[Minghui Net] Me he cultivado en Falun Dafa por 17 años. Cada pequeña elevación a un nuevo reino ha sido como resultado de cultivarme en Dafa. Shifu Li me ha protegido y dado ánimos en cada tribulación que experimenté. Shifu me ha cuidado para que me vuelva un practicante diligente, permitiendo que yo, una persona que solía ir detrás de la fama y el beneficio y estaba inmersa en qing, se convirtiera en una persona altruista. Shifu y Dafa me han dado tanto. Quisiera compartir mi experiencia al ser testigo de los milagros y maravillas de Dafa.

Recuperación de “reumatismo en las piernas”

A los 16 años desarrolle artritis. Mis piernas crujían al caminar. En el campo en esa época la medicina era escasa. Yo utilizaba las prescripciones locales, de leve efecto, entonces tenía que soportar el dolor.

La artritis se volvió más grave con el tiempo. Fui al hospital de la ciudad y les dije que tenía reumatismo. No tenía suficiente dinero para quedarme en el hospital así que regresé a casa con algunas hierbas medicinales y ungüentos. Antes de practicar Falun Gong, mis hombros, codos y caderas me dolían y estaban hinchados. Mis rodillas y nudillos de los dedos eran grandes y deformes. Mis pies estaban siempre fríos. Tenía que usar frazadas extra en mis piernas y pies durante la noche, no podía soportar el frío.

Tuve la suerte de toparme con Falun Dafa y comencé a practicar en enero de 1996. Sabía que Dafa era lo que había estado buscando, así que era muy diligente en mi cultivación. Podía soportar dificultades fácilmente desde niño. Hice la meditación sentada con las piernas cruzadas durante 18 minutos la primera vez y media hora la segunda. La tercera vez logré sentarme por 40 minutos.

Luego de esto, me impuse una regla, que cada vez que me sentara en la posición de loto permanecería más tiempo que la vez anterior. Sin embargo el dolor era constante en la meditación sentada y no podía entrar en tranquilidad. Pensé en una forma. Cuando leía el libro me sentaba con las piernas cruzadas. A veces me dolían muchísimo los huesos de las rodillas y emanaban aire frio. Dolían tanto que me caían gotas de sudor por la cara y me empapaban el pelo y la ropa. Pero me rehusé a bajar las piernas. En mi corazón pensaba que soportar la dificultad era algo bueno, y esto me ayudó a hacer la meditación y entrar en tranquilidad. No tenía ni un pensamiento en querer curar mi reumatismo.

Un día, cuando logré sentarme por casi una hora y media, sentí calor en mis rodillas. Se pusieron más y más calentitas hasta que parecían una estufa. Ya no dolían y me sentía muy cómodo. Tuve esta misma experiencia varios días ¡y me recuperé del reumatismo que me torturó durante 26 años! Fue realmente increíble.

Seguí sentándome con las piernas cruzadas cada vez que estudiaba el Fa. En 1998 vi el video de Shifu con el resto. Cada noche lo veíamos durante 5 horas, y me sentaba con las piernas cruzadas todo el tiempo. Cuando terminaban las lecciones, me paraba inmediatamente. Desde entonces mis piernas se sienten como si estuvieran flotando en el aire. Al distribuir materiales de aclaración de la verdad, a menudo subía las escaleras de a dos escalones y caminaba muy rápido. En el noreste de China, con frecuencia la temperatura es de menos 10 o 20 grados en invierno, pero uso pantalones de lana finitos en lugar de los gruesos de algodón. Después de practicar Dafa, mis dos piernas y mi cuerpo se sienten calentitos.

 Los principios de Dafa me ayudaron a comprender que Dafa está “Guiando genuinamente a la gente hacia niveles altos” (Zhuan Falun), que eliminar las enfermedades es solo un proceso de purificar el cuerpo, y que el mecanismo de Dafa se trata realmente de que “el Fa cultiva al practicante”. Pude soportar dificultades al comienzo de mi práctica. Solo pensaba en la cultivación, y no en curar enfermedades. Me comportaba de acuerdo a los principios de Dafa en este sentido, es por esto que ocurrían milagros.

