[Minghui Net] La siguiente historia milagrosa me sucedió un mes después de empezar a practicar Falun Dafa.

En diciembre de 2007 me diagnosticaron cálculos biliares y me programaron una operación para quitármelos. Sin embargo, la cirugía la pospusieron un mes porque en ese momento la sala de operaciones estaba en proceso de remodelación. Aproveché esta oportunidad para obtener una segunda opinión de otro hospital, pero los doctores también me dieron el mismo diagnóstico.  

Finalmente la cirugía me la programaron para el 16 de abril de 2008 a las 9.20 h. Lo que sucedió ese día provocó un gran revuelo en el hospital.

Cuando llegué me hicieron una ecografía rutinaria. Diez minutos después, escuché que dos técnicas hablaban entre ellas nerviosamente. “¡Qué raro! ¡Qué raro!”, comentaron después de mirar los resultados de la prueba y mi historial médico.

Poco después, llamaron a otro técnico para que viera los resultados. Después de revisar dos veces mi nombre, los tres técnicos me pidieron que me moviera mientras me hacían de nuevo un TAC de la vesícula biliar.

Uno de mis familiares que me había acompañado ese día les dio el informe de los análisis del segundo hospital. Pude ver que los resultados de ese informe, los cuales confirmaban que tenía cálculos biliares, hicieron que los técnicos se quedaran aún más perplejos.

Finalmente me pidieron que me pusiera delante de la máquina de ultrasonido en una posición muy poco usual. Cuando miré hacia arriba, me di cuenta de que la sala estaba llena de gente mirándome.

Después de un rato, una de las técnicas espetó: “¡Es maravilloso! ¡Nunca he visto algo como esto en mi vida!”. Rápidamente le pregunté: “¿Qué sucede?”. Me contestó: “¡Eres tan afortunado! Por alguna razón ya no necesitas la operación: Tus cálculos han desaparecido, ¡se han desvanecido completamente!”.

Todos en la sala se quedaron estupefactos. Alguien detrás preguntó: “¿Es verdad?”. De repente, las dos técnicas parecieron darse cuenta de que en la sala había demasiada gente, así que pidieron que abandonaran la habitación.

A las 10.43 h, salí de la sala, ¡con una sonrisa de oreja a oreja! De camino a casa, recordé lo que Shifu dijo en Zhuan Falun sobre la necesidad de purificar los cuerpos para los verdaderos cultivadores. Luego me percaté que ¡fue Shifu quien me había quitado los cálculos! Empecé a llorar y no pude parar hasta llegar a casa.

¡Gracias Shifu por tu compasión! ¡Gracias Shifu por salvarme!