude escuchar una conversación de adultos, y me enteré que mi padre había sido sentenciado a cinco años de prisión mientras mi madre fue forzada a irse de casa y su paradero era desconocido.
Desde el primer grado en adelante, mi abuelo fue el que me llevó al colegio y me iba a buscar después del colegio. Otros estudiantes eran llevados y traídos por sus padres.
Una vez, unos pocos días después de Año Nuevo, el abuelo tenía que irse del pueblo, dejándome a mi y a mi abuela en casa. Ese día, finalmente quebré y le dije a mi abuela: “Abuela, extraño a mi padre y a mi madre…” La abuela me miró con tristeza en los ojos.
Sabía que la abuela estaba muy triste. De tanto en tanto, ella encontraba un lugar donde pensaba que nadie la podía ver y lloraba. Sabía que mi abuela no quería que la viera.
Ese día, la abuela y yo nos abrazamos y lloramos sin restricciones… Sentía que era el niño más miserable en la tierra.
Esto duró dos años… Gradualmente, no pude recordar cómo se veían mis padres. Eran solo vagas memorias flotando dentro y fuera de mi conciencia.
Una vez, un tío, buen amigo de mis padres, vino a ver la casa de la abuela y dijo que él quería llevarme al parque para sacar algunas fotos.
Fuimos al parque y vimos al otro tío con una cámara. Ese tío me llevó a comprar una gran bolsa de deliciosas galletas. Cuando volvimos al parque, la tía estaba esperándonos allí. El tío me decía que ella era una compañera de trabajo. La tía quería tomarse unas fotos conmigo.
Primero, me senté detrás de la tía por unas pocas fotos, y luego me senté en su regazo para mas fotos. Finalmente, la tía me abrazó para aun más fotos. Yo veía a la tía sonreír y cada movimiento de ella, sentía su calor y su cercanía. Todo se sentía muy familiar pero también extraño.
Gradualmente, mis sonrisas para la cámara se volvieron solemnes. Me comencé a preguntar: La tía sosteniéndome no es la compañera de trabajo del tío, la tía no es una tía, ¡es mi madre!
Pero, como había tanta gente alrededor no me animé a decir nada, por miedo a que si fuera mi madre, y yo la llamaba así, ella fuera atrapada por la gente mala. Tenía que mantener todo adentro.
El tío notó los cambios en mi expresión, por lo que decidió terminar la sesión de fotos y llevarme devuelta a la casa de mis abuelos.
Fui con el tío en su auto. La tía me seguía con sus ojos. Veía a la tía dejándola atrás y mi corazón se sintió muy triste, muy triste…
Después, llamé al tío muchas veces, para pedirle que traiga a la tía para una visita. El tío siempre encontró alguna excusa para rechazarme. Él hacía chistes pero nunca hizo lo que le pedí.
Unos pocos años después, la tía finalmente vino a verme. Todos me preguntaron: “¿Quién es esta señorita? ¿La reconoces?”. Me sentía perdido. Vi a la tía y no sabía quién era realmente.
La abuela dijo: “Es tu madre”. De repente entendí, y los pocos recuerdos que tenía me inundaron devuelta. La tía era realmente mi madre. Ella también lo confirmó. Lloré.
Luego entendí. Mi madre me extrañaba pero pudo solo reunirse conmigo después de todos estos años: podía verme pero no reconocerme, todo por la persecución que estaba ocurriendo…
2. ¡Milagro! Padre despertó
Un día, dos años después, la abuela dijo que me llevaría a ver a mi padre. ¡Yo estaba lleno de alegría!
Pero cuando vi a mi padre, quedé aturdido.
Él estaba cubierto con moretones. Extremadamente flaco, y apenas estaba consciente. No podía escuchar. No podía reconocer a sus propios padres – mis abuelos. No podía ni siquiera reconocerme a mi. Me miraba como si estuviera a punto de detener su respiración en cualquier momento.
Nos dijeron que era “enfermo mental” que no había hablado durante dos años, y que sus “enfermedades mentales” fueron oficialmente diagnosticadas por el psiquiatra en el hospital psiquiátrico.
El padre que recordaba era normal, una persona saludable. ¿Qué le había hecho la prisión? ¡Cuán mala debía haber sido la tortura! Mi corazón se quebró. Realmente mi corazón se quebró. Sentía como si estuviera caído en una casa de hielo. Sentía escalofríos hasta en los huesos. Temblaba involuntariamente.