Eliminando el miedo

En el verano de 1997, mi trabajo me exigió ir a una ciudad a dar clases. Me quedé solo en una gran habitación en el último piso de un establecimiento educativo. Terminé los cinco ejercicios alrededor de las 22:30 h y me sentí muy relajado. Abrí la ventana del balcón y me asomé. Observé la zona circundante, era húmeda y boscosa, y me sentí bien. De repente pasó una ráfaga de viento y sentí frío en la espalda. Instantáneamente sentí que mi cabeza estaba hinchada y que los poros se abrieron. Cerré la ventana inmediatamente y me aseguré; no supe porqué pero sentí un miedo mortal.

Crecí en un pueblo y era corajudo entre mis pares; nunca había padecido un miedo tal. No pude dormir esa noche. Al día siguiente tenía que dar clases todo el día. Tampoco pude dormir la segunda noche. Estaba exhausto pero no me atrevía a dormir. Cada vez que cerraba los ojos la escena aparecía y me asustaba nuevamente. Al tercer día hice un esfuerzo por terminar la clase en la mañana y me tomé un autobús de regreso a casa en la tarde. Ya estaba oscuro cuando llegué. 

Mi esposa (practicante) me preguntó por qué había vuelto a casa tan pronto, y se dio cuenta de que estaba muy débil. Me recosté en la cama y tomé su mano fuertemente. Le supliqué que no me suelte la mano ni apague la luz. Mi esposa estaba ansiosa por saber qué ocurría, y me preguntaba una y otra vez. Le conté el suceso. De repente ella gritó, me quitó la mano y salió del cuarto corriendo. Le grité: “¿Por qué te alejaste de mi?”. No me respondió. Estaba indefenso y todavía sentía mucho miedo. Mi cabeza de repente se infló y se me paró el cabello, estaba sudando.

De repente me vino un pensamiento: “¿es esto la muerte?”, mi mente estaba clara y me pregunté: “¿Moriré? ¡No! ¿Por qué? Los practicantes genuinos tienen la protección de los Fashen de Shifu. ¿Eres un practicante genuino? ¡Si, lo soy! Si soy un practicante genuino, ¿a qué le tengo miedo? Así que no debería temerle a nada”. Instantáneamente mis pensamientos rectos emergieron y me sentí sólido en mi corazón, sin miedos.

Mi esposa regresó cautelosamente y me dijo que cuando me escuchaba vio a una enorme entidad negra y horrible, parada a mi lado. Nunca había visto algo así, y le dio mucho miedo, por eso salió corriendo. Le dije que sea lo que sea, ya no tengo miedo. ¿A que debería temerle si tenemos a Shifu y al Fa con nosotros? Me recosté, y mi esposa también. Apagué la luz y me fui a dormir. Desde el momento en que tuve esa claridad en que no hay nada en que temer, no he pasado por otra prueba de miedo.

Caminando a través de otras dimensiones

En la primavera de 2002, fui con otros dos practicantes a Xi´an y nos alojamos en un hotel. A las 19:30 h un practicante y yo salimos a aclarar la verdad, y el otro practicante se quedó en el hotel enviando pensamientos rectos. Dijimos que regresaríamos antes de las 23:00. Decidimos caminar en la misma dirección y luego regresar por el mismo camino. Estábamos muy enfocados y cooperábamos bien. Teníamos hambre luego de concluir el trabajo entonces fuimos a un pequeño restaurant para comer fideos. Miré mi reloj, ya habían pasado tres horas, así que ya no había transporte público. Ninguno de los dos pensó en llamar a un taxi, así que decidimos regresar al hotel caminando, nos dijeron que nos llevaría 90 minutos llegar.

