[Minghui Net] El practicante A era un hombre de mediana edad que empezó a practicar Falun Dafa en los primeros días de la introducción del Fa. Su creencia en Shifu y Dafa eran inquebrantables. Él nació en una zona rural de China. A través de un duro trabajo, se graduó de la universidad y se convirtió en un profesor de escuela secundaria. Pronto después de que la persecución a Falun Dafa comenzara en 1999  rechazó ser “transformado” y fue sentenciado ilegalmente a tres años de trabajo forzado. En 2004, fue arrestado de nuevo por decirle a la gente de la magnificencia de Dafa y la brutal persecución. Sin ningún proceso legal, fue sentenciado a 10 años de prisión. Estando en prisión mantuvo su devoción y nunca abandonó su creencia en Dafa. Fue torturado severamente y estuvo al borde de la muerte en muchas ocasiones. En 2007, cuando se encontraba en estado crítico, los guardias lo enviaron a casa para no hacerse responsables de su muerte. Poco menos de un mes más tarde, el practicante A falleció. 

B, la esposa del practicante A tenía la misma fuerte convicción que su marido. Fue ilegalmente arrestada en 2004 y sentenciada a 10 años de prisión. En el momento en que el practicante A falleció, B no había visto a su marido en muchos años. Los guardias no le dijeron que su marido había muerto, ni tampoco le permitieron verlo antes de morir.

Mientras la pareja estaba en prisión, su hijo, que acababa de empezar la escuela secundaria, y la madre del practicante A, que tenía más de 70 años y frecuentemente se enfermaba, fueron abandonados a su suerte. Para ambos, fue una lucha por la supervivencia.

El hijo de A y B era buen estudiante y demostraba buen carácter. Es difícil para cualquiera imaginar el trauma que sufrió cuando sus dos padres fueron encarcelados ilegalmente. Para consolarlo, a menudo lo visitaba. Una vez, me dijo con lágrimas: “Tía [‘Tía’ es un término respetuoso usado en China], después de que se llevaran a mi mamá, mi cerebro se puso en blanco. Ni siquiera podía escuchar las palabras de los maestros en clase…”. Hice mi mejor esfuerzo para contener mis lágrimas y dije: “Querido niño, tienes que ser fuerte. Necesitas estudiar mucho, y tu mamá finalmente volverá. Yo vendré a visitarte cada semana, así puedes tomar un descanso. Si necesitas dinero, solo dime. Los compañeros practicantes, tíos, tías, y yo te ayudaremos. Somos tu familia, todos nos preocupamos por ti. Debes vivir y estudiar bien. Recuerda, hijo, que tu mamá y tu papá son las mejores y más notables personas en este mundo”.

Después de eso, me tomé el tiempo para visitarlo todas las semanas. Lo sacaba afuera y comía con él, y hablábamos. Intentaba animarlo y también le daba un poco de dinero para que no se sintiera tan solo y con dolor. Esto continuó por tres años, hasta que entró en la universidad. Durante los años que estuvo en la universidad, los compañeros practicantes y yo recaudamos dinero para él. Sus familiares también ayudaron un poco. 

Al mismo tiempo en que estaba cuidando del hijo de la practicante B, también visitaba a su madre a menudo. La abuela vivió por sí sola durante muchos años. Tenía alta presión en sangre y diabetes en estado terminal. Muchos de sus dedos se infectaron, y su médico sugirió que sean amputados. Sus pies le dolían tanto que no podía bajar las escaleras. Todas las necesidades del día eran compradas por vecinos amables. Para hacer que se sintiera mejor, también la llamaba  “Jiajia” (un apodo para abuelas maternas usado en esta región).  Me dije que cuidaría a esta anciana como a una hija. Cada vez que la visitaba, le llevaba verduras, fideos, panes y otros alimentos. Durante el primer año en que la practicante B estuvo en prisión, otros compañeros practicantes también la visitaban a menudo. Pero la anciana se dejó engañar por las mentiras malignas del partido comunista chino (PCCh). Extrañaba a su hija y se preocupaba por ella. No entendía a los Dafa Dizi. Cuando veía a compañeros practicantes, los reprendía a ellos y al practicante A, diciendo que A le enseñó a su hija a practicar Dafa, lo que la llevó a estar en prisión. Incluso decía cosas malas sobre Dafa y Shifu, rechazando escuchar cualquier explicación. Como resultado, varios practicantes no se atrevieron a visitarla más. 

Sin embargo, seguí visitándola. En cada visita esperaba a que terminara de regañar. Luego trataba de consolarla. Le dije: “Entiendo que esté triste por perder a su familia, pero esperamos que se ocupe de su salud y no esté tan triste o preocupada. Su hija volverá. Antes de que lo haga, usted necesita cuidar de su nieto, así hay alguien aquí cuando él regrese de la escuela”. 

Las cosas siguieron así durante dos años. Fui a visitarla un día, y finalmente me dijo: “Ustedes son tan amables de venir y visitarme, pero me siento triste y solo quiero regañarte. Después de marcharte, siempre escupo sangre al toser”. Entonces aproveché la oportunidad para decirle la verdad sobre Falun Dafa. Le dije directamente,: “Falun Dafa es Fo Fa, y Shifu está aquí para salvar a la gente. Su hija y su yerno son personas notables. Usted no puede seguir hablando mal de ellos; le traerá ye. Si deja de regañar, no toserá sangre”. Parecía haber aceptado lo que le dije. 

