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Una noche del pasado mes de mayo Liu Chongsheng (sobrenombre), de la provincia de Yunnan experimentó de repente un dolor insoportable en la zona lumbar. Al día siguiente volvió a su casa en la provincia de Hunnan. Con la ayuda de su mujer e hijo, fue al hospital popular del condado de Li, y le diagnosticaron uremia. Tenía hipertensión (200/100 mmHg), hinchazón, disfunción renal, y dificultad para orinar. Le dijeron que necesitaba diálisis.

Liu no podía permitirse la diálisis. Su esposa era practicante de Falun Gong y debido a la persecución a Falun Gong en China, tenían problemas económicos. Ambos tenían trabajos temporales y no disponían ahorros. La mujer de Liu estaba en la oficina del médico considerando qué podía hacer, cuando Liu luchó para salir de la cama y caminó hacia la oficina del médico temblando. Le dijo a su mujer: “Vamos a casa, puedes enseñarme cómo practicar Falun Gong”. El médico y la enfermera le dijeron a su mujer: “Está muerto si no se trata. Debes pensar en ello”. Liu se sacó la aguja de su brazo y estaba determinado a irse: “Vamos. Pongo mi vida en manos del Sr. Li Hongzhi”.

Después de llegar a casa, la esposa le puso las conferencias del Sr. Li Hongzhi en Guangzhou. Se quedó dormido escuchándolas. Al día siguiente su esposa le enseñó los ejercicios. El primer día, tenía que estar recostado en la cama. Al día siguiente podía levantarse solo y al tercer día ya no le dolía el pecho y podía comer con normalidad. Al décimo día, podía orinar con normalidad.

En menos de un mes, su peso ascensión de 71 Kg a 90 Kg. Cada noche se iba a pasear a un parque cerca de su casa. Sus amigos y parientes que le vieron se sorprendieron y le preguntaron qué médico obró ese milagro. Liu les dijo: “El Sr. Li Hongzhi curó mi enfermedad. Falun Gong es verdaderamente milagroso, estoy convencido”.

Desde entonces, le contaba a todo el mundo que conocía su experiencia con Falun Dafa. Ayudaba a su esposa a distribuir folletos de Falun Dafa. Le explicaba a la gente cuan maravillosa y magnífica era la enseñanza.

Pasó un mes y volvió al hospital para hacerse una revisión. La presión sanguínea era de 140/80 mmHg y su riñones estaban normales. El médico y la enfermera no lo podían creer. No podían creer que la uremia se hubiera curado sin tratamiento y dijo: “¡Falun Dafa es realmente maravilloso!”.