Al terminar la cena, aunque ya eran casi las 23:00, no nos quejamos, ni tampoco tuvimos ningún arrepentimiento. Debíamos apurarnos porque el hotel cerraba a las 23:30 h. Solo teníamos una identificación, y para evitar cualquier inconveniente debíamos caminar muy rápido.

A medida que nos apurábamos el otro practicante dijo: “Si tan solo tuviésemos la habilidad sobrenatural de pies divinos, ¡nadie podría atraparnos! ¡Llegaríamos instantáneamente!”. “Sí, ojalá tuviésemos eso”, dije. Luego dije en voz alta: “¡Ahora tengo el poder sobrenatural de pies celestiales!”. Mantuvimos el extremo superior de nuestro cuerpo recto a medida que avanzábamos rápidamente. Mientras hablábamos y reíamos, el otro practicante dijo: “¡Aquí estamos, hemos llegado!”. Respondí riéndome: “Ojalá hubiésemos llegado”. Pensaba que estaba bromeando, pero de hecho, realmente habíamos llegado a la entrada de nuestro hotel. Solo nos había llevado 10 minutos. ¡A la gente común le hubiese llevado una hora y media! Supe entonces que Shifu nos había ayudado.

El practicante que esperaba por nosotros en el hotel nos dijo: “Eran casi las 23:00 pero no podía verlos por ningún lado. Le pregunté al gerente si podían cerrar las puertas un poco más tarde para que ustedes puedan ingresar. Me dijo que no, porque las órdenes superiores eran muy estrictas últimamente. Así que le rogué a Shifu que los ayude regresar rápidamente sin inconvenientes. Vi una luz dorada y que Shifu los estaba trayendo a los dos con Falun”. Todos hicimos “Heshi” para Shifu y agradecimos a Shifu por su protección.

La “pequeña puerta de hierro”

A aquellos que no son cultivadores les resultará difícil aceptar este incidente de “la pequeña puerta de hierro”, pero a aquellos practicantes que han pasado por situaciones similares les resultara fácil creerlo. En el otoño de 2002 la persecución aún era salvaje. Salí a distribuir materiales informativos con otros practicantes, caminaba por un parque bordeando un río. Mis compañeros practicantes pasaban derecho ya que tenían mucha experiencia y sabían quiénes eran los policías de civil. Yo recién salía de prisión así que no tenía mucha experiencia. Vi algunos lugares muy apropiados para poner posters de Dafa y comencé a pegarlos. No estaba muy oscuro y aún se veían algunas personas a unos diez metros pero no se les veían las caras con claridad.

Estaba ocupado colocando posters cuando de repente escuché una voz que me gritó: “¡No se mueva!”. Miré alrededor y vi a un policía de civil en un triciclo siguiéndome desde el sur. Estaba a unos siete u ocho metros de distancia cuando se detuvo. Desde el este venía dirigiéndose hacia mí en triciclo otro policía de civil, a unos 16 metros. A unos 40 metros al oeste, vi a alguien parado, obviamente también era un policía. Al norte estaba el río. Estaba rodeado y debía tomar una decisión rápidamente.

Mantuve la calma y tomé una decisión; escaparme al sur, era mi mejor opción. Intentaba correr lo más lejos posible del oficial cerca de mí. Corrí unos 300 metros y dije con seriedad y solemnidad: “Escuchen, seres malvados de las viejas fuerzas, esta no es vuestra tierra para cometer maldades. No reconoceré ninguno de sus arreglos desviados. No iré nuevamente a prisión. Shifu, por favor fortaléceme. ¡Definitivamente atravesaré este mal!”.

Me escapé recitando los versos de la Rectificación del Fa. Un oficial de la policía me agarró del brazo, tratando de mantenerme por mi muñeca. Otro oficial estaba a tan solo 3 o 4 metros. Junté todas mis fuerzas y empujé al oficial que me agarraba el brazo. Se tropezó y casi golpeó al otro oficial que corría hacia mí. Aproveché esta oportunidad y corrí muy rápido. Corrieron detrás mío alocadamente gritando: “¡Deténgase, deténgase, o abriremos fuego!”. “No se atreverán a abrir fuego, y aunque lo hagan no me tocarán”, me dije internamente. Por el sonido de sus voces me di cuenta de que estaban a unos 20 metros de mí.

