[Minghui Net] Soy un practicante occidental que comenzó la cultivación en Falun Dafa en un momento en el que estaba muy perdido en la vida. Uno de mis principales apegos parecía ser sobre un sentido en general de miedo y desesperanza, que cargaba conmigo desde la niñez. Esto se relacionaba directamente a un incidente de abuso a manos de mi abuelo. Mientras crecí, solía re experimentar victimización en mis tareas de la escuela, con familia y amigos, y finalmente en el área del empleo. Esto podía tomar la forma de caer en situaciones en las que sentía que alguien se aprovechaba de mí, o que culpaba a alguien por algo de lo que no me quería hacer responsable. Yo saltaba de amigo en amigo y de trabajo en trabajo, pero no tenía idea de cuán desordenada se había vuelto mi vida. 

Esto comenzó a cambiar lentamente luego de que comenzara a practicar Falun Gong. Había intentado otras actividades espirituales como el yoga y la meditación, pero esta práctica era diferente de alguna manera. Disfrutaba los movimientos de los ejercicios y parecían fáciles en la superficie, pero para ser honesto no sé lo que me mantenía regresando consistentemente a la práctica. Poseía miedos y ansiedad muy arraigados de los cuales ni siquiera estaba consciente en aquel momento. Pero en cierto sentido, estaba cumpliendo con un voto predestinado que había hecho hace muchas vidas.

Con el pasar del tiempo, comencé a recuperar mi optimismo y decidí unirme al grupo local de estudio del Fa luego de practicar los ejercicios. Los principios de Zhuan Falun eran interesantes, y me interesaba mucho escuchar sobre trascender el reino humano. Mirando atrás, puedo ver lo inmadura y egoísta que había sido mi actitud hacia la vida. Cuando uno ha adquirido una mentalidad de víctima, sus pensamientos suelen mantenerse en tenerse lástima: “El mundo me debe algo. No sé lo que es exactamente, pero más vale que sea bueno”. En esencia, esto equivalía a tener un resentimiento. Poco sabía que las enseñanzas de Dafa y de Shifu Li me estaban ofreciendo el universo. Entonces la pregunta se volvió la siguiente: ¿Era lo suficientemente sabio para reconocerlo?

Una etapa de progreso llegó cuando una mujer de nuestro grupo me preguntó si estaría interesado en ayudar a editar artículos relacionados con la persecución en China. Estuve de acuerdo y de repente me encontré siendo parte de un equipo que ayudaba a clarificar los hechos al mundo sobre la brutal persecución en contra de Falun Dafa llevada a cabo por el partido comunista chino (PCCh). Tomó mucho esfuerzo al comienzo, pero me encontré sintiendo un profundo bienestar siempre que completaba un artículo. También estaba obteniendo la oportunidad de aprender sobre las experiencias de practicantes viviendo en China, que además habían soportado una de las situaciones más difíciles que alguien pudiera imaginar.

Mientras completaba más y más de estos artículos, comencé a aprender el verdadero espíritu del refrán que dice más o menos así: “Da libremente de ti, y lo que recibas a cambio se multiplicará”. Así que me estaba cultivando en un ser más altruista. También me di cuenta que las dificultades que los practicantes aguantaban tenían un propósito detrás, el cual es elevar su carácter moral o xinxing. A nivel personal, continuaba experimentando lo que eran pérdidas y golpes a mi ego. Pero esto ya no era lo mismo que ser una víctima en la vida.

Shifu Li dijo en Zhuan Falun (Lección Novena, Quien refina gong es quien obtiene gong):

“Piensen todos un poco, ¿eres o no eres tú quien está sufriendo clara y conscientemente? ¿Es o no es tu espíritu primordial principal quien se está sacrificando? ¿Eres o no eres tú quien pierde las cosas clara y conscientemente entre la gente común? Entonces, este gong debes obtenerlo tú, porque quien pierde es quien obtiene “.

Como practicante necesitaba acostumbrarme a enfatizar el estar consciente. Primero que nada hacía un esfuerzo por asimilar mis pensamientos y acciones a los principios de Verdad-Compasión-Tolerancia. Entendí que si podía examinar mi actitud y aceptar responsabilidad al encontrar una situación difícil, surgiría la oportunidad de ver las cosas desde una perspectiva nueva.

Una de las oportunidades que suele tener un practicante de Dafa es la de introducir los ejercicios a la gente nueva que va pasando por el sitio de práctica. De alguna forma sentí  la necesidad de comenzar a hablar con personas que parecían interesadas, gente que nunca habría tenido la oportunidad de conocer de otro modo. Mis primeras palabras para saludarles al principio salían de manera extraña, pero pronto ganaba la confianza en mí de saludar casualmente a alguien con: “¿Cómo estás? ¿Te gustaría probar esta práctica de meditación gratis?”. Es difícil describir la alegría que sentía al decirle alguien sobre una práctica que podía cambiar profundamente su vida. Luego decidí que era momento de hacerlo yo mismo. Así que me acerqué a un estudio de yoga en mi vecindario, y accedieron a dejarme usar su espacio para dar sesiones semanales de introducción a los ejercicios de Dafa para principiantes. Antes de practicar Falun Dafa, mi miedo y ansiedad nunca me hubieran permitido hacer tal cosa.

Vivo en un área muy urbana y comencé a darme cuenta que había varios lugares cercanos que serían geniales para distribuir copias del periódico La Gran Época. Manejé mi bicicleta por largo tiempo y parecía natural comenzar mi propia ruta para repartir el periódico. Nuevamente no sabía cómo dar este próximo paso, pero sabía que si mantenía el pensamiento recto de que estaba haciendo algo bueno, se presentarían las oportunidades necesarias.

Comencé en la librería local y caminé hacia el bibliotecario de referencia sin vacilar. Le expliqué casualmente que quería dejar un periódico semanal gratis llamado La Gran Época, que contenía noticias sobre China y el mundo, así como artículos en profundidad sobre las artes, ciencia y viajes. Me dieron permiso y mi ruta creció desde allí. Al principio, notaba que muchos de estos lugares solían tener mesas de información que estaban muy llenas de otras publicaciones. Pero mientras continuaba con mi compromiso, algo curioso sucedió: las mesas gradualmente se volvieron más y más ordenadas, como si estuvieran haciendo espacio para acomodar a este valioso periódico.

Ahora siempre estoy a la espera de comenzar mi ruta de entregas y me doy cuenta que no sólo la gente con la que me encuentro es muy amigable, sino que a mi bicicleta parece que la cargara el viento. Viendo atrás, me siento maravillado sabiendo que mi ruta de entrega del periódico comenzó con un solo pensamiento recto.

La práctica espiritual de Falun Dafa cambió mi vida, y sé que ofrecerá un nuevo comienzo a mucha gente en el futuro. Es un honor para mí hacer mi parte durante este período histórico en el tiempo.