Simplemente no podía entender. Mi padre no era una mala persona. Él seguía los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia para ser una buena persona. No cometió ningún crimen, entonces, ¿por qué era arrestado de tiempo en tiempo y enviado a la prisión? ¿Por qué fue tan terriblemente torturado y ahora reducido a un estado vegetativo? Fue enviado a casa solo cuando los médicos no podían salvarlo. ¡Cuán malvado es el PCCh! ¡Realmente perverso! ¡Realmente despiadado! Lágrimas incontrolables corrían por mi rostro…
Muchos tíos y tías practicantes le leían los libros de Dafa a mi padre todos los días. Enviaban pensamientos rectos para él. Aunque mi padre no podía escuchar lo que decían, los tíos pensaban que sí. Ellos lo alentaban constantemente.
Un día, cayó en coma. Parecía estar durmiendo. No había practicantes alrededor. La abuela no podía hacer nada más que derramar lágrimas. Por lo que yo me senté en mi cama con lágrimas saliendo de mis ojos y repetí fuertemente la formula para enviar pensamientos rectos.
Padre estaba teniendo convulsiones y tenía dificultad para controlar su respiración. Yo continué recitando fuertemente la formula para enviar pensamientos rectos y destruir el mal. También imploré al Maestro con todo mi corazón para salvar a mi padre.
De repente, ¡mi padre despertó!
Me di cuenta que el venerable Maestro ¡había salvado a mi padre! ¡El Maestro es realmente grandioso!
Día tras día, bajo el cuidado del Maestro, mi padre se mejoró y se mejoró. Gradualmente recuperó su conciencia completa, ¡y se recuperó rápidamente!
¡Gracias Maestro!
3. Dándole un VCD a una pequeña anciana
Había una pequeña practicante a quien llamo pequeña hermana. Estudiábamos el Fa juntos. Cuando le dije que quería salir a distribuir VCDs, pequeña hermana quiso venir.
A decir verdad, ambos éramos muy tímidos. Cuando hablamos sobre distribuir VCDs de Shen Yun, estábamos realmente muy asustados. Para prepararnos mejor, la noche anterior a salir nos aprendimos nuestras “líneas” de memoria e hicimos un juego de roles. Actué como un practicante y pequeña hermana como un anciano no practicante. Practicamos nuestro juego de roles durante un largo tiempo.
Al día siguiente, fuimos al parque como lo planeamos, para actuar pero esta vez de verdad nuestros juegos de roles. Decidimos que nos sentiríamos más confiados si solo salíamos tras el grupo de edad de ancianos. Sin embargo, cuando encontramos una persona anciana y comenzamos a caminar hacia ella, perdimos nuestra calma y la timidez nos envolvió.
Para no defraudar al Maestro, por el bien de los seres conscientes, finalmente dimos nuestro VCD a una frágil, débil, y minusválida anciana. Incluso le dijimos de recordar “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”.
Después de eso, nos sentimos muy felices, alentados y motivados.
Entonces, pasamos los VCDs y clarificamos la verdad en concordancia con lo que hicimos la primera vez. Tuvimos éxito después del segundo, el tercero y el cuarto VCD, uno tras otro. Algunas personas incluso nos pidieron más VCDs para que poder dárselos a sus buenos amigos.
Desde ese día, continuamente fuimos al parque a entregar VCDs de Shen Yun. Fuimos allí con tanta frecuencia que una abuela llegó a conocernos muy bien. Ella venía a cuidarnos. Nos preguntaba si teníamos frío e incluso nos dio a ambos sombreros para vestir. Nos agradeció y nos dijo que había disfrutado el VCD que le habíamos dado.
Sentimos que nos estábamos volviendo mejores y que las cosas se estaban poniendo más fáciles. Comenzamos desde un pequeño parque y fuimos hacia las calles, continuamente clarificamos la verdad y distribuimos los VCDs de Shen Yun.
Al principio solo nos animamos a tomar como objetivo a los mayores, pero después, comenzamos a acercarnos a todo tipo de personas sin importar la edad. De esta manera, tuvimos éxito en pasar un montón de VCDs de Shen Yun. ¡Nos sentimos muy felices porque fuimos capaces de salvar a la gente y ayudar al Maestro a rectificar el Fa!
Cuando miro para atrás los muchos años de mi tormentosa vida. No puedo evitar pensar ¡cuán bendecido soy de haber reencarnado en mi familia!
De niño era demasiado joven e ignorante. Como mis padres fueron perseguidos me volví relajado en mi práctica y usualmente me quejaba repetidas veces sobre esto y lo otro. Decepcioné al Maestro muchas veces y de muchas maneras, pero ¡el Maestro aun así me cuidó!
Sé que vine al mundo para obtener el Fa y cultivarme. ¡Nunca defraudaré al Maestro! Siempre seguiré Verdad-Benevolencia-Tolerancia y mediré cada pensamiento y acción contra estos principios. Agradezco al Maestro por darme tantas oportunidades para practicar, trabajaré duro para deshacerme de todos mis apegos y salvar a más y más gente, por lo que cuando venga el momento, iré a casa con el Maestro.
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