No tenía tiempo de mirar atrás, así que corrí a través de una selva hasta una zona residencial. De repente, un cerco de hierro de unos dos metros y medio de alto bloqueó mi camino. No pensé mucho y corrí hacia el cerco. Por suerte, había una pequeña puerta abierta justo frente a mí. La atravesé y corrí por la selva hacia un área residencial abierta. Intenté correr hacia el área residencial pero estaba tan agotado que mis piernas no dieron más, me caí y no podía levantarme. Tuve que permanecer recostado sin moverme en la selva. Vi a los dos oficiales de policía caminando de un lado a otro, incontables veces del otro lado del cerco de hierro, intentando encontrar la forma de atravesarla. Insultaron un largo rato y tuvieron que marcharse.

Envié pensamientos rectos durante un rato y luego me paré e ingresé al área residencial y llegué a casa. Tres días después fui con mis compañeros practicantes nuevamente al cerco de hierro pero no pude encontrar ninguna pequeña puerta. Le consultamos a muchos residentes y la gente de allí dijo que no existía tal puerta. Me di cuenta de que Shifu me había protegido y cuidado una vez más. Los oficiales habían estado caminando de un lado a otro intentando encontrar una puerta porque no me vieron trepar el cerco. No podían verme en ningún lado, y no pudieron descifrarlo. El dinero que recibirían por mí se había perdido (en esa época hubieran recibido 3000 yuanes por arrestar a un practicante de Dafa). Así que gritaron insultos y se fueron. Debido al fortalecimiento que me dio Shifu logré correr rápidamente y dejarlos atrás. Haberme caído en la selva fue la mejor manera de esconderme en ese momento. Me dio tiempo para recuperarme y también para comprender qué le había ocurrido a la policía. Si hubiese seguido caminando hacia el área residencial me hubiesen visto.  

No tuvimos miedo entonces no hubo peligro

En 2007 fui con otro practicante a la ciudad de Siping, en la provincia de Jilin, a completar un proyecto. Nos quedamos en un pequeño hotel en una escuela. Era el receso de invierno, y los estudiantes y maestros estaban de vacaciones. Solo había una persona de servicio en el hotel, y estaba casi vacío así que era económico y la habitación era bastante cálida.

Originalmente planeábamos quedarnos dos días, nos quedamos un día más porque no habíamos finalizado nuestro trabajo. Cerca de las 15:30 h del tercer día, cuando bajábamos las escaleras, un hombre corrió hacia arriba. Se detuvo al vernos y pregunto: “¿Hay habitaciones arriba?”. Me di cuenta al instante que no era amigable, lo ignoré y seguí bajando. El otro practicante le respondió: “Si, es económico. Nosotros estamos en el cuarto piso”. Lo miré y le susurré: “No tiene nada en sus manos y por su acento es alguien local. Corrió hacia arriba, parece como si no estuviese buscando habitaciones. Debemos tener cuidado”. El otro practicante se dio cuenta de que yo tenía razón.

Y así fue, el hombre regreso rápidamente y nos siguió dondequiera que fuésemos. Fuimos a un pequeño restaurant, y el vino y nos miraba por la ventana con su cara pegada al vidrio. El encargado del restaurant nos dijo: “Los están siguiendo”. Solo estábamos nosotros dos en el restaurant y le pregunté calmadamente: “¿Por qué dices eso?”. Él dijo: “Yo conozco a ese tipo, es un agente contratado por la policía y gana dinero informando acerca de personas. Pierde mucha virtud. Debería hacer algo honesto”. A medida que el encargado hablaba y hablaba, lo interrumpí y le dije con una sonrisa: “Muchas gracias. Nosotros somos buenas personas así que no nos toparemos con ningún peligro. Tómelo con calma”.