Cuando fui a visitarla otra vez dejó de regañarme, y en lugar de eso empezó a hablar conmigo. Sin embargo, cuando venía a su mente su hija, se ponía realmente triste. “Tengo casi 80 años. Ella estará en prisión por 10 años. Solo han pasado 2 años. Mi salud no es buena. Puede que no esté aquí cuando  regrese a casa. Tengo tanto que decirle. ¿Qué voy a hacer?”.  Le aseguré: “Por favor, no piense de esa manera. Su hija estará en casa antes de esa fecha. Pero usted necesita cuidar de su salud. Por favor créame, cuando esté pensando en su hija, sólo recite ‘Falun Dafa es bueno’, ‘Verdad-Benevolencia-Tolerancia” es bueno’ y ‘Shifu Li, por favor ayude a mi hija a volver a casa pronto’ ”. La anciana preguntó con escepticismo: “¿Realmente funciona?”. Le contesté: “Siempre que lo recite sinceramente, tendrá un buen efecto”. 

Cuando la visité una vez más, me dijo con deleite: “He estado recitando las frases que me enseñó todos los días. Shifu Li realmente está cuidando de mí. Ya no toso sangre y mis dedos ahora están bien. Me siento mucho mejor”. Yo estaba realmente feliz de escuchar que eso y agradecí a Shifu por su compasión. Desde entonces, la abuela me trata como un miembro de la familia y me cuenta todo. Cuando iba a visitarla charlaba felizmente conmigo por horas. También me dijo: “Los practicantes de Falun Dafa son todos buenas personas. Cuando mi hija vuelva a casa, puede practicarlo en casa y como ella prefiera”.

En 2011, la practicante B mostraba síntomas graves de enfermedad en prisión, como resultado de la persecución que sufrió allí. Las autoridades permitieron que fuera liberada por razones médicas. La anciana, que ya estaba en sus ochenta años, finalmente vio a su hija de nuevo. 

Muchos practicantes locales fueron a visitar a la practicante B entonces, pero la anciana todavía tenía mucho miedo y se negó a dejarlos entrar a su casa. Otros practicantes me dijeron: “Sólo tú puedes visitar a la practicante B. Debes ayudarla a retomar el estudio del Fa y los ejercicios para que se recupere físicamente y se una a nosotros ayudando a Shifu en la rectificación del Fa”.

Para evitar ser monitoreados, no dejaba de enviar pensamientos rectos para eliminar cualquier maldad que intentara continuar persiguiendo y aislando a la practicante B. Al mismo tiempo, me mantenía eliminando mis propios miedos. Fui a la casa de B. Cuando la anciana vio que era yo, rápidamente abrió la puerta y dijo felizmente: “Finalmente llegaste. Sólo confío en ti” Y finalmente vi a B que había sido severamente perseguida por más de 7 años. A través de mis conversaciones con B, llegué a conocer algo sobre la persecución que sufrió en la cárcel. Me conmovió tanto que ella todavía creyera firmemente en Dafa y en Shifu. Debido a que no había leído ninguna de las enseñanzas de Shifu en varios años, no sabía cómo seguir el ritmo de la rectificación del Fa. ¡Qué notable practicante que era! Cuando me iba a casa, le dije a la anciana: “Jiajia, puedes estar segura que protegeremos a tu hija para que no sea lastimada nuevamente. Si no quieres que otros amigos la visiten, les diré que no vengan. Mientras que tú y tu hija estén bien, nosotros somos felices. No queremos que estés afligida”. Su madre estaba muy feliz de escuchar eso. 

Entonces rápidamente compré un reproductor MP5 para la practicante B. Descargué las lecciones y artículos, la música de los ejercicios de Falun Dafa, y libros electrónicos como los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista, etc. Pocos días después, ella era capaz de dejar su casa para comprar las necesidades del día, y podía también cuidar de su madre.

Una cosa que vale la pena mencionar: después que B llegó a casa, finalmente se enteró que su marido había fallecido hacía cuatro años. Uno solo puede imaginar su dolor. Después de un período de lucha con su dolorosa pérdida siguió estudiando el Fa y adaptándose. Logró atravesarlo y gradualmente alcanzó el progreso de la rectificación del Fa en poco más de un año.

Todo esto parece mostrar que lo hice muy bien. En verdad no es así. Por ejemplo, cuando el practicante A volvió a casa después de ser arrestado, no lo visité porque él estaba siendo monitoreado de cerca y también porque tenía miedo. No le ayudé a superar la grave tribulación. Así que un mes después de llegar a casa, falleció. Su muerte me impactó y me despertó. Ya no temía al monitoreo de la policía, y otros practicantes y yo trabajamos juntos para organizar su funeral.

De ahora en adelante, escucharé a Shifu y atesoraré la sagrada relación predestinada con los compañeros practicantes. Trataré las tribulaciones de los compañeros practicantes como propias, para que esos practicantes y sus familias puedan vivir un poco mejor. A menudo pienso que cada practicante en China conoce a un practicante que ha sido encarcelado o se encuentra actualmente en prisión; sus familias están siendo perseguidas también. Si pudiéramos ayudar persistentemente a las familias de los practicantes con compasión; hacerles saber la verdad sobre Falun Dafa, y estar del lado de los compañeros practicantes, entonces no sólo salvamos a las familias de los practicantes, también establecemos un ambiente más relajado de cultivación cuando los practicantes vuelven a sus hogares. Esto ayuda a evitar que después de volver a casa se encuentren con tribulaciones causadas por familires que no conocen la verdad.