[Minghui Net] Un día a fines de 2013, una practicante anciana que vive cerca de mi casa empezó a mostrar síntomas graves de yeli de enfermedad.

En la mañana, varios practicantes, incluyendo un pariente mío, llegaron a su casa como de costumbre para estudiar el Fa, pero la encontraron tan mareada que no podía sentarse o levantarse de la cama. Además no podía comer y vomitaba en cuanto abría los ojos. Su esposo, quien también es practicante, estaba tan angustiado que incluso no podía mantener pensamientos rectos. Al parecer, el estudio del Fa de esa mañana había sido afectado.

Los practicantes tuvieron una discusión y tomaron la decisión de dejar a la  practicante veterana acostada para escuchar mientras se leía el Fa.

Cuando llegué a mi casa del trabajo esa noche y mi pariente me comentó la situación, pensé: "La practicante anciana hace bien las tres cosas y tiene buen avance en su proceso de cultivación, entonces su estado actual tiene que ser una ilusión –una interferencia. Sin embargo, no importa lo difícil que es y lo mal que se siente, ella tiene que estudiar el Fa y no debe quedarse acostada, de lo contrario sería lo mismo que caminar el sendero arreglado por las viejas fuerzas".

Entonces, le pedí a mi pariente que compartiera mi pensamiento de que la practicante anciana debe negar cualquier tipo de persecución e interferencia arreglada por las viejas fuerzas, y que ella debe esforzarse en sentarse para estudiar el Fa y comer normalmente.

Al día siguiente cuando llegué del trabajo, mi pariente me dijo: "La condición de la practicante anciana no ha cambiado. Las cosas siguen iguales. No se pudo levantar de la cama, ni comer o abrir los ojos. Por supuesto, no se sentó para estudiar el Fa".

Después de escuchar el informe, me puse muy ansiosa. Decidí tomar algo de tiempo libre al día siguiente para poder ir a verla en persona. Por desgracia, estuve muy ocupada y no fue posible conseguir un tiempo de descanso. Me di cuenta de que era la interferencia de las viejas fuerzas, porque no querían que ayude a una compañera practicante.

La cuarta noche, llegué a casa del trabajo y mi pariente me dijo que la  situación de la practicante anciana era muy grave. No había todavía ninguna mejoría y no había comido durante cuatro días consecutivos.

Supe que ya no debería de retrasarme más. Tenía que ir a visitarla de inmediato.

Le dije a mi pariente: "Shifu nos enseña que debemos mirar  los asuntos de un compañero practicante como si fueran nuestros propios asuntos porque somos un solo cuerpo. Juntos como un todo, nos coordinaremos para desintegrar toda interferencia de las fuerzas del mal. Debemos ayudar a nuestra practicante anciana para que supere los obstáculos de esta interferencia".

Cuando llegué a la casa de la practicante anciana, la encontré delgada, pálida y jorobada en la cama. Le dije a su marido: "Tío, le traje a la tía unos bollos de manzana, calientes".

Su marido tomó los bollos pero me preguntó con un tono perplejo: "¿Puede comer?". Le respondí con una voz muy firme: "Por supuesto que puede comer".

Sin embargo, la practicante anciana seguía acostada en la cama, con los ojos cerrados. No se movió y no comió.

Le dije: "Tía, ¿te das cuenta de que las viejas fuerzas no te dejan comer? Debes comer y, aún si vomitas, tienes que comer".

La practicante anciana me escuchó y luchó para sentarse a comer. Me senté a su lado y empecé de inmediato a enviar pensamientos rectos.

Entonces, una idea surgió en mi mente: "Si la tía no come hoy, seguiré  enviando pensamientos rectos sin parar".

Luego, otro pensamiento estalló en mi cabeza: "Encontraré más practicantes para ayudar a enviar pensamientos rectos".

En cuanto apareció ese pensamiento, me di cuenta de que era un apego a la dependencia que debía eliminar. Mi pensamiento recto ya tenía la fuerza de partir una montaña. Al lograr esa comprensión, me sentí de inmediato completamente envuelta en un campo de energía muy fuerte.

La practicante anciana se esforzó en comer dos bollos y ya no pudo más. Sin embargo, pronunció una frase: "¡Vamos a estudiar el Fa!".

Le respondí: "Muy bien. Incluso si fuera a leer sólo una palabra, debería abrir los ojos para leer esa palabra usted misma".

Entonces, empezamos a leer las recientes Conferencias del Fa de Shifu. En dos horas pudimos leer siete páginas. Durante esas dos horas, la practicante anciana tosió varias veces pero no vomitó. Cuando ella tosía, yo enviaba pensamientos rectos, pidiéndole a Shifu que la ayudara a reforzarse y que le impida a las malvadas fuerzas que sigan la persecución.

Mientras estábamos estudiando el Fa, preocupados por su madre, vinieron a verla su hija y yerno. Consideré su visita como interferencia pero traté de no permitir que mi corazón fuera afectado.

Sin embargo, cuando el tío saludó a los visitantes y me presentó como una practicante que estaba allí para ayudar a su madre, me iluminé al hecho de que necesitaba estar en armonía con la gente común, así que les sonreí y les dije: "Lo siento. Vamos a necesitar un poco más de tiempo".

La hija y su marido aprobaron amablemente y se fueron, prometiendo volver al día siguiente.

Después de estudiar el Fa durante dos horas, nos detuvimos para hablar. Le dije a la practicante anciana: "Un discípulo de Dafa tiene que tener un comportamiento propio de un discípulo de Dafa. No importa cuán mal se siente, tiene que elevar su espíritu. Además, tiene que respetar a Shifu y a Dafa y confiar en Shifu y Dafa. Detrás de cada palabra en el texto de Dafa hay Budas, Daos y Dioses. Cuando estudiamos el Fa, necesitamos estar sentados adecuadamente en una postura correcta. Es una manifestación de respeto hacia Shifu y Dafa. Los Budas, Daos y Dioses detrás de las palabras nos ayudarán a superar nuestro yeli, y eso es negar los arreglos de las viejas fuerzas".

Cuando eran casi las 10 de la noche, le sugerí que enviemos juntas pensamientos rectos una vez más, antes de despedirme.

Sin embargo, la practicante anciana dijo: "No es necesario. Ve a tu casa y  enviaré pensamientos rectos yo sola. Puedo hacerlo".

Al día siguiente, cuando llegué a casa del trabajo, mi pariente me informó que la practicante anciana estaba bien. Todo había vuelto a la normalidad y su marido realmente llamó a su hija para avisarle que ya no había necesidad de visitar a su madre porque se sentía muy bien.

A través de esta experiencia de ayudar a una compañera practicante a superar su yeli de enfermedad, tengo un entendimiento mucho mejor de lo que significa respetar a Shifu y a Dafa, así como una apreciación más profunda de cómo las cosas se resolverán cuando confiamos en Shifu y en Dafa. Esta experiencia también me permite atestiguar una vez más la magnífica maravilla de Falun Dafa.