Revisé todo el proceso y no encontré ninguna omisión. Sabía que el mal en otras dimensiones sabía lo que habíamos hecho y tenía un miedo mortal. Las personas en esta dimensión no lo sabían. Solo eliminando los factores de control en otras dimensiones la persona aquí dejará de causar problemas. Así que me concentré plenamente en eliminar el mal en otras dimensiones. “Somos Dafa dizi en el periodo de la Rectificación del Fa. Estamos llevando a cabo la misión sagrada de salvar seres conscientes. No le permitimos al mal que nos persiga por más que tengamos omisiones, y en este asunto no tenemos omisiones”. Supe que era una lucha importante en otras dimensiones.

Media hora después dejamos el hotel, pero el señor todavía nos perseguía, y había dos personas con él. El tiempo era muy limitado y el mal aún existía en otras dimensiones. No teníamos tiempo para eliminar el mal en ese momento, así que le pedimos a Shifu que nos ayude. Dependíamos de nuestros pensamientos rectos para atravesar esto. Nos dijimos: “No tengamos el corazón temeroso que tienen los seres humanos. Shifu y el Fa están con nosotros. No tengamos miedo. Debemos negarlo y no reconocerlo”.

Oscureció y había cada vez menos personas en la ruta. Los agentes que nos seguían se acercaban más y la situación ya era de urgencia. Le dije al otro practicante: “Ve tú en un taxi primero. No se atreverán a hacerme nada a mí”. Yo estaba siendo racional y él me entendió. Las autoridades me buscaban, y yo estaba utilizando la identificación vieja de un pariente mío. Si lo descubrían ya no tendría escapatoria. Mi compañero practicante tenía su propia identificación. El mal no podría obtener nada y no se atrevería a revisar su bolso.

Mi mente estaba calma pero alerta. Observé alrededor y vi tres opciones. Una, podríamos tomar un taxi e irnos sin nuestras pertenencias. Estaríamos a salvo, pero perderíamos nuestra computadora y los materiales de Dafa. La segunda opción era la sugerencia de mi compañero practicante. El que se quedaba atrás tomaría el riesgo. La tercera era buscar nuestras pertenencias y marcharnos sin que el mal nos atrape. Esta era la opción más difícil y requería de nuestros fuertes pensamientos rectos. Yo elegí la tercera opción. Sentí que estábamos haciendo lo más recto y no podíamos permitir ningún tipo de persecución. Esto sería la manifestación del poder de Dafa. Este principio estaba enraizado en los niveles microscópicos de mi cuerpo. Yo estaba muy calmo. Le pedí a Shifu que nos fortaleciera y nos diera la sabiduría y poder. Y por supuesto, nos sentíamos muy sólidos internamente.

Nos apresuramos a la estación de buses y nos detuvimos adentro para ver la grilla de horarios. Los dos tipos que nos seguían ingresaron también. Le dije lo que pensaba al otro practicante, y luego fui a la boletería. Luego caminé en dirección a estos tipos y hablé en voz alta a propósito con mi compañero: “Cuando regresemos podremos dormir una siesta por media hora y luego ir al baño público para asearnos y regresar al hotel para un buen descanso. Tomaremos el autobús a las 7:30 mañana a la mañana para no retrasar nada”. “Ok, de acuerdo. Vamos”. Mi compañero practicante cooperó muy bien.

Cuando llegamos al hotel la situación era peor que lo esperado. Un móvil de la policía estaba estacionado abajo. Un policía de uniforme estaba parado no muy lejos fumando. Otro estaba esperando en la recepción. Supe que ese era el momento crítico y no permití que surgiera ningún corazón humano.

Shifu dijo:

 “Cuando abandones aún más tu ego, la sabiduría para validar el Fa automáticamente emergerá”. (Exponiendo el Fa en la conferencia de estudiantes de la región Asia-Pacífico)

Le dije al otro practicante: “Espérame a la entrada de las escaleras del tercer piso por dos minutos. Envía pensamientos rectos, yo también lo haré, concéntrate en eliminar el mal en otras dimensiones. Préstame atención para atravesar esto. Ten una fuerte fe en que lo lograremos”. Nos miramos mutuamente y cobramos confianza y fuerza del otro. Me apresuré al quinto piso y abrí la puerta, luego regresé a la recepción del cuarto piso despacio. Le dije a la recepcionista: “Discúlpeme, pero tenemos que retirarnos. El auto de mi amigo está abajo y nos pidieron que nos marchemos”. El oficial de policía me miró de arriba abajo y me sonrió contento. Pensaba que mi amigo era su colega que estaba abajo.

Envié pensamientos rectos en mi corazón para evitar que me cuestione. La recepcionista nos devolvió nuestro depósito de 40 yuanes y me dio el recibo. Yo le dije: “Necesito diez minutos para empacar y luego ya puedes ir a limpiar la habitación”. De hecho, dije esto para que el oficial lo escuche. Bajé al tercer piso despacio, y mi compañero practicante me estaba esperando. “Por favor sígueme”. Corrimos al extremo del edificio con nuestras pertenencias. El día que ingresamos al hotel me di cuenta de que nuestro edificio estaba conectado con la escuela de tres pisos. En términos generales, debería haber una puerta entre los dos edificios. Pero si estaba abierta o no, no lo sabíamos. Encontramos una puerta y no estaba cerrada. Pasamos rápido. ¡Gracias Shifu! Continuamos hasta el final y bajamos las escaleras.  

No había puerta en el primer piso, así que teníamos que regresar si queríamos atravesar la puerta. La escuela tenía como 200 metros de largo. Si regresábamos, teníamos que correr unos 100 metros más hasta llegar a los 200 metros. ¿Qué hacer? Miramos alrededor y nos dimos cuenta de que había un tapiz militar cubriendo un pasadizo. La corrimos y fuimos por el corredor. Llegamos a una sala de calderas y luego continuamos por un corredor serpenteante. Finalmente pasamos por otro hotel y salimos. El policía y los agentes no estaban a la vista.

Si eran vacaciones del colegio, las puertas que recién habíamos atravesado deberían haber estado cerradas. Eran vacaciones de invierno, entonces, ¿por qué no estaban cerradas las puertas? Solo teníamos el pensamiento de negar la persecución. Shifu entonces nos protegió con compasión.

Aclarando la verdad y resolviendo benevolentemente los lazos negativos del yeli

En años recientes muchos practicantes de distintas regiones murieron debido al yeli de enfermedad. En nuestra zona, algunos practicantes murieron por distintas razones. Algunos practicantes tenían muchos apegos y no pudieron atravesar sus pruebas por largos periodos de tiempo; algunos no negaron los arreglos específicamente planeados por las viejas fuerzas, o no lo hicieron completamente; algunos tenían brechas en su xinxing y no lo rectificaron a tiempo desde la perspectiva del Fa; y algunos no creyeron en el Fa o en Shifu y mantenían apegos fundamentales. Las viejas fuerzas tomaron ventaja del hecho de que algunos practicantes habían matado a  muchas vidas en sus reencarnaciones y requerían que paguen sus deudas ahora. Debido a que los practicantes no lo reconocían, no pudieron lidiar correctamente con ello. Algunos practicantes consideraban a aquellos seres como deidades entrometidas, demonios podridos, manos negras, y espectros malignos, e intentaron eliminarlas, y estos practicantes obtuvieron el resultado opuesto.

De hecho todos los practicantes enfrentan el asunto de “resolución benevolente de los lazos del yeli”. Los Dafa dizi pueden haber dañado a incontables seres (incluidos seres humanos, animales, plantas, y otros materiales) a lo largo de sus reencarnaciones vida tras vida en el laberinto de la historia, a medida que creaban una cultura en donde la humanidad hoy pueda comprender el Fa. Algunos de los seres mencionados fueron arreglados por las viejas fuerzas para participar en la persecución de los practicantes de Dafa.

Por ejemplo, en el periodo de la Rectificación del Fa, ellos quieren que los practicantes de Dafa que mataron vidas en encarnaciones previas repaguen sus deudas, lo que lleva a que estos practicantes tengan yeli de enfermedad. Las viejas fuerzas de hecho han utilizado esta forma para cometer crímenes en contra de Dafa. Pero estos seres son distintos a los demonios podridos, espectros malignos, y deidades entrometidas. Desde la perspectiva del Fa, tenemos que utilizar una solución benevolente. Tenemos que salvarlos cuando tengamos un estado de fruto y bendecirlos. Hemos formado un grupo para ayudar a esos practicantes con yeli de enfermedad y hemos logrado resultados increíbles.

Un practicante tenía el síntoma de diabetes. Perdió su vista hace tres años. No podía verle la cara a las personas, solo sombras con luz fuerte. Luego de compartir con él durante unas cinco horas, podía leer los seis caracteres que habíamos puesto en la pantalla de su celular. Cuando nos fuimos, nos acompañó por la escalera él mismo. Cuando sus vecinos lo vieron dijeron con sorpresa: “¡Ahora puede ver!”.

Una practicante había estado postrada en cama por 40 días y estaba tan débil que no podía darse la vuelta sola. Compartimos con ella durante dos horas acerca de resolver las cosas benevolentemente. Luego salió de la cama y caminó por sí misma. Ha estado bien desde entonces.

Una practicante tuvo cinco abortos antes de convertirse en practicante. Sentía como si estuviese cargando una roca en su espalda. Compartimos con ella acerca del hecho de resolver las cosas benevolentemente y ya no sufrió más ese peso.

Una practicante tuvo dormida la mitad de su cuerpo, sus manos y sus pies, por varios días. Tenía el tercer ojo abierto, y vio a esos seres que venían a cobrar sus deudas, pero no podía rechazarlos. La ayudamos y se recuperó en 20 minutos.

Muchos practicantes se nos acercaron con la cara pálida pero brillaban al irse. Algunos tenían las caras hinchadas, las piernas, o todo el cuerpo. Cuando entendieron el asunto de “resolver benevolentemente”, vimos que la hinchazón bajaba poco a poco. Algunos estaban tan emocionados que gritaban: “¡Me recuperé! ¡Estoy completamente bien ahora!”.

Compartimos acerca de cinco temas con los practicantes:

  1. Mírate internamente para descubrir por qué las viejas fuerzas pueden perseguirte. ¿Dónde están tus omisiones? ¿Cuáles son? ¿Cómo las interpretas?
  2. Estudia el Fa respecto de negar las viejas fuerzas y “soluciones benevolentes”.
  3. Disuelve los arreglos desviados de las viejas fuerzas.
  4. Rectifica cada uno de tus pensamientos desde el Fa.
  5. Aclara la verdad a los seres para resolver benevolentemente todos los lazos del yeli.

Cuando aclaramos la verdad a los seres, debemos hacerlo como lo hacemos con la gente común. Tenemos que encontrar sus “nudos” y permitir que se den cuenta a partir de los principios del Fa y de ejemplos reales que las viejas fuerzas son las más malvadas y que están intentando destruir a los seres conscientes, y que Shifu está salvando a cada ser que puede ser salvado con una ilimitada compasión.

Les dejamos saber que las viejas fuerzas arreglaron los lazos de yeli en la historia para probar destructivamente a los Dafa dizi a costa de destruirlos, y que los Dafa dizi ya han pasado la etapa de auto-cultivación y están ahora salvando a los seres conscientes con todas sus posibilidades. Si aún les exigen que paguen por sus deudas y se atengan a los principios del viejo cosmos, los seres están dañando al Fa recto y persiguiendo a los Dafa dizi. 

Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2013/2/1/